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Los hombres negros de Minneapolis tienen miedo: "Siento que podría ser el próximo"

Personas negras de esta ciudad de Minnesota manifiestan la desconfianza que sienten respecto al sistema judicial. "Los hombres negros en esta ciudad sienten que son el objetivo. Siento que podría ser el próximo. Es así de grave".

Por Curtis Bunn y Nick Charles - NBC NEWS

Desde que Samar Moseley regresó a Minneapolis desde el norte del estado de Nueva York en 2015, los asesinatos de hombres negros a manos de la policía han puesto a la ciudad en la cúspide de la anarquía.

Pero ahora se siente diferente, dice Moseley.

"Esto tiene el potencial de ser peor que Ferguson", asegura, refiriéndose a la ciudad de Missouri que estalló en disturbios en 2014 después de que un adolescente negro desarmado, Michael Brown, fuera asesinado por un policía blanco. "Ha ocurrido demasiadas veces aquí", añade.

Los manifestantes, personas blancas y negras, han irrumpido en las calles de Minneapolis y otras ciudades del país en las noches desde la muerte de George Floyd, el hombre negro que murió el pasado lunes por la noche en Minneapolis, Minnesota, después de que un agente de policía lo inmovilizara contra el suelo durante más de ocho minutos.

Ese exoficial, Derek Chauvin, fue arrestado el viernes y acusado de asesinato en tercer grado y homicidio involuntario.

Para muchos, eso fue una victoria. Pero para muchos otros, fue mucho menos que eso. Otros tres oficiales involucrados en el encuentro, dos que en el video parecen estar reteniendo a Floyd y otro que se mantuvo al margen, no han sido acusados, y eso no le sienta bien a una gran facción de un público angustiado y enojado.

Su rabia se desencadenó después de que circulara un video en los teléfonos celulares grabado por testigos en el se le ve a Floyd implorando ayuda y diciendo que no puede respirar. El FBI y el fiscal han pedido paciencia mientras llevan a cabo su investigación.

Sin embargo, la paciencia escasea en Minneapolis, mientras que la ira abunda.

"Los hombres negros en esta ciudad sienten que son el objetivo", dice Moseley. "Siento que podría ser el próximo. Es así de grave".

Moseley y otros afroamericanos de las Ciudades Gemelas (Minneapolis y St. Paul) se sienten así por una reciente serie de asesinatos por parte de la policía: Jamar Clark, de 24 años, baleado en 2015 durante una riña con dos oficiales blancos; Philando Castilla, abatido en su auto luego de ser detenido en 2016 en St. Paul mientras su novia grababa la escena con su teléfono; Mario Philip Benjamin, de 32, tiroteado el año pasado por oficiales que respondían a un incidente doméstico. En ninguno de estos casos los oficiales fueron detenidos o declarados no culpables.

La única excepción de esos casos, fue el de Mohamed Noor, un somalí-estadounidense, quien se convirtió en el único agente de policía de Minnesota en la historia reciente condenado por un tiroteo mientras estaba de servicio en el que mató a una mujer blanca australiana en un callejón oscuro detrás de su casa en 2007. Noor, que fue condenado a 12 años y medio de prisión, definió el tiroteo como "un error".

Greg Agnew, 56, nativo de Minneapolis, cree que la falta de responsabilidad por parte de la policía es preocupante, y añade que considera el despido de los oficiales en el caso Floyd como puramente "simbólico".

"Pero necesitamos más que eso", agrega Agnew, que trabaja en la construcción. "Un policía negro es arrestado y sentenciado a prisión. Los policías blancos han hecho esto mucho más y sin consecuencias. El sistema siempre está a su favor".

"Cuando le dispararon a Jamar Clark hubo dolor y protestas", añadió Agnew. "Después de unas semanas, todo se calmó. Esta vez no será así".

Ray Richardson, un amigo de Floyd, ha vivido en Minneapolis desde 1990. Antiguo escritor deportivo convertido en locutor de radio, Richardson dice que la ciudad necesitaba ver justicia en el caso de Floyd.

"La rabia es real y ha estado hirviendo a fuego lento durante los últimos cuatro años", asegura, añadiendo que los líderes de la ciudad y el estado habían hecho promesas después de los pasados tiroteos policiales "de que las cosas serían diferentes".

"La muerte de Floyd es un recordatorio de que las promesas no eran legítimas", dice Richardson. "Es por eso que el caso de Floyd ha generado tanta ira. Esta fue la gota que derramó el vaso para la mayoría de los negros de aquí".

La discordia entre la policía y la comunidad negra en Minneapolis, ya escandalosa, parece haber llegado a un punto irreparable con la muerte de Floyd.

"He vivido en Minneapolis toda mi vida, y nunca lo he visto tan mal", afirma Lehman Riley, de 57 años, autor de un libro infantil. "Los hombres negros están solos aquí."

"Si yo fuera uno de esos jóvenes thunder cats, también estaría ahí fuera protestando", añade. "No puedes seguir poniendo el dedo en la herida y esperar que no te devuelvan el golpe. Es demasiado".

Keary Saffold, de 41 años, coincide en que le preocupa la seguridad de la comunidad negra en el área de Minneapolis, y en todo el país.

"Me he propuesto no ver videos de brutalidad policial", asegura a NBC News. "Me obligué a ver este clip porque estaba sucediendo en mi patio trasero."

Saffold está casado con dos hijos, de 21 y 14 años, y una hija de 4.

Mientras veía el video de Floyd, se sintió"horrorizado, estaba petrificado, asustado más allá de las palabras. También sé lo que supone que la policía no se haga responsable de este tipo de incidentes", dice Saffold.

"Soy un hombre pacífico que rara vez defenderá algún tipo de violencia", agrega. "Esta es mi ciudad; entiendo al 100% por qué la gente hace lo que hace. Hay tantas conversaciones que se pueden tener".

"No tengo ninguna fe en nuestro sistema judicial", añade. "No bailaré en la calle hasta que vea a ese hombre en traje naranja dirigiéndose a una cárcel. Hasta entonces, no voy a caer en la trampa".

Los sentimientos de Saffold son compartidos por muchas personas negras del área de Minneapolis.

Talib Cadogan, 53, se mudó de Brooklyn, Nueva York, a Plymouth, Minnesota, hace 13 años. Plymouth está a 15 minutos en coche del centro de Minneapolis.

"Cuando dices 'Minnesota Nice' estás diciendo 'Minnesota ice'", afirma. "Es una comunidad muy unida y no es fácil hacer amigos. Me llevó siete u ocho años antes de que la gente fuera realmente amiga mía. También hay una enorme comunidad somalí y una enorme comunidad hmong, y también se les ve como extranjeros".

"Ya no me sorprende nada", asegura Cadogan a NBC News.

Agnew explica que está esperando que las autoridades sigan el típico esquema de "demonizar a la víctima", en este caso, Floyd.

"Tratarán de desenterrar algo sobre él, como si cualquier cosa que pudieran encontrar tuviera algo que ver con lo que le pasó. Pero si hacen eso, solo harán que los negros se enojen más", añade, "cuando piensas en la brutalidad de lo que pasó y añades haber estado tanto tiempo en casa por el coronavirus, se desencadenaron todas esas emociones. Estamos enojados".

"No ven al hombre negro como igual", enfatiza Agnew. "Si miras ese video, es un desprecio total por toda una cultura."

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