IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

El FBI y la policía siguen buscando a los asaltantes del Capitolio pese a que presumen en medios y redes sociales de su crimen

Una orden ejecutiva de Trump pensada para frenar otras protestas puede enviar a la cárcel durante muchos años a sus propios seguidores por irrumpir en el Congreso. Richard Barnett, el hombre que entró en la oficina de Nancy Pelosi, fue arrestado este viernes en Arkansas.

Mientras los investigadores analizaban las imágenes de cámaras de vigilancia y las publicaciones en las redes sociales del asalto al Capitolio, uno de sus participantes más populares estaba saliendo de Washington D.C. en un automóvil.  

“El hecho de que hayamos logrado que algunos de nuestros traidores tuviesen que agacharse, ponerse máscaras de gas y ser trasladados a un búnker subterráneo, es algo que considero como una victoria”, dijo Jake Angeli, de 33 años, en una entrevista con NBC News, cadena hermana de Noticias Telemundo, mientras regresaba a su Arizona natal, el jueves.

Angeli, quien irrumpió en el Capitolio con el torso desnudo y un gorro de piel con cuernos, es uno de los cientos de partidarios del presidente, Donald Trump, que ahora están en la mira de las fuerzas del orden locales y federales.

[Congresistas estatales, 'chamanes' de QAnon y neonazis: lo que se sabe de los asaltantes del Capitolio]

Un total de 41 personas fueron arrestadas en las instalaciones del Capitolio entre la noche del miércoles y el jueves temprano, declaró el jefe de policía de Washington D.C., Robert Contee, quien también afirmó que otras 27 fueron arrestadas por delitos no relacionados con la invasión de la sede legislativa.

Ashlii Babbit, una manifestante radical que era veterana de la Fuerza Aérea de California fue abatida a tiros por la policía del Capitolio, y otras cuatro personas murieron por problemas médicos en medio de las violentas protestas, según afirman las autoridades.

Brian D. Sicknick, oficial de la policía del Capitolio, falleció este jueves por las heridas causadas por uno de los extremistas instigados por Trump.

El FBI y los cuerpos policiales continúan la búsqueda del resto de las personas que irrumpieron en el Capitolio y publicaron varias fotos de los sospechosos, con la esperanza de que el público pueda ayudar a identificarlos para realizar arrestos.

Además, el FBI ofrecerá una recompensa de 50,000 dólares para encontrar “al responsable o los responsables” de colocar el miércoles dos bombas en dos importantes sedes de Washington, D.C.: una en la sede del Comité Nacional Demócrata y otra en la del Comité Nacional Republicano.

[El ambiente paralelo de los seguidores de Trump afuera del Capitolio: fiestas, fotos y bailes a 10 cuadras del asalto al Congreso]

En una conferencia de prensa, Michael R. Sherwin, el fiscal federal interino del Distrito de Columbia, expresó su “preocupación” por el número relativamente pequeño de personas que fueron detenidas por la policía en el Capitolio.

“Cientos de personas inundaron el Capitolio y no fueron [esposadas] por la policía. No quiero asumir el papel del jefe que pregunta por qué no lo hicieron, pero eso hace que nuestro trabajo sea más difícil”, dijo Sherman. Y agregó: “No me explico por qué no fueron detenidos”.

Ahora, las autoridades federales enfrentan la abrumadora tarea de identificar, localizar y obtener órdenes de arresto para un gran número de sospechosos lo que, según el fiscal, podría ocupar a los investigadores durante meses.

El jueves, el FBI informó que su oficina en Washington ha recibido más de 4,000 datos en línea, entre fotos y videos de sospechosos que participaron en las acciones contra el Capitolio. Los investigadores también estaban empleando software de reconocimiento facial para identificar a los sospechosos.

La oficina de Sherwin ha presentado cargos contra un total de 55 personas tras los disturbios. Según los fiscales, uno de ellos fue detenido cerca de la edificación con un rifle semiautomático y 11 cócteles molotov.

[Banderas confederadas, legisladores aterrados y hasta una horca: las imágenes más perturbadoras del asalto al Capitolio ]

Arrestos y despidos

Richard Barnett, el hombre que se metió en la oficina de Nancy Pelosi y posó sentado en el escritorio de la presidenta de la Cámara de Representantes, fue arrestado este viernes en Arkansas por cargos de irrumpir y permanecer en espacios restringidos, entrada violenta y robo de propiedad pública.

Barnett presumió en un video que robó un sobre de correo con el membrete de la legisladora. “Pues ya estoy en su oficina, sangré en su oficina, le dejo al menos una moneda de 25 centavos” a cambio del sobre, declaró Barnett a un reportero del diario The New York Times.

En sus redes sociales, Barnett ha hecho declaraciones como que llegó “a este mundo pataleando, gritando y lleno de sangre. No tengo miedo de dejar el mundo de la misma manera”.

Barnett recibió un préstamo de 9,300 dólares con el Programa de Protección de Nómina (PPP, en inglés) para combatir la crisis del coronavirus, aprobado por el Congreso, según datos de NBC News.

Al menos tres hombres de Florida han sido acusados ​​de entrada ilegal durante los caóticos sucesos del jueves. La policía del Capitolio dijo que John Anderson, de St. Augustine;Michael Curzio, de Summerfield; y Matthew Council, de Riverview, enfrentan cargos por entrada ilegal.

Además, las autoridades afirman que Andy Williams, un bombero de Florida, fue suspendido de su trabajo luego de que aparecieron fotos suyas participando en los disturbios de la capital. Una foto muestra a Williams parado frente a la oficina de Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes.

David Fitzgerald, un artista de tatuajes de Roselle, Chicago, enfrenta cargos de entrada ilegal y violación del toque de queda. Otro hombre de Chicago, Brad Rukstales, director ejecutivo de la empresa de tecnología Cogensia, fue arrestado por la policía después de ingresar a la sede legislativa.

[En video: El momento en que Trump pidió a sus seguidores "marchar hasta el Capitolio"]

Sin embargo, no todos los participantes han recibido sanciones judiciales. Muchos están siendo despedidos por su apoyo o presencia en el asalto.

Es el caso de Paul Davis, un abogado de Texas que ya no trabaja en la empresa Goosehead Insurance, después de que aparecieran publicaciones en las redes sociales que lo mostraban hablando sobre su participación en los eventos del miércoles. En un video, Davis dice: “Todos estamos tratando de entrar al Capitolio para detener esto”.

Navistar, una compañía de marketing directo en Maryland, anunció que un empleado había sido despedido después de que lo fotografiaran con su placa de identificación de la empresa dentro del Capitolio.

Rick Saccone, un exrepresentante del estado de Pennsylvania, compartió imágenes en Facebook de su presencia durante las protestas afuera del Capitolio. Luego de eso se inició una investigación en el Saint Vincent College, donde Saccone trabajaba como profesor adjunto, que terminó con la renuncia del exlegislador.

El Partido Republicano de Texas destituyó a Walter West, su Sargento de Armas, después de que hiciera comentarios en Facebook apoyando el asedio al Capitolio.

¿Qué delitos pudieron cometer quienes irrumpieron en el Congreso?

Varios expertos legales han dicho que incurrieron en una amplia variedad de delitos, desde vandalismo hasta sedición, y los fiscales podrían acusar a esas personas incluso si se alejaron del incidente sin ser detenidos. Al menos 14 policías resultaron heridos en los hechos del día y se recuperaron dos artefactos explosivos.

Además de cargos menores y delitos graves relacionados con el asalto a agentes del orden público, los miembros de la turba podrían ser acusados ​​de delitos con armas de fuego, allanamiento de morada y “daño intencional a la propiedad federal”, entre otros.

[Dimisiones y críticas a Trump: crecen las voces para destituirlo o comenzar otro 'impeachment']

¿Cuáles serían las acusaciones más graves?

Los cargos de sedición o insurrección requerirían demostrar la intención de perturbar o incluso derrocar al Gobierno (una condena por sedición conlleva una pena máxima de 20 años de prisión). Durante las protestas de Black Lives Matter en junio, Trump emitió una orden ejecutiva que indica que su Administración enjuiciaría al máximo a cualquier persona que dañara la propiedad federal, lo que conlleva una sentencia de hasta 10 años de prisión.

También pueden iniciarse procesos por la Ley Antidisturbios, que convierte en delito cruzar las fronteras estatales con la intención de incitar a un motín, o simplemente alentar a otra persona a que se amotine.

El Gobierno también puede buscar penas de prisión de hasta 5 años para los culpables de participar en "disturbios civiles”, al impedir o intentar impedir las acciones de los agentes del orden en el desempeño de sus funciones oficiales.

¿Qué pruebas podrían usarse en los procesos judiciales?

Hay muchos indicios disponibles para los fiscales como las pruebas forenses, y huellas dactilares. Gran parte de la actividad delictiva se realizó en vivo y fue transmitida por medios audiovisuales, lo que proporciona una gran cantidad de imágenes que se pueden combinar con tecnología de reconocimiento facial para identificar a los sospechosos. Las cámaras dentro del Capitolio captaron las acciones, al igual que las imágenes de las redes sociales que compartieron los mismos alborotadores.

Los expertos legales dicen que es probable que, incluso antes de que se iniciara el caos, investigadores encubiertos monitorearan las redes sociales para determinar quiénes fueron los organizadores. Es posible que los sospechosos hayan publicado textos, fotos o videos que demuestren sus intenciones de alterar el orden público o cometer diversas violaciones federales.

Sin embargo, algunos participantes de las acciones violentas no parecen estar preocupados por sus acciones. Angeli, quien irrumpió en la sede legislativa sin camisa y con un gorro de piel con cuernos, afirmó que la investigación no le quitaba el sueño. “Lo que estaba haciendo era desobediencia civil”, dijo.

En su canal de YouTube, Angeli publica videos regularmente en los que apoya a la teoría de la conspiración QAnon y suele compararse con figuras históricas como Gandhi y Martin Luther King.

“No hice nada malo”, concluyó Angeli en su entrevista con NBC News. “Solo entré por una puerta que estaba abierta, amigo”.

 Con información de AP, NBC News, The New York Times y Bloomberg.