WASHINGTON.— Miles de hispanos se inscriben en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos cada año pero muy pocos logran ascender a rangos superiores porque el Pentágono sigue sin resolver la "discriminación institucional" que frena sus carreras, aseguran expertos.
"El patriotismo de los hispanos en EEUU no se puede poner en duda. Hay más hispanos per cápita que han recibido la Medalla de Honor que otras razas o etnias", asegura en entrevista telefónica el general de brigada aérea Ricardo Aponte, ya jubilado, desde su hogar cerca de Los Angeles (California).
"Nunca voy a decir que la vida militar es mala para un hispano; lo que estamos tratando de hacer nosotros ahora es que sea mejor", explica.
Aponte, de origen puertorriqueño, ha visto a lo largo de más de 40 años de carrera militar cómo otros jóvenes latinos se han integrado en las filas del Ejército pero, ante la falta de oportunidades de ascenso, "tiran toalla y dejan morir sus carreras".
"Al principio no creía que hubiera discriminación, pero me he dado cuenta de que existe, leve y tenue" y que los hispanos "terminan haciendo trabajos que garantizan que no serán promovidos", observa el expiloto de combate.
"Perseverancia es lo que se necesita en el ámbito militar: cuando uno tropieza, se levanta y vuelve a intentarlo", observó Aponte, ahora convertido en historiador militar.
Él estuvo 8 años en el Comando Sur, 11 en la sede del Pentágono, y 25 a cargo de asuntos del área político-militar. Según cuenta, fue esa perseverancia la que lo hizo “levantarse de cada tropiezo” y soportar a “jefes malos”.
A su juicio, precisamente porque el Pentágono anuló la segregación racial en 1948 -fue una de las primeras instituciones en sentar esa pauta-, le resulta incomprensible la aparente marginación de los latinos.
Sobre todo porque, aunque escasamente aparecen en libros de texto, los hispanos han dejado una huella indeleble en la historia militar de Estados Unidos, incluso desde los tiempos de la Revolución, pasando por la Guerra Civil y los demás conflictos bélicos en los que se ha implicado el país.
Avance lento y desigual
En 2010, el almirante de la Marina Michael Mullen, entonces Jefe del Estado Mayor Conjunto, reconoció que las Fuerzas Armadas debían pisar el acelerador para mejorar la diversidad étnica y racial y reflejar así los cambios en un país en el que las minorías están empezando a ser mayoritarias.
La diversidad en el Pentágono no ocurrirá como "magia", añadió Mullen, sino que requerirá "mucho trabajo duro" y el "compromiso" de la cúpula militar.
Los hispanos "ven que otros grupos, como los afroamericanos y las mujeres, avanzan y se preguntan por qué ellos no. Los números han empeorado en los últimos 10 años; no es una discriminación directa, pero existe”, insiste Aponte.
Él forma parte de la Alianza de Liderazgo de Veteranos Hispanos (HVLA, en inglés), que desde 2016 realiza proyectos para que el Pentágono amplíe y mejore las oportunidades para los hispanos.
En la actualidad, los hispanos son el 18% de la población en Estados Unidos, y conforman cerca del 17% de la fuerza militar pero sólo el 8% del Cuerpo de Oficiales, según la Alianza.
En 2019, el número de almirantes y generales de origen hispano descendió a menos del 1%, tras la jubilación de dos generales de tres estrellas.
Según la Alianza, de 296 oficiales militares, por ejemplo, 43 son afroamericanos, el 14%, mientras que los hispanos suman 6, apenas el 2%.
Un informe similar, publicado en junio de 2019 por el Congressional Research Service, plasmó la exclusión de los hispanos de rangos mayores en las distintas ramas militares. Por ejemplo, en 2018, fueron el 14% de los alistados en grados superiores, en contraste con el 18% de los afroamericanos y el 63% de los blancos.
La Alianza denuncia que los latinos carecen de consejería, conexiones personales y mentores que les faciliten una vía de promociones, entre otros factores.
Falta de transparencia del Pentágono
El presidente de la Alianza, Eddie Cabrera, prevé reunirse pronto con el secretario del Ejército, Ryan D. McCarthy, para discutir los avances para corregir la discriminación y lo que el grupo tacha como la falta de transparencia del Pentágono.
En declaraciones a Noticias Telemundo, un portavoz del Pentágono, que pidió el anonimato, afirmó que el Departamento de Defensa trabaja activamente por corregir la situación “con medidas concretas”, de manera que las Fuerzas Armadas “reflejen la diversidad del país”.
El pasado 18 de junio, el secretario de Defensa, Mark Esper afirmó que las Fuerzas Armadas no son inmunes a los prejuicios, sea de forma consciente o no, y delineó las medidas que ha elaborado el Pentágono para mejorar la diversidad en las altas esferas castrenses. Eso incluye la puesta en marcha de un comité de consultores que recomiende formas de incrementar la promoción de minorías, especialmente en el cuerpo de oficiales.
“Sabemos que estos prejuicios afectan a muchos de nuestros miembros y tienen un impacto directo e indirecto en las experiencias de nuestros miembros de minorías, en la diversidad cultural y étnica de la fuerza militar, y en la representación en los rangos de oficiales. Estas cosas no tienen cabida en nuestro Ejército ni en nuestro país”, enfatizó Esper.
Por su parte, la Alianza trabaja estrechamente con legisladores hispanos que integran el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, para promover correcciones legislativas a la situación actual.
En ese sentido, el legislador demócrata por Arizona y veterano de guerra Rubén Gallego dijo a Noticias Telemundo que, así como el Ejército recluta a los latinos sin traba alguna, también debería permitirles ascender a rangos superiores.
“Fui infante de Marina y había diversidad en nuestros rangos, pero no se veía lo mismo en los rangos de oficiales. Creo que sería de gran beneficio para nuestras Fuerzas Armadas que hagan esfuerzos deliberados para cambiar eso”, afirma Gallego.
“Tener a personas en los rangos más altos con poder de toma de decisiones y que sean de diversos orígenes hará que nuestro Ejército sea más fuerte y se adapte mejor a las amenazas cambiantes” en el mundo, argumentó Gallego, hijo de inmigrantes hispanos.
Por su parte, Aponte cree que el movimiento de los derechos civiles de la década de 1960 y, más recientemente las protestas contra el racismo y la brutalidad policial, encierran grandes lecciones de resistencia y perseverancia que los latinos deben hacer suyas.
“En casa tengo una moneda con una frase que dice 'nada es imposible", explica, "los hispanos tienen que creerlo".
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