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¿Por qué algunas personas dan positivo con COVID-19 varias veces después de haberse recuperado?

Casos como el de la actriz colombiana Danna García, que ha dado positivo por el coronavirus tres veces, o el futbolista argentino Paulo Dybala, que dio positivo cuatro veces, ponen en duda si haber derrotado al coronavirus sí provee inmunidad.
/ Source: Telemundo

Hasta ahora las estrategias de reapertura de gobiernos de todo el mundo se han apoyado en la presunción de que el nuevo coronavirus solo puede contraerse una vez, y que una vez una persona lo ha derrotado, tendrá los anticuerpos necesarios para batallarlo exitosamente si su organismo vuelve a encontrárselo.

Pero los expertos médicos aún no saben esto con seguridad porque el virus es muy nuevo, y aunque hay infecciones que no se repiten, como el sarampión y la viruela, hay muchas otras que sí se pueden contraer varias veces, como la influenza o el tétano.

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Por eso han llamado la atención los casos de personas que vuelven a enfermarse con COVID-19 después de haberse recuperado y dar negativo en un examen de diagnóstico.

Esto le ocurrió a la actriz colombiana Danna García, que dio positivo tres veces, y al futbolista argentino Paulo Dybala, que pasó por lo mismo cuatro veces.

Tras los múltiples diagnósticos positivos, García dijo en una transmisión en vivo en su cuenta de Instagram que sufre secuelas como "caída de pelo, retención de líquidos, umbral del dolor muy sensible, subida de peso, falta de aire, resequedad en todo el cuerpo".

García y Dybala son apenas un ejemplo de muchos. Esto puede ocurrir aún bajo una cuarentena rigurosa: al menos 14 marineros a bordo del USS Theodore Roosevelt que "previamente dieron positivo por COVID y cumplieron criterios rigurosos de recuperación han vuelto a dar positivo", dijo un portavoz de la Flota del Pacífico de Estados Unidos en un comunicado.

Una posible explicación es que el virus esté actuando justamente sobre el sistema inmune y que este “no logre erradicar el virus” del todo, le dijo a Noticias Telemundo José Antonio López Guerrero, virólogo y profesor de Microbiología en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Mientras que los anticuerpos, o defensas, están combatiendo el COVID-19, “el virus puede permanecer en pequeña cantidad en reservorios dentro del cuerpo, por ejemplo, en el intestino”, explico el virólogo. En ese caso, una persona puede creerse curada y dar negativo en un examen, pero luego el virus recobra fuerza y la persona vuelve a presentar síntomas.

“Más que una reinfección es más una reactivación del mismo virus que nos infectó”, explicó López. Sin embargo, aclara que en casos de personas inmunocomprometidas para ellas las probabilidades de ser ‘reinfectadas’ aumentan.

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Aún no se sabe por qué algunas personas derrotan el virus y otras no, aún en circunstancias de salud previa y tratamiento parecidas. Y aunque se cree que tiene que ver con el tipo y la cantidad de anticuerpos que produce el cuerpo, los expertos no saben por qué algunas personas sí producen los necesario y otras no.

¿Qué papel juegan los anticuerpos?

Los anticuerpos son proteínas producidas por el plasma en la sangre que atacan bacterias y virus en el cuerpo. Hay dos tipos de anticuerpos, los IgM y los IgG, explica Raquel Binder, viróloga y epidemióloga de la Universidad de Duke. Los IgM son los anticuerpos de corto plazo que se activan entre la primera y segunda semanas después de la infección y después de eso se pierden.

Los anticuerpos IgG, en cambio, se consideran de largo plazo porque aparecen entre la segunda y tercera semana, empiezan a aumentar y se mantienen presentes por meses o años, le dijo Binder a Noticias Telemundo.

“Eso es importante para la respuesta inmune. No está muy claro, pero uno cree que uno solo se puede infectar una vez con el virus—pero eso hay que verlo, porque no se sabe cuánto tiempo uno tiene esos anticuerpos dependiendo de la respuesta del cuerpo”, dijo Binder. “Puede que uno esté protegido por muchos años o puede que sea un año o dos años. Eso es algo que tenemos que estudiar y que es muy importante para la vacuna, porque uno quiere solicitar una respuesta artificial del cuerpo con ella para ser protegido por muchos años”.

Falsos negativos y falsos positivos

La otra posible explicación por haber dado positivo varias veces es que el virus haya decaído lo suficiente como para no ser detectado en una prueba, pero que siga presente en el cuerpo por un tiempo más hasta que desaparezca totalmente. Eso produciría un falso negativo en un examen de diagnóstico.

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Casi todas las pruebas de diagnóstico de COVID-19 buscan fragmentos del ARN o código genético del virus. (Las pruebas de anticuerpos, o de antígenos, busca proteínas del virus). Pero según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), "la detección de ARN viral no necesariamente significa que haya virus infecciosos".

Es decir, la prueba puede estar detectando una parte del ARN del virus que sobró, no una partícula de virus infecciosa intacta.

Cuando la carga viral es demasiado baja

También hay casos de personas que contraen el virus y pueden contagiar a otros, pero la carga viral –cuánta cantidad del virus una persona tiene en su cuerpo– es tan baja que no presentan síntomas y el examen no lo detecta. Esto ocurre sobre todo temprano en la enfermedad, si el contagio ocurrió hace menos de una semana, porque el virus aún no se ha reproducido lo suficiente.

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“La probabilidad de tener un (resultado de) examen poco exacto depende mucho del examen y de la técnica”, explica Binder, “si alguien te toma el examen (de diagnóstico con el hisopo por la nariz) mal, si no te meten el hisopo hasta el final, entonces la probabilidad de tener un falso negativo es mucho más alta”.

Una mujer reacciona antes de someterse a una prueba nasal de COVID-19 en el Hospital de Educación e Investigación Kartal Dr. Lutii Kirdar el 8 de mayo en Estambul, Turquía.
Una mujer reacciona antes de someterse a una prueba nasal de COVID-19 en el Hospital de Educación e Investigación Kartal Dr. Lutii Kirdar el 8 de mayo en Estambul, Turquía.Chris McGrath/Getty Images

No solo importa la técnica, también importa en qué momento en la trayectoria de la enfermedad se encuentre el paciente.

Después de una semana, cuando en promedio se empiezan a presentar los síntomas, el virus se concentra en las vías respiratorias, explicó Binder. Por eso se hace el examen de diagnóstico introduciendo un hisopo de algodón delgado por la nariz hasta la garganta, porque allí es donde se concentra el virus.

“Eso significa que, para ese entonces, el virus estaría en mi saliva, en mi nariz, y si yo estornudo, si estoy tosiendo, es muy probable que yo lo esté excretando e infectando a otras personas”, dijo la viróloga. Por lo general a las dos semanas, en quienes se recuperan exitosamente, la carga viral en las vías respiratorias baja y los anticuerpos