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¿Otro juicio político, 25ª Enmienda, renuncia voluntaria? Qué puede pasar con Trump tras el asalto al Capitolio

Congresistas demócratas exigen que el presidente sea destituido cuando le quedan días en el cargo, ya sea por su propio gabinete con una enmienda constitucional o con un inédito segundo ‘impeachment’. Estos son los posibles escenarios.
/ Source: Telemundo

A Donald Trump le quedan, oficialmente, 12 días en el cargo. Pero pudieran ser menos, dado que un número creciente de congresistas exigen que el presidente saliente enfrente las consecuencias de haber incitado a sus seguidores antes de que estos irrumpieran y vandalizaran el Capitolio.

Se ha propuesto aprovechar las herramientas de que el Gabinete invoque la 25ª Enmienda e incluso de iniciar un segundo juicio político, que comenzaría la próxima semana. Ambos procedimientos serían inéditos y han despertado opiniones enfrentadas.

También hay quienes están diciéndole a Trump que debe renunciar, como el exsecretario de Estado republicano Colin Powell, quien declaró este viernes que el presidente saliente debe irse después de actuar de manera "vergonzosa".

Por otro lado, desde hace varios días ha habido reportes de que Trump –quien reconoció apenas la noche del jueves que habrá una transición y también prometió que su trayecto con sus seguidores “apenas comienza”–  está considerando sus propias opciones.

Entre ellas, aprovechar sus horas finales en el cargo político más alto de la nación para autoperdonarse y librarse de posibles cargos en cuanto deje la Casa Blanca.

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“Nuestro trabajo es asegurar que el presidente rinda cuentas, ya sea si se invoca la 25ª Enmienda o con un impeachment. Doce días sigue siendo demasiado tiempo cuando este presidente ha demostrado que pudiera hacer lo que se le ocurra”, dijo este jueves la congresista demócrata Val Demings a la cadena MSNBC.

Estos son los posibles escenarios para los últimos días de Trump, mientras sigue preparándose la toma de posesión del presidente electo, Joe Biden.

Destitución por su propio Gabinete

La 25ª Enmienda fue agregada a la Constitución apenas en 1967 y ha sido apodada la “cláusula de incapacidad”. Prevé que si un presidente no está en condiciones de cumplir sus funciones se le avise al Congreso y los legisladores determinarán si debe quedar a cargo el vicepresidente.

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Hay dos mecanismos separados. Una es que el mismo presidente dé aviso al Congreso (por ejemplo, si va a tener una operación) y entonces los legisladores den un visto bueno sencillo y protocolario. La otra es que el vicepresidente, primero en la línea de sucesión, tome cargo al considerar que el mandatario no tiene la capacidad para tomar decisiones para toda la nación, lo cual requiere más acciones legislativas.

En esta ocasión, quienes promueven invocar la medida están buscando que suceda lo segundo y que actúe el vicepresidente saliente, Mike Pence, por su cuenta o en consulta con el gabinete.

Si un presidente es retirado del cargo por esta vía, puede volver a contender por la Casa Blanca en el futuro. Trump ha sugerido que se postulará en 2024.

  • Requisitos

La 25ª Enmienda ha sido utilizada en tres ocasiones previas, pero siempre activadas por el presidente en funciones: Ronald Reagan y George W. Bush la invocaron antes de someterse a cirugías que requerían anestesia.

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Esas tres pasadas invocaciones fueron de apenas horas. La que se busca ahora sería permanente y no hay precedentes.

Nunca se ha usado la enmienda con la provisión de que sea el vicepresidente o el gabinete quien empiece el proceso. En esta ocasión todavía no es seguro que Pence querría actuar en esta línea (el diario The New York Times ha reportado que de hecho está en contra de hacerlo).

Si se presenta la solicitud para vacar el cargo, el presidente todavía tiene la posibilidad de oponerse.

En ese caso, para que prospere se necesita también que dos tercios de ambas cámaras del Congreso (290 representantes y 67 senadores) estén de acuerdo en retirar del cargo al mandatario.

  • Posibilidad de éxito

“Creo que hay varios impedimentos para que se aplique a menos que el presidente Trump esté dispuesto a separarse del poder voluntariamente”, dijo el abogado Joseph Malouf a Noticias Telemundo.

Varios integrantes del gabinete ya han renunciado en repudio a lo sucedido, pero hasta este viernes no parecía haber reportes que sugieran que intentarán invocar el artículo.

Hasta ahora, solamente una figura republicana ha dicho públicamente que respalda esta iniciativa, el representante por Illinois Adam Kinzinger.

Eso dista de ser suficiente para tener la mayoría calificada que se requeriría, incluso si Pence sí invocara la enmienda.

Destitución con otro impeachment

Líderes demócratas, como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, han dicho que de no invocarse la 25ª Enmienda procederán a iniciar un proceso de juicio político.

