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Aficionados ingleses acosan con ataques racistas a los jugadores que fallaron los penales en la final de la Eurocopa

La Policía de Londres busca a las personas que han difundido mensajes insultando los orígenes de estos jugadores. Expertos consideran que el fútbol inglés atraviesa uno de los peores momentos racistas desde la década de 1980.

Por Alexander Smith - NBC News 

Cuando Bukayo Saka, Marcus Rashford y Jadon Sancho fallaron sus penales, sancionando así la derrota de Inglaterra en la final de la Eurocopa 2020 de fútbol ante Italia, muchos aficionados intuyeron que sufrirían duras represalias sociales.

Estos tres jóvenes negros de gran talento conformaron el grupo de cinco futbolistas que soportaron la enorme presión de tratar de ganar la primera gran final de Inglaterra en 55 años. 

Después de su derrota, y pese a haber conducido al equipo hasta la final del torneo de fútbol más importante del continente, sus redes sociales se inundaran de insultos racistas.

La Policía Metropolitana de Londres abrió una investigación sobre estos ataques, que fueron condenados por la Asociación Inglesa de Fútbol, el príncipe Guillermo, y el primer ministro, Boris Johnson, quien dijo que el "equipo merece ser alabado como héroes, no ser abusado racialmente."

La repulsa generalizada a los comentarios racistas fue tendencia el lunes en redes, incluida la frase "no al racismo", y las cuentas de los jugadores se inundaron de mensajes de apoyo que sepultaron los insultos.

 

 

Pero para muchos aficionados fue el peor castigo por la derrota del multicultural equipo inglés, que jugó un fútbol de gran calidad y cuyos profesionales han demostrado su compromiso social

Algunos comentaristas creen que los insultos racistas han sido alimentados en parte por una fea guerra cultural que ha rodeado a los jugadores,  avivada según los críticos por el Gobierno conservador de Johnson y otros miembros de la derecha política.

"Como existe, y de hecho es promovido por el primer ministro, sabía que tan pronto como Marcus Rashford, Jadon Sancho y Bukayo Saka fallaran, nos despertaríamos con historias de abusos racistas", aseguró el exjugador inglés Gary Neville el lunes a la cadena Sky News.

Neville cuestionó que Johnson condene el racismo cuando, en su anterior trabajo como columnista de un periódico, describió a los ciudadanos de la Commonwealth -que incluye a las antiguas colonias británicas en África, Asia y el Caribe- como "piccaninos" -un término racista inglés contra niños negros- con "sonrisas de sandía".

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Johnson dijo entonces que sus palabras habían sido sacadas de contexto y que estaba "muy triste" de que la gente se hubiera sentido tan ofendida."

NBC News, cadena hermanda de Noticias Telemundo, se ha puesto en contacto con el Gobierno británico para conocer su opinión, pero no ha recibido respuesta.

Comentaristas del mundo del deporte y de la política también plantearon que el Gobierno fomenta un doble rasero e incluso de un racismo de pacotilla.

Los jugadores comenzaron cada partido de la Eurocopa arrodillándose, un gesto antirracista inspirado en el jugador de la NFL Colin Kaepernick, que el fútbol inglés adoptó por primera vez el año pasado tras el asesinato de George Floyd.

 

 

Siete de los 11 jugadores titulares de Inglaterra contra Italia tenían un padre o un abuelo nacidos en el extranjero, según el Museo de la Migración del Reino Unido.

Los padres de Saka, de 19 años, son de Nigeria, y los de Sancho, de 21, de Trinidad y Tobago. Rashford, de 23 años, tiene abuelos de San Cristóbal (Saint Kitts).

Los jugadores de la selección han tomado en el pasado acciones a favor de la concordia y el bienestar de la sociedad.

El capitán, Harry Kane, llevó un brazalete con los colores del arco iris en apoyo de la comunidad LGTBQ durante el partido contra Alemania, y Rashford presionó el año pasado al Gobierno británico a permitir que los niños de familias con bajos ingresos recibieran comidas escolares gratuitas durante el receso de verano.

Sin embargo, algunos aficionados ingleses abuchearon a los jugadores que se arrodillaron por considerar que mostraban su apoyo a los objetivos políticos del movimiento Black Lives Matter. El equipo inglés sostuvo que se trató de una declaración antirracista que no tenía relación con BLM.

La ministra de Interior, Priti Patel, conocida por sus duras políticas contra la inmigración, dijo que estaba "asqueada" de que los jugadores hubieran recibido "viles abusos racistas en las redes sociales". 

Sin embargo, el mes pasado se negó a condenar a los hinchas que abucheaban a los futbolistas que se arrodillaron, alegando que se trataba de su libertad de expresión, y criticó el movimiento BLM como "política de gestos".

 

 

Los ataques racistas no ocurrieron sólo en internet. Un mural dedicado a Rashford en Manchester, su ciudad natal, fue vandalizado con grafitis.

Y el racismo en el fútbol inglés tampoco es nuevo. Sin embargo, algunos expertos consideran que atraviesa el peor momento desde el apogeo de los hooligans en la década de 1980, cuando ciertos aficionados llamaban a los jugadores negros “monos” y les lanzaban plátanos al campo.

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"En los últimos 10 años, la situación se parece más a la de los años 1980 en cuanto a los abusos que reciben los jugadores, y el Gobierno y la prensa sensacionalista tienen toda la culpa", afirmó Kehinde Andrews, profesor de Estudios sobre la Raza Negra en la Universidad inglesa de Birmingham.

"La forma en que hablamos de la raza en este país es muy venenosa, y no se puede divorciar del racismo del Gobierno", agregó.

La violencia habitual en la década de 1980 también hizo acto de presencia en el torneo, cuando algunos hinchas ingleses sin entrada asaltaron el domingo el estadio de Wembley y se pelearon con otros en el interior. 

En la semifinal contra Dinamarca, los miembros de una familia danesa dijeron que fueron rodeados y agredidos por una docena de aficionados ingleses.

En Europa se ataca habitualmente a los jugadores desde las gradas hasta el punto de que algunos han abandonado el partido en señal de protesta. 

En 2019, el periódico italiano Corriere dello Sport fue criticado por burlarse de un partido entre el Inter de Milán y la Roma, utilizando imágenes de dos jugadores negros junto al titular: "Viernes negro".

 

 

Los medios de comunicación ingleses no suelen llegar a este nivel de racismo público, pero muchos siguen diciendo que tienen la culpa.

Raheem Sterling, una de las estrellas del equipo inglés y de origen jamaicano, estableció la relación entre los aficionados abusivos y los titulares de los periódicos que son más críticos con los jugadores negros que con los blancos, lo que, según dijo, "alimenta el racismo y el comportamiento agresivo.