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El año en que Occidente estaba ardiendo: cómo la temporada de incendios forestales de 2020 se volvió tan extrema

Durante 2020, el oeste de Estados Unidos ha experimentado las peores sequías en la última década y sufrió varias olas de calor que desencadenaron algunos de los peores incendios que se han visto en el país.
Los bomberos combatían un incendio en el Valle de Napa, California, el 21 de agosto de 2020.
Los bomberos combatían un incendio en el Valle de Napa, California, el 21 de agosto de 2020.AP / AP

Por Mojtaba Sadegh, Ata Akbari Asanjan y Mohammad Reza Alizadeh – The Conversation

Más de 4 millones de acres de California se incendiaron en 2020 —aproximadamente el 4% de la superficie terrestre del estado y más del doble de su récord anterior de incendios forestales—. Cinco de los seis incendios más grandes registrados en el estado se produjeron este año.

En Colorado, el incendio de Pine Gulch rompió el récord del incendio forestal más grande de ese estado, solo superado por dos incendios: el de Cameron Peak y el de East Troublesome.

Oregon experimentó una de las temporadas de incendios más destructivas en su historia, con más de 4,000 casas devastadas.

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¿Qué hizo que la temporada de incendios de 2020 se volviera tan extrema?

Los incendios prosperan en tres elementos: calor, sequedad y viento. La temporada 2020 fue seca, pero el oeste de Estados Unidos ha experimentado peores sequías en la última década. Tuvo varias olas de calor récord, pero los incendios no necesariamente siguieron los lugares con las temperaturas más altas.

Lo que sí tuvo 2020 fue que el calor y la sequedad golpearon simultáneamente. Cuando incluso una sequía moderada y una ola de calor golpean a una región al mismo tiempo, junto con el viento para avivar las llamas, se convierten en una fuerza poderosa que puede alimentar mega incendios.

Eso es lo que hemos estado viendo en California, Colorado y Oregón este año. Las investigaciones muestran que ocurre con más frecuencia y con mayor intensidad, afectando áreas cada vez más grandes.

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El cambio climático intensificó los extremos secos y cálidos

Somos científicos e ingenieros que estudiamos los extremos climáticos, incluidos los incendios forestales. Nuestra investigación muestra que la probabilidad de que ocurra una sequía y una ola de calor al mismo tiempo en los Estados Unidos ha aumentado significativamente durante el siglo pasado.

El tipo de condiciones secas y cálidas que se hubiera esperado que ocurrieran solo una vez cada 25 años, en promedio, se han producido de cinco a diez veces en varias regiones de los Estados Unidos durante el último cuarto de siglo. Aún más alarmante: encontramos que condiciones extremas de calor seco que se habrían esperado solo una vez cada 75 años han ocurrido de tres a seis veces en muchas áreas durante el mismo período.

También descubrimos que lo que desencadena estos extremos simultáneos parece estar cambiando. 

Durante el Dust Bowl de la década de 1930 la falta de lluvia permitió que el aire se calentara más y ese proceso alimentó condiciones secas y cálidas simultáneamente. Hoy en día, el exceso de calor es un factor más importante para generar condiciones de calor seco que la falta de lluvia.

Esto tiene importantes implicaciones para el futuro de los extremos secos y calientes.

El aire más cálido puede retener más humedad, por lo que a medida que aumentan las temperaturas globales, la evaporación puede absorber más agua de las plantas y el suelo, lo que conduce a condiciones más secas. Las temperaturas más altas y las condiciones más secas significan que la vegetación es más combustible. Un estudio en 2016 calculó que el exceso de calor del cambio climático causado por los humanos fue responsable de casi duplicar la cantidad de bosque occidental de los Estados Unidos que se quemó entre 1979 y 2015.

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De manera preocupante, también hemos descubierto que estas condiciones secas y calientes que favorecen los incendios forestales pueden alimentarse entre sí y propagarse a favor del viento.

Cuando la humedad del suelo es baja, más radiación solar se convertirá en calor sensible, calor que se puede sentir. Ese calor evapora más agua y seca aún más el medio ambiente. Este ciclo continúa hasta que un patrón meteorológico a gran escala lo rompe. El calor también puede desencadenar el mismo ciclo de retroalimentación en una región vecina, extendiendo las condiciones de calor seco y aumentando la probabilidad de extremos de calor seco en amplias extensiones del país.

Todo esto se traduce en un mayor riesgo de incendios forestales para el oeste de Estados Unidos. 

En el sur de California, por ejemplo, encontramos que el número de días secos, calurosos y ventosos ha aumentado a un ritmo mayor que los días secos, calurosos o ventosos individualmente durante las últimas cuatro décadas, triplicando el número de días de peligro de mega incendios en la región.

2020 no fue normal, pero ¿qué es normal?

Si el año 2020 ha demostrado algo es esperar lo inesperado.

Antes de este año, Colorado no había registrado un incendio de más de 10,000 acres a partir de octubre. Este año, el incendio de East Troublesome creció de aproximadamente 20,000 acres a más de 100,000 en menos de 24 horas el 21 de octubre, y tenía casi 200,000 acres cuando una tormenta de nieve detuvo su avance. En vez de ir a esquiar, cientos de habitantes de Colorado evacuaron sus hogares y observaron nerviosos si ese fuego se fusionaría con otro incendio gigante.

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Esta no es “la nueva normalidad”, es la nueva anormalidad. En un clima que se calienta, mirar lo que sucedió en el pasado ya no ofrece una idea de qué esperar en el futuro.

“El crecimiento que se ve en este incendio es inaudito”, dijo Brett Schroetlin, alguacil del condado de Grand, sobre el incendio de East Troublesome el 22 de octubre. “Planeamos para lo peor. Esto es lo peor de lo peor de lo peor”.

También hay otros factores que impulsan el aumento de los daños por incendios. Más personas que se mudan a zonas silvestres significa que hay más automóviles y líneas eléctricas y otras fuentes potenciales de ignición. Los esfuerzos históricos para controlar los incendios también han significado más maleza en áreas que naturalmente se habrían quemado periódicamente en incendios más pequeños.

La pregunta ahora es cómo manejar esta “nueva anormalidad” frente a un clima cada vez más cálido.

En los Estados Unidos una de cada tres casas se construye en la interfaz urbana-silvestre. Los planes de desarrollo, las técnicas de construcción y los códigos de construcción pueden hacer más para tener en cuenta los riesgos de incendios forestales, lo que incluye evitar materiales inflamables y posibles fuentes de chispas.

Es importante destacar que los ciudadanos y los legisladores deben abordar el problema desde su raíz: eso incluye reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que están calentando el planeta.

Esta historia se ha actualizado con cifras de la última temporada de incendios.