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Las protestas por la brutalidad policial centran la contienda electoral: Trump pide mano dura y Biden promete reformas

El presidente insistió este lunes en meter en la cárcel a los "matones", mientras su rival demócrata apostaba por aliviar las desigualdades sociales y económicas de los afroamericanos.
/ Source: Telemundo

WASHINGTON.— La escalada de protestas y violentos disturbios tras la muerte del afroamericanoGeorge Floyd bajo custodia policial ha generado este lunes respuestas opuestas en la contienda electoral. El presidente, Donald Trump, pidió mano dura contra la “izquierda radical”, mientras su rival demócrata, el exvicepresidente, Joe Biden, prometía medidas para mejorar la situación socioeconómica de los afroamericanos.

Ante un país que literalmente arde en llamas tras la muerte de Floyd la semana pasada, ha habido pocas respuestas claras de la clase política en Washington, y el Congreso apenas da pasos incipientes hacia una posible reforma policial.

Floyd falleció el 25 de mayo en Minneapolis (Minnesota) después de que un policía blanco, Derek Chauvin, presionara su rodilla sobre su cuello durante casi nueve minutos hasta asfixiarlo, pese a que el hombre, desarmado, gritaba que no podía respirar e imploraba a su madre.

Floyd, de 46 años, había sido arrestado por comprar cigarrillos con un billete sospechoso de ser falsificado. Chauvin, ahora despedido, afronta cargos de homicidio en tercer grado.

Las imágenes de su muerte, otro ejemplo del problema de brutalidad policial que ha arrastrado EE.UU. durante décadas, han generado protestas multitudinarias y han agravado las tensiones raciales. También ha pasado al centro de la contienda presidencial.

Las protestas, acompañadas por saqueos, violentos disturbios e incendios esporádicos, se producen en un país ya convulsionado por la pandemia del COVID-19, que se ha cobrado la vida de más de 100,000 personas, y por el desempleo, que ha dejado sin trabajo a 40 millones de estadounidenses.

Regaño a gobernadores

Trump aún no ha ofrecido un discurso sobre cómo atajar la brutalidad policial o lograr la reconciliación nacional. Este lunes mantuvo una reunión telefónica con gobernadores para calmar la situación, durante la cual les llamó  “débiles” y les pidió mano dura.

“Ustedes tienen que dominar o se verán como un montón de patanes, tienen que arrestarlos y meterlos en la cárcel 10 años”, dijo Trump en la llamada en la que participaron también autoridades policiales y funcionarios de seguridad nacional.

Desde que estalló esta nueva crisis, Trump ha recurrido a su cuenta en Twitter para culpar a líderes demócratas y a grupos de extrema izquierda de lo ocurrido. También ha exigido más mano dura contra los manifestantes, algunos de los cuales ha calificado como “matones”.

Trump afirmó horas antes que la respuesta a la crisis sería su eventual reelección el próximo 3 de noviembre, retomando su idea de que el problema más acuciante ahora es el descalabro económico causado por la pandemia del COVID-19.

Los asesores de Trump parecen estar divididos sobre cómo responder a la crisis: desde un bando, algunos le aconsejan bajar el tono a su retórica incendiaria y, desde otro, le piden exigir una estrategia policial más contundente.

Al final, ante la ausencia de nuevas propuestas, el mandatario se ha inclinado por un mensaje de mantener “la ley y el orden”, según reportó la agencia de noticias Associated Press.

La gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer condenó que Trump no dé señales de querer bajar las tensiones y continúe atacando "agresivamente" a los gobernadores. 

"Los comentarios peligrosos del presidente deben preocupar enormemente a todos los estadounidenses, porque envían una señal clarar de que su administración está decidida a sembrar las semillas del odio y la división, que temo que conducirán a más violencia y destrucción", afirmó.

"Este es un momento que clama por la empatía, humanidad y unidad", subrayó Whitmer, en la lista corta de posibles candidatas a la vicepresidencia por el Partido Demócrata. 

Impacto político

A cinco meses de los comicios generales, su probable rival, el demócrata Joe Biden, visitó este lunes una iglesia en Wilmington (Delaware), donde se reunió durante dos horas con líderes comunitarios para escuchar sus ideas y peticiones para sanar las heridas raciales en el país.

Aunque no dio pistas de si escogerá a alguna afroamericanas como compañera de fórmula, sí prometió que presentará la próxima semana nuevas medidas para mejorar las oportunidades de empleo, educación y vivienda para los afroamericanos.

“Sé que cometeré errores… vendrán del corazón, pero necesito ayuda”, dijo Biden, quien prevé ofrecer discursos “muy serios” en torno a las divisiones sociales que sacuden al país.

Luego mantuvo una conversación telefónica con los alcaldes de Atlanta (Georgia), Keisha Lance Bottoms; de Chicago (Illinois), Lori Lightfoot; de Los Angeles (California), Eric Garcetti; y de St. Paul (Minnesota), Melvin Carter.

En su agenda de gobierno, Biden apoya una reforma del sistema de justicia criminal que, entre otros elementos, incluya más clínicas y menos cárceles para drogadictos, y programas de rehabilitación que faciliten la reinserción civil de expresidiarios.

Trump ganó la presidencia en 2016 con sólo el 8% del voto afroamericano, pero ha querido destacar su historial entre esta minoría, sobre todo la promulgación de una reforma judicial en 2018, y la baja tasa de desempleo antes de la pandemia.

Una encuesta reciente de YouGov indicó que el 79% de los votantes afroamericanos se inclina por Biden, contra el 11% que apoya a Trump y un porcentaje similar que se mantiene indeciso.

La Casa Blanca no descarta que Trump se reúna con líderes afroamericanos esta semana “para escuchar” sus propuestas.
 

Propuestas del Congreso

El senador demócrata y exprecandidato presidencial Cory Booker prepara un nuevo proyecto de ley para una exhaustiva reforma policial, que crearía un registro nacional sobre abuso policial, obligaría a los departamentos de policía a reportar todo incidente sobre el uso excesivo de la fuerza, y prohibiría la discriminación de víctimas por raza o credo.

Por su parte, el congresista demócrata Jesús García afirmó que los casos de muertes de negros en los últimos cinco años sólo constatan “que el racismo institucional sigue vigente” en este país.

“La mayoría de la gente que protesta es pacífica y quiere cambios estructurales, que no se repita este tipo de crímenes”, dijo García, cuya ciudad de Chicago ha registrado protestas contra la brutalidad policial.

“En los sistemas policiales del país sigue habiendo prejuicios en los que no se valoran las vidas de los afroamericanos, y la gente quiere justicia. Las minorías lo entienden porque se sienten agredidas por el presidente Trump, la Casa Blanca y sus políticas públicas”, argumentó.

Bajo el sistema político estadounidense, las funciones policiales son potestad de las autoridades locales y estatales.

Sin embargo, al Congreso “le corresponde fortalecer las leyes que protegen los derechos civiles, sobre todo de grupos minoritarios”,  garantizar su derecho al voto, y desmantelar las desigualdades en las áreas de salud, vivienda, y educación, subrayó García.

En ese sentido,  Matthew Hughey, investigador y sociólogo de la Universidad de Connecticut, consideró que la brutalidad policial no se deriva de unas cuántas “manzanas podridas” sino que reflejan a todo un “huerto infectado”.

No se trata del mero “prejuicio” de algunos agentes sino de “una opresión sistémica de la gente con base a su raza”,  aseguró Hughey, quien ha hecho investigaciones sobre el asunto.

Las soluciones pasan por que el Congreso restablezca las juntas de supervisión comunitaria de la policía -abandonadas durante la Administración Reagan, e instituya programas que alienten la delación de policías corruptos y demás “malos actores”, entre otras, dijo Hughey.

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