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De Eric Garner a George Floyd: las protestas revelan lo poco que ha cambiado en seis años

El ajuste de cuentas nacional sobre la brutalidad policial en 2014 no ha sido suficiente para detener las muertes o para acabar con el miedo y la ira que sienten millones de estadounidenses.

Por Jon Schuppe - NBC NEWS

En julio de 2014, la policía de la ciudad de Nueva York lanzó al piso a un hombre negro sospechoso de un delito menor y se asfixió en la acera mientras un testigo lo grababa en video gritando: "No puedo respirar". 

La muerte de Eric Garner desencadenó protestas en toda la ciudad y en todo el país, que llevaron a la creación de un proyecto incipiente llamado Black Lives Matter, que se exacerbó unas semanas después con la muerte en manos de la policía de Michael Brown en Ferguson, Missouri.

Impulsado por esos eventos, y la muerte de otros hombres y mujeres negros bajo custodia policial, el movimiento arrojó luz sobre el uso de la fuerza por parte de la policía y de tácticas legales que tienen como blanco a las minorías y personas de bajos recursos. 

Pero a pesar de todo el cambio que se produjo como resultado de ese esfuerzo, no ha sido suficiente para detener las muertes o el trato dispar, o para poner fin al miedo, la represión y el resentimiento que millones de estadounidenses sienten por la forma en que son tratados por sus policías y por su país. 

Una protesta en Brooklyn, Nueva York, por la muerte de Eric Garner.
Una protesta en Brooklyn, Nueva York, por la muerte de Eric Garner.AP

Esas emociones han estallado una vez más, ahora a un nivel no visto en décadas, por la muerte captada en video de un hombre negro sospechoso de un delito menor que murió asfixiado cuando un agente blanco presionó su rodilla en el cuello en Minneapolis mientras decía: "No puedo respirar".

Manifestantes en decenas de ciudades, confinados en sus hogares durante meses debido a la pandemia de coronavirus, salieron a las calles para condenar la muerte de George Floyd.

[Quienes protestan contra la muerte de George Floyd en sus propias palabras: "Somos seres humanos que queremos justicia"]

Negocios han sido saqueados e incendiados. La policía ha repelido protestas con balas de goma y gases lacrimógenos. Decenas de manifestantes y oficiales han resultado heridos. Una docena de estados han activado sus Guardias Nacionales.

Los disturbios y el caos recuerdan las protestas que convulsionaron a la nación tras el asesinato en 1968 de Martin Luther King Jr. y las absoluciones de 1992 de los agentes de policía de Los Ángeles involucrados en la golpiza grabada en video de Rodney King.

"Estás viendo un tipo diferente de ira que nunca has visto antes", dijo Cedric Alexander, ex director de seguridad pública en el condado de Dekalb, Georgia, y ex jefe de policía en Rochester, Nueva York, quien ahora asesora a las fuerzas del orden público y a las diferentes agencias para mejorar las relaciones comunitarias. "Y esto no ha terminado. Los disturbios se detendrán, pero los polvorines continuarán”, añadió.

Alexander sirvió en el Grupo de Trabajo del expresidente Barack Obama sobre Vigilancia Policial en el Siglo XXI, que fue creado a raíz de las muertes de Brown y Garner para mejorar la confianza de la ciudadanía en la policía.

Su informe final, entregado en marzo de 2015, hacía recomendaciones que fueron implementadas por muchos departamentos policiales, pero el documento fue esencialmente olvidado por el presidente, Donald Trump, y sus fiscales generales, quienes han puesto sus esfuerzos en supervisar a los departamentos de policía con problemas y han criticado a los manifestantes porque, a su juicio, no merecen la protección policial.

"Alguien necesita sacar ese informe del grupo de trabajo del bote de basura, desempolvarlo y abrirlo de nuevo", destacó Alexander.

Agentes apuntan a una mujer en las calles de Ferguson en 2014.
Agentes apuntan a una mujer en las calles de Ferguson en 2014.Getty Images

Él, junto con manifestantes y activistas de derechos civiles, consideran que la actual ola de disturbios no es solo una respuesta a la muerte de Floyd, o sobre las decisiones de Trump que han fomentado la división del país, sino una reacción a varios eventos recientes que vuelven a poner de relieve el racismo de generaciones de la policía y la sociedad.