Este viernes en la tarde, luego de que se reuniera el grupo de demócratas de la Cámara Baja, la oficina de Pelosi emitió un comunicado en el que dice: “Los representantes esperamos que el presidente dimita inmediatamente. Pero si no lo hace, le he dado instrucciones al Comité de Reglas para que esté preparado para seguir adelante con la legislación de la Enmienda 25ª del Congresista Jamie Raskin y una moción de juicio político. En consecuencia, la Cámara Baja preservará todas las opciones, incluida la 25ª Enmienda, una moción de impeachment o una resolución privilegiada de impeachment".

El impulso para esto, según sugirió este jueves el senador Chuck Schumer, se debe también a que Trump no podría postularse para un cargo público de nuevo si es condenado en el juicio con una inhabilitación.

Pero la inhabilitación no es automática, se tendría que agregar a los cargos.

  • Requisitos

Primero se necesita que se formulen cargos federales imputables y atribuibles al presidente. Pelosi y Schumer indicaron el jueves que la probable acusación será por actos sediciosos de incitar a una insurrección.

Para que proceda un posible juicio político se necesita que una mayoría simple (es decir, 218) de los 435 integrantes de la Cámara de Representantes voten para imputar cargos.

Después se requiere que dos tercios del Senado (66 miembros), compuesto por 100 senadores, proceda con el enjuiciamiento y, de considerarlo, vote a favor de condenar a partir de los cargos.

  • Posibilidad de éxito

Es poco probable que una medida así avance en el Congreso.

Especialmente días después de que 138 de los 213 representantes republicanos en la Cámara Baja todavía respaldaron a Trump al votar a favor de las objeciones a la certificación electoral de estados como Arizona y Pennsylvania por las acusaciones infundadas de presunto fraude masivo.

Otro tema es el tiempo que queda para siquiera realizar este proceso.

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El juicio político al que Trump fue sometido hace un año, de enero a febrero de 2020, tardó meses en ser formulado, mucho más de los días que le restan oficialmente al presidente saliente.

Pero varios de los 200 congresistas demócratas que promueven esta acción están viendo cómo agilizar la iniciativa.

Ya se postuló que el tema no se discuta primero en el Comité de Asuntos Jurídicos, sino que pase directamente al pleno, y los legisladores han declarado que con eso pudiera haber un voto tan pronto como mediados de la siguiente semana.

Pero seguiría pendiente el resultado y que el Senado decida votar. Aunque los demócratas ahora tendrán mayoría en el Senado por las votaciones de segunda vuelta en Georgia, Jon Ossoff y Raphael Warnock no tomarán posesión todavía.

Hasta que eso suceda, el republicano Mitch McConnell sigue siendo el líder mayoritario de la Cámara Alta.

McConnell, por tanto, sigue teniendo el poder de decidir si someter algo a votación. En muchas ocasiones pasadas ha frenado de esa manera legislaciones y debates (como una nueva Ley del Derecho al Voto que amplía la existente desde 1965, cuya discusión está pendiente desde hace casi un año).

No obstante, hay precedentes históricos para que un funcionario pueda ser sometido al impeachment después de haber dejado el cargo.

Sucedió en 1876. El entonces secretario de Guerra, William Belknap, fue acusado por la Cámara de Representantes de corrupción. Aunque Belknap renunció en respuesta, el Senado decidió que todavía podía proceder con la segunda etapa del juicio.

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Una mayoría simple votó en contra de Belknap, pero no hubo suficientes senadores para alcanzar la mayoría de dos tercios tal que hubiera condena.

Richard Painter, profesor de Derecho y antes abogado para temas éticos en la Casa Blanca de Bush hijo, aseguró en Twitter que con ese antecedente de Belknap es posible enjuiciar a Trump aún si este está por dejar su puesto y ya que lo haya hecho.

  • Partidarios y críticas

Algunas figuras demócratas han sugerido que, aunque el juicio político no prospere, es valioso iniciar el proceso para dejar constancia histórica de que un presidente no queda impune si promueve acciones violentas porque no le gusta un resultado electoral.

“Es importante mostrarles a las generaciones futuras que el Congreso no ignoró nada más lo sucedido” el miércoles, tuiteó el demócrata californiano Ted Lieu. El senador Bernie Sanders ha hecho declaraciones similares.

A estos llamados se han unido hasta la página editorial del diario The Wall Street Journal, medio de corte conservador que en otras ocasiones (como el juicio político de 2020) defendió a Trump.

Pero hay otros políticos que aseguran que hacer las maniobras de un impeachment a estas alturas no será provechoso.

El exsenador republicano Bob Corker, por ejemplo, declaró este jueves que realizar todo el procedimiento solamente atizaría las llamas y movilizará más a los simpatizantes de Trump que ya estuvieron dispuestos a vandalizar el Capitolio.

Otro crítico es Lindsey Graham, senador por Carolina del Norte que ha respaldado a capa y espada a Trump durante años, como cuando el mandatario defendió actos de nacionalistas blancos que arrollaron a muerte a una mujer en Virginia o después de la elección de noviembre, tras la cual Graham contactó a las autoridades de estados que no son el que representa para intentar darle validez a los reclamos infundados de que hubo fraude masivo.

