El equipo femenino de Estados Unidos corrió y venció por 3.68 segundos. Lo que en tiempo suena breve, en distancia, marcó su visible ventaja sobre Polonia y convirtió a Allyson Felix en la atleta estadounidense más condecorada de pista, con once medallas.
La última, de oro, la consiguió este sábado junto a Sydney McLaughlin, Dalilah Muhammad y Athing Mul del equipo femenino de Estados Unidos. Ganaron en el relevo de 4x400 metros con 3 minutos y 16.85 segundos.
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Antes de Felix, nacida en Los Ángeles y especializada en pruebas de velocidad, el récord en atletismo estadounidense lo ostentaba Carl Lewis. La marca mundial, de 12 medallas, la tiene Paavo Nurmi, de Finlandia.
“Me siento en paz. Salí, tenía toda la confianza en estas mujeres increíbles. Quería vivirlo por última vez, y fue especial”, reaccionó Felix tras la competencia, según lo reportó la agencia AP.
“Nunca subestimes el poder de tu voz”
La décima medalla, una de bronce que ganó el viernes, fue su favorita confesó la atleta en su cuenta de Instagram. El nacimiento prematuro de su hija, Cammy, a quien dio a luz en 2018 luego de competir en cuatro Juegos Olímpicos y ganar nueve medallas –seis de oro y tres de plata– y la ausencia de patrocinadores después del parto, le hicieron pensar en retirarse.
“Dijeron que me retirara, que estaba muy vieja para competir, que no podría conseguir que mi cuerpo estuviera en forma de nuevo, pero aquí estoy para demostrar que estaban equivocados”, contó en un video dedicado a su hija que compartió antes de la carrera. “Nunca subestimes el poder de tu voz”, afirmó.
Felix ha denunciado públicamente cómo el embarazo y la maternidad afectan la relación de las mujeres atletas con los patrocinadores y las altas tasas de mujeres negras que mueren en el parto en Estados Unidos.
“Estas son algunas de mis luchas, pero sé que has atravesado las tuyas propias”, dijo en su foto con la décima medalla.
En otra, la más reciente, posa junto a sus compañeras de equipo e insiste: “Eres digna de tus sueños, sigue adelante”.