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La Corte Suprema declara que es ilegal discriminar laboralmente a personas gays, lesbianas, transgénero y bisexuales

En un hito para la población LGBTQ en Estados Unidos, el tribunal estableció que los empleadores no pueden rehusarles trabajos o beneficios a empleados con base en orientación sexual o identidad de género.

Por Pete Williams / NBC News

La Corte Suprema estadounidense falló este lunes que la ley federal actual prohíbe la discriminacón laboral con base en la orientación sexual o identidad de género de una persona.

Es una victoria considerable para los activistas por los derechos de personas LGBTQ (lesbianas, gays, bisexuales, trans y queer), y una decisión también sorpresiva dada la composición cada vez más conservadora de los magistrados del tribunal.

La decisión de 6 fotos a favor y 3 en contra surgió a partir de tres casos presentados ante la corte. El fallo indica que el título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, que veta discriminar según el sexo de la persona empleada y otros factores, también incluye el tema de orientación sexual y estatus trans.

La corte mantuvo así vigente lo que habían fallado cortes de menor instancia sobre que discriminar a personas gays o lesbianas es una forma de discriminación con base en el sexo.

Entre las sorpresas por el fallo está que quien redactó la opinión fue Neil Gorsuch, el primer nominado del presidente Donald Trump a la corte. Gorsuch se sumó al magistrado presidente John Roberts y a los cuatro integrantes más liberales del tribunal para el voto en mayoría.

"Un empleador que despida a un individuo por ser homosexual o transgénero entonces despide a esa persona por acciones o características que no cuestionaría de alguien de otro sexo", escribió Gorsuch a nombre de la corte. "El sexo tiene un papel necesario e indistinguible en la decisión [del despido], exactamente lo que prohíbe el titulo VII".

Agregó que "puede que quienes adoptaron la Ley de Derechos Civiles no anticiparon que su trabajo resultaría en esto, pero los límites de la imaginación de los redactores originales no son razón para ignorar lo que demanda y establece la ley".

"La única ley es lo que está escrito, y todas las personas son beneficiarias", indicó Gorsuch.

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Veintiún estados ya tienen leyes propias en contra de la discriminación laboral por orientación sexual o por identidad de género. Siete otros estados ofrecen esa protección únicamente a quienes trabajan para el gobierno. Las leyes estatales se mantendrán vigentes, pero el fallo de este lunes significa que también hay protección para empleados LGBTQ a nivel federal.

Los grupos defensores de personas LGBTQ consideraban el tema como especialmente importante, aún más que el matrimonio igualitario, pues aunque no todas las personas gays, lesbianas, trasngénero o queer se vayan a casar, todas requerirán un empleo en algún momento de su vida adulta.

Aunque activistas reconocen que la orientación sexual o identidad de género no eran temas presentes para el Congreso en 1964, se puede indicar que si un empleador despide a un empleado varón que tiene una relación con un hombre pero no a una empleada mujer que sale con un hombre, eso está violando la ley.

"La decisión nos da esperanza de que como país nos podamos unir por el bienestar común y mantener la lucha por la aceptación de personas LGBTQ", dijo Sarah Kate Ellis, presidenta de GLAAD.

Líderes demócratas como Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, y el exvicepresidente y virtual candidato presidencial Joe Biden, también celebraron el fallo.

"La Corte Suprema ha confirmado la sencilla, aunque profunda, idea estadounidense de que todos merecemos ser tratados con respeto", dijo Biden en un comunicado.

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La decisión de este lunes fue una victoria sobre todo para Gerald Bostock, quien fue despedido de su trabajo de un condado en Georgia tras unirse a un equipo de softball para personas gays, y para los familiares de Donald Zarda, instructor de paracaidismo a quien despidieron porque le dijo a una clienta que no debía estar preocupada de quedar muy apretada a él durante una lección porque "es 100 por ciento gay". Zarda falleció antes de que el caso llegara ante la Corte Suprema.

"Hoy podemos ir a trabajar sin miedo a ser despedidos por quiénes somos y a quién amamos", dijo Bostock en un comunicado difundido por la Human Rights Campaign. "Sin embargo, hay más trabajo por hacer. La discriminación no tiene lugar en este mundo y no descansaré hasta que haya igualdad de derechos para todos".

La Human Rights Campaign ahondó en lo dicho or Bostock: "Sigue habiendo demasiados aspectos de la ley que no confieren estas protecciones. El Senado debe unirse con la Cámara de Representantes e inmediatamente actuar para aprobar la Ley de Igualdad (Equality Act), que codificaría protecciones para personas LGBTQ en temas pendientes como empleo, vivienda, acceso a crédito, educación o servicio en jurados, así como protecciones muy necesarias para el ejercicio del sexo, orientación sexual e identidad de género en espacios públicos y ante servicios públicos".

El tercer caso del cual surgió el fallo es el de Aimee Stephens, quien fue despedida de una casa funeraria en Michigan dos semanas después de que le dijo a su empleador que era trans. La funeraria afirmó que ella había incumplido con el código de vestimenta.

"[El jefe] me dijo que así no iba a funcionar y me dio una carta de despido y me ofreció lo que supuse era un soborno para que no dijera nada", dijo Stephens a NBC Out en 2016.

Stephens no pudo ver la decisión tomada el lunes por la corte: falleció el 12 de mayo mientras recibía tratamientos por una enfermedad del riñon.

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La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) presentó parte del caso ante la corte, donde la organización dijo que era un caso claro de discriminación por sexo porque si Stephens hubiera sido reconocida como mujer desde el nacimiento con la asignación de género entonces nadie hubiera cuestionado que ella acudiera al trabajo vestida así, y que su despido fue porque su empleador consideró que Stephens no cumplía con los estereotipos de vestimenta.

La funeraria, en las deliberaciones ante el tribunal, intentó argumentar que tratar de manera igual a mujeres y varones no significa tratar a un varón como mujer.

"No es discriminación con base en el sexo que un empleador implemente un código de vestimenta específico a un sexo o que tenga instalaciones de cambiadores y baños basadas en el sexo biológico de alguie en vez del sentido interno de género de esa persona", argumentó la funeraria.

El Gobierno de Donald Trump había intentado argumentar que el título VII de la ley no cubre casos como el de Bostock y Zarda, a diferencia de la postura adoptada por la Administración de Obama.

"El significado tipico de 'sexo' es si alguien es biológicamente varón o mujer; no incluye la orientación sexual", dijo el Departamento de Justicia de Trump. "Un empleador que discrimine a un empleado en una relación del mismo sexo no está violando el título VII si trata a los hombres en relaciones del mismo sexo igual que a las mujeres en relaciones homosexuales".

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