Los estados de Texas, Florida, California y Arizona, donde se concentra gran parte de la población latina en Estados Unidos, vieron estas últimas semanas un preocupante aumento en los casos de contagio de coronavirus.
Al analizar los datos del Centro de Ciencias de Ingeniería de la Universidad Johns Hopkins, contabilizados semanalmente durante el último mes, se aprecia que la curva de contagios ha retomado el alza luego de levantarse las medidas de cuarentena.
Florida, Texas y Arizona acumulan tres semanas de sostenida alza, lo que ha coincidido con la reactivación de esos tres estados y la libertad de movimiento que han tenido los ciudadanos especialmente a partir del fin de semana de Memorial Day.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, prefirió destacar la caída en el número de hospitalizaciones y atribuyó el alza de casos al aumento de pruebas y a nuevos brotes en comunidades agrícolas. "Son trabajadores que están muy cerca unos de otros", dijo en una rueda de prensa.
En Texas, unas 50,000 personas coparon esos días la playa Isla del Padre sin respetar las normas de distanciamiento social. Muy pocos utilizaban además mascarillas o cubre bocas. La situación se repitió en varias partes del país.
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El alcalde de Dallas, Eric Johnson, afirmó al The New York Times aseguró que el alza se puede atribuir al aumento de los test como al levantamiento de las medidas. "Francamente no me gusta lo que veo en términos de personas que no utilizan las mascarillas lo suficiente", dijo.
El gobernador, Greg Abbott, ordenó una serie de protocolos para la reapertura del estado, algunos entrando en efecto el 1 de mayo pasado, los cuales parecen no estar dando los frutos esperados. En los últimos seis días, hubo más de 12,000 nuevos casos de COVID-19 en Texas.
En Arizona, la situación agrega dramatismo al aumentar también el uso de camas hospitalarias, lo que preocupa a los legisladores y los profesionales médicos que han advertido que podría no haber suficientes lugares en las salas de emergencias para manejar lo que podría ser una gran afluencia de nuevos casos.
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El gobernador, Doug Ducey, quien levantó las medidas de cuarentena hace tres semanas, ha insistido en que "no es una situación de crisis" y sugirió que el aumento en el número de casos se debe a un aumento en la cantidad de pruebas realizadas.
California, en tanto, suma ya un mes completo de alzas en sus cifras de contagiados, una curva constante que solo en los últimos seis días agregó más de 20,000 nuevos casos. Desde antes que se diera la luz verde a la reapertura de negocios, el pasado 26 de mayo, el estado más grande de la costa oeste ya venía experimentando un alza en sus casos.
Las autoridades californianas habían sido cautelosas con el plan de reapertura, lo que generó fricciones con el gobierno de Donald Trump que exigía una reactivación más rápida.
El Instituto de Métricas de la Salud de la Universidad de Washington proyecta que de continuar el relajamiento en las medidas de cuidado, podrían registrarse unas 60,000 nuevas muertes de aquí a fines de septiembre.
Estados Unidos suma ya más de 2,100,000 casos de enfermos con el COVID-19. Más de 114,000 personas han muerto por la pandemia.
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