Doug Hurley y Bob Behnken, los dos astronautas de la NASA que protagonizan la primera misión espacial tripulada desde suelo estadounidense en casi una década, han alcanzado exitosamente este domingo la Estación Espacial Internacional (IIS, en inglés) tras viajar a bordo de una nave de la empresa privada SpaceX.
Su viaje ha durado aproximadamente 19 horas. Los dos despegaron a bordo de la nave Dragon Endeavour, a su vez enganchada a un cohete Falcon 9, también de la compañía del millonario y visionario Elon Musk, el sábado a las 3:22 pm, hora de la Costa Este, desde Cabo Cañaveral, Florida.
Con los dos astronautas a bordo listos para hacerse cargo del control manual de la nave por si fuera necesario, la cápsula de SpaceX se detuvo en la ISS y se acopló a ella de manera automática, sin necesidad de asistencia. El enlace se produjo 262 millas (422 kilómetros) por encima la frontera entre China y Mongolia.
Esta misión representa un hito en la historia de los viajes espaciales de la NASA, también por ser el primero en que dos astronautas de esta agencia estadounidense viajan a bordo de una nave de propiedad privada, y propulsada por un cohete con la misma característica.
Desde 2011, cuando retiró su transbordador espacial para órbitas bajas, la NASA utilizó naves espaciales rusas lanzadas desde Kazajstán para llevar a los astronautas estadounidenses hacia y desde la ISS.
Este centro de investigación se encuentra en la órbita terrestre a cerca de 250 millas de altura desde nuestro planeta, y sirve como base permanentemente tripulada para estudios científicos de varios aspectos del espacio. La utilizan equipos de varios países.
Como apunta la agencia de noticias The Associated Press, se prevé que Hurley y Behnken pasen en la ISS entre uno y cuatro meses.
La misión que empezó este sábado con el lanzamiento desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida es la última prueba a la nave diseñada por SpaceX en la que han viajado Hurley y Behnken. Será utilizada por la NASA para vuelos tripulados y de carga.
A diferencia de lanzamientos anteriores, el envío de astronautas al espacio no terminó con el despegue del cohete Falcon 9. Sólo minutos después de alcanzar su órbita, este regresó a la Tierra, para aterrizar de forma vertical sobre una plataforma en el Océano Atlántico.
El comienzo de esta misión no estuvo exento de inconvenientes. En principio, el cohete Falcon 9 tendría que haber despegado el pasado miércoles, pero el mal clima en ese momento obligó a postergar el lanzamiento pocos minutos antes del horario previsto para ello.
A pesar de la pandemia de coronavirus, miles de personas se agruparon este sábado en playas, puentes y pueblos de los alrededores del centro espacial Kennedy para observar la fase de despegue.
Con información de The Associated Press.
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