La mañana de este viernes, Graham tuiteó que “impulsar el juicio político en los últimos días de la presidencia de Trump hará más daño que beneficio”.

Hablando de daños, han muerto hasta ahora cinco personas debido a la irrupción en el Capitolio.

Salida en sus propios términos ¿y sin castigo?

“Tengo el derecho absoluto de PERDONARME a mí mismo”, tuiteó Trump en junio de 2018.

Parece que en las últimas semanas eso es lo que ha estado pensando hacer, dado que enfrenta posibles cargos al perder la inmunidad política.

Hay, por ejemplo, investigaciones contra Trump por posible evasión fiscal y enfrenta una demanda civil en un caso vinculado a denuncias de violación.

Los reportes indican que Trump quiere autoperdonarse y también extenderles perdones a su familia, que ha tenido cargos públicos a modo de "asesores" durante esta Administración.

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Trump también ha estado preguntando a personas en la Casa Blanca, como el exalcalde Rudy Giuliani, si les gustaría recibir un perdón, según el diario The New York Times.

El segundo artículo de la Constitución en efecto le da poder al presidente de perdonar cualquier cargo de delitos federales (pero no estatales, como temas de evasión fiscal). Y se pueden extender esos perdones de manera preventiva, como querría hacerlo Trump.

Eso ya sucedió para un presidente en 1974, cuando Gerald Ford le extendió un perdón a Richard Nixon aunque Nixon no había sido formalmente condenado, como parte del juicio político en su contra debido al escándalo del Watergate (por conspiración y espionaje para fines electorales).

La redacción del segundo artículo constitucional es suficientemente amplia para que esos perdones sirvan para que el mismo mandatario se proteja de acusaciones, destaca la académica en Derecho Jessica Levinson. 

"Los fundadores de la nación probablemente no pensaron que un presidente sería tan corrupto o descarado como para cometer conductas ilícitas o que necesiten ser perdonadas, y para incluso perdonarse a sí mismo", escribe Levinson en un artículo de NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo.

Lo que no es seguro es qué delitos cree Trump que pudiera enfrentar como para perdonarse, aunque posiblemente incluyan temas como la incitación a la violencia que le achacan por lo sucedido el miércoles o la solicitud para cometer fraude electoral que parece haber hecho Trump al llamar al secretario de Estado de Georgia a principios de enero.

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  • Posibilidades de éxito

Kristen Welker, la corresponsal para la Casa Blanca de NBC News, indicó este jueves que fuentes de la presidencia le han dicho que ya se está preparando el papeleo para los perdones.

Como son acciones discrecionales, lo más seguro es que las exculpaciones preventivas se mantengan.

Aunque Levinson destaca que la procuraduría de la próxima Administración Biden pudiera en unos meses presentar cargos en contra de Trump y, aun si este dice que tiene un perdón previo, un fiscal podrá argumentar que el perdón no debe ser válido.

En ese caso, se tendría que dar un debate explícito sobre el poder del autoperdón presidencial.

  • ¿Y los seguidores de Trump?

Aunque en los últimos dos días políticos que apoyaron sin vacilar al presidente a lo largo de su mandato empiezan a darle la espalda, sigue habiendo una profunda división entre la clase política de Estados Unidos al igual que la hay entre su población.

Indistinto de cómo salga Trump y cómo termine su presidencia, pudiera haber más acciones de los seguidores del presidente saliente, que le tienen un afán tan ferviente que durante el ataque al Capitolio quitaron banderas estadounidenses para poner afiches de Trump.

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Y políticos han destacado también que el trumpismo bien pudiera seguir aunque Trump ya no esté en el poder, por medio de, por ejemplo, congresistas como Matt Gaetz o Ted Cruz que apelan a teorías de conspiración similares a las abanderadas por los seguidores del presidente saliente.

“Incluso cuando se vaya las maldades que [Trump] ha cometido perdurarán”, aseguró en un comunicado el representante demócrata por California Adam Schiff.

Schiff opinó que “podemos fortalecer las defensas del Capitolio, podemos fortificar las puertas y poner bardas, pero no podemos resguardar nuestra democracia en contra de quienes todavía se pasean por el Congreso después de haber juramentado que resguardarán la Constitución y no están haciendo eso”.

Aunque hay quienes consideran que con Trump en el espejo retrovisor la situación y las alineaciones se ajustarán.

“Ya se abrió la cortina para ver quién es realmente el Mago de Oz, y todos miraron”, opinó John Bolton, republicano desde hace décadas y el exasesor de seguridad nacional de Trump, al medio digital The Hill.

“Eso no significa que la influencia [de Trump] va a desaparecer por completo, pero sí que seguirá disminuyendo”, agregó, en referencia a la posibilidad de que otros republicanos dejen de apoyar a la polémica estrella de un reality vuelto el hombre más poderoso del mundo.

Con información de The New York Times, NBC News y The Conversation