[Lea nuestra cobertura de las manifestaciones por la muerte de George Floyd]

El primer desencadenante de la nueva ola de protestas se remonta al 23 de febrero, cuando un hombre negro, Ahmaud Arbery, murió a balazos en Brunswick, Georgia, después de ser perseguido por un ex oficial de policía y su hijo, un ataque captado en video pero que no salió a la luz hasta el 5 de mayo.

El segundo fue el fallecimiento el 13 de marzo de la socorrista Breonna Taylor en su casa de Louisville, Kentucky, cuando la policía ejecutó una orden de allanamiento en su vivenda dirigida a su exnovio. El tercero fue una confrontación grabada en video el 25 de mayo en Nueva York entre un hombre negro y una mujer blanca que llamó a la policía para informar que "un afroamericano" la estaba amenazando luego de que este le pidiera que pusiera la correa a su perro en una zona que no permite perros sin correa.

Ese mismo día, horas más tarde, Floyd, de 46 años, fue acusado de pagar con un billete de 20 dólares de aspecto sospechoso en una tienda de comestibles de Minneapolis. Los oficiales se le acercaron y, mientras lo trasladaban al coche patrulla, cayó al suelo. Los transeúntes grabaron en video cómo el oficial Derek Chauvin apretaba con su rodilla el cuello de Floyd durante casi 9 minutos, mientras la víctima se quejaba de que no podía respirar y suplicaba por su madre.

Los cuatro eventos ocurrieron mientras gran parte de Estados Unidos estaba confinada por el brote de coronavirus, que ha exacerbado las divisiones raciales y económicas del país: los estadounidenses de color y las personas de bajos recursos tienen más probabilidades de enfermarse y morir del COVID-19, y son más propensos a perder sus trabajos y hogares por la repercusión en sus economías del brote. En algunos lugares, la policía increpa desproporcionadamente a los negros por violar las medidas de distanciamiento social.

"Estamos en un pico de pandemia en primer lugar, por lo que todos están sacudidos por el miedo. Todos han estado encerrados durante los últimos meses. Y ahora en medio de una pandemia, la comunidad negra especialmente tiene que luchar por el riesgo que corren sus vidas", dijo LiIly Camp, una manifestante en Atlanta.

"Sé que esto se va a pintar como, ‘los afroamericanos son violentos. Esta protesta es peligrosa. No está haciendo ningún bien’. Pero me gustaría decir que las personas que están haciendo esto lo están haciendo porque tienen miedo y están cansadas y no tenemos derecho a decirle a la gente que no deberían ser violentos y deberían hacer las cosas de forma pacífica, cuando el gobierno también está usando la violencia y disemina el miedo", añadió.

Los defensores de los derechos civiles también han expresado su frustración por la resistencia dentro muchas agencias de policía, incluidos los sindicatos de oficiales, a reformas como una supervisión civil y sistemas disciplinarios más efectivos. En muchas partes del país, personas de grupo minoritarios siguen siendo arrestadas y asesinadas a niveles desproporcionados. Y el número de personas asesinadas por la policía cada año se mantiene constante.

En muchas de las ciudades escenarios de las actuales protestas violentas, la población no tiene confianza en la policía, como en Louisville, que todavía se resiente por la muerte de Taylor; Filadelfia, donde varios oficiales fueron sosprendidos haciendo publicaciones racistas en Facebook; Chicago, cuya larga historia de escándalos incluye el tiroteo policial en 2014 de Laquan McDonald; Cincinnati, que ha tratado de reformar su departamento desde los disturbios de 2001, así como enFerguson y la vecina ciudad de St. Louis.

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Derrick Johnson, presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, dijo que las protestas violentas y los disturbios son el resultado de un sistema de justicia quebrado que ha ignorado las voces de los estadounidenses negros durante décadas, generando una sensación de abandono y desesperanza.

"Lo que hemos presenciado en las últimas noches es la explosión de la frustración acumulada no solo por la violencia policial, sino por la falta de oportunidades que muchos afroamericanos ven en todos los ámbitos de la vida", dijo Johnson el viernes.

