Tesla Inc. debe pagar casi 137 millones de dólares a un extrabajador negro que dijo haber sufrido abusos racistas en una planta del fabricante de automóviles eléctricos en el área de la Bahía de San Francisco.
El jurado en San Francisco estuvo de acuerdo en que Owen Díaz fue objeto de acoso racista y de un ambiente de trabajo hostil.
Díaz alegó en una demanda que fue acosado y enfrentó “epítetos racistas diarios” mientras trabajaba en la planta de Tesla en Fremont en 2015 y 2016 antes de renunciar. Díaz era un ascensorista contratado.
Díaz alegó que los empleados dibujaron esvásticas nazis y dejaron grafitis y dibujos racistas alrededor de la planta. Sostuvo que los supervisores no pudieron detener el abuso.
“La imagen progresista de Tesla era una fachada que cubría su trato regresivo y degradante a los empleados afroamericanos”, dice la demanda.
Díaz recibió 6.9 millones de dólares en daños por angustia emocional y 130 millones en daños punitivos, dijo su abogado, Lawrence A. Organ, al diario The Washington Post.
[El Gobierno investiga formalmente el sistema de piloto automático en autos Tesla]
“Se necesitaron cuatro largos años para llegar a este punto”, dijo Díaz al diario The New York Times. “Es como si me hubieran quitado un gran peso de encima”.
“Es algo grandioso cuando una de las corporaciones más ricas de Estados Unidos tiene que tener en cuenta las abominables condiciones en su fábrica para la gente negra”, dijo Organ, del Grupo Legal de Derechos Civiles de California, al diario citado.
No quedó claro de inmediato si Tesla apelaría la decisión. Un correo electrónico de la agencia de noticias The Associated Press que le pedía comentarios a Tesla no fue respondido de inmediato el lunes por la noche.
Sin embargo, Tesla negó previamente tener conocimiento de la presunta conducta racista en la planta, que cuenta con unos 10,000 trabajadores.
[Estos son los multimillonarios que están compitiendo en la nueva carrera espacial]
Si se confirma, el pago sería un golpe para una empresa que ha sido objeto de varias acusaciones de problemas en el lugar de trabajo, pero requiere que los empleados resuelvan las disputas mediante arbitraje obligatorio, que la empresa rara vez ha perdido.
En mayo, un árbitro ordenó a Tesla que pagara más de 1 millón de dólares por acusaciones similares de otro extrabajador de la fábrica de Fremont. Ese empleado alegó que sus compañeros de trabajo le profirieron insultos racistas y que sus supervisores ignoraron sus quejas.
Díaz, quien fue contratado a través de una agencia de personal, no tuvo que firmar un acuerdo de arbitraje.