El tamaño, el alcance y la violencia de las protestas ha alimentado especulaciones de que estárían siendo propulsadas por influencias externas.

Dependiendo de quién se pronuncie sobre la situación, los culpables podrían ser la izquierda radical, la extrema derecha, los nacionalistas blancos, los anarquistas, los antifascistas o los miembros del movimiento antigubernamental de ultra-derecha “boogaloo” que promueve la guerra civil. Pero hay poca evidencia de que esos grupos estén detrás de las manifestaciones.

Algunos activistas han señalado que antes de las protestas de Floyd, otro grupo de estadounidenses, en su mayoría blancos, algunos armados y muchos de ellos partidarios de Trump, se congregaron en los capitolios estatales para protestar contra las restricciones para frenar la propagación del coronavirus.

Trump alentó a esos manifestantes en Twitter mientras que ha llamado “matones” a las personas que protestaron por la muerte de Floyd. Y la policía generalmente mostró moderación con los que condenaban el confinamiento, mientras que las protestas por Floyd han estado marcadas por violentos enfrentamientos. 

"Me queda claro que estamos luchando contra un ataque coordinado contra nuestras vidas que es físico y estamos luchando contra un ataque coordinado contra nuestras vidas que está basado en información incorrecta o desinformación", dijo Rashad Robinson, presidente de la organización sin fines de lucro Color of Change.

Agregó que era importante tener en cuenta los cambios que ya se han producido como resultado de las campañas de justicia social que se intensificaron después de los asesinatos de Garner y Brown en 2014.

Algunos de los cambios son políticos, como el enfoque en los registros de justicia penal de los candidatos presidenciales demócratas y el creciente número de fiscales elegidos con la promesa de hacer que el sistema sea más justo para las minorías y los pobres. 

Otros son culturales, como que las personas usan sus teléfonos más rápido para grabar y compartir incidentes racistas y violencia policial. 

Robinson también asegura que ha visto progresos en la rapidez con que la que el Departamento de Policía de Minneapolis despidió a Chauvin y amonestó a los oficiales que estaban en la escena y no intervinieron. 

Chauvin fue acusado el viernes de asesinato y homicidio involuntario, menos de una semana después de la muerte de Floyd.

Muchos de los cambios ejecutados por las agencias policiales desde el verano de 2014 se han producido como resultado del trabajo del Police Executive Research Forum, una organización sin ánimo de lucro que desarrolla políticas para fortalecer la confianza pública.

Eso ha incluido la liberación rápida de imágenes de las cámaras en los uniformes de los los oficiales, el uso de técnicas de desescalada para evitar la fuerza, responsabilizar a los oficiales de intervenir cuando ven una mala conducta y admitir cuando un oficial o departamento ha cometido un error. 

Chuck Wexler, director ejecutivo del foro, señaló que creía que las protestas generalizadas tenían mucho que ver con el video de la muerte de Floyd, que calificó de "atroz y doloroso de ver". 

Es "completamente comprensible estar enojado por la brutalidad en el video", lamentó Wexler. Pero admitió que le preocupa el impacto de la ira actual en todo el esfuerzo que se ha dedicado para mejorar la policía estadounidense en los últimos seis años. "La frustración en el aspecto policial es que las personas mirarán este video y pensarán que nada ha cambiado", Wexler, "y eso es difícil porque muchas cosas han cambiado".

La ola de disturbios que agitan la nación en este momento muestran que el cambio no ha sido suficiente. "Si alguien me preguntara: '¿A dónde vamos desde aquí para construir relaciones?', diría que esa es la pregunta incorrecta a hacer en este momento", dijo Alexander, ex jefe de policía y autor del libro The New Guardianes: vigilancia en las comunidades de Estados Unidos para el siglo XXI .

"Porque después de que me atropellaste en la calle y me disparaste, después de que me disparaste en medio de la noche por una orden de arresto, después de que mentiste en un parque cuando asaltaste a una mujer, y después de que me estrangulaste en la calle mientras rogaba a mi mamá, ¿dónde comienzas una conversación con alguien sobre cómo construir relaciones? Pero tenemos que resolverlo", concluyó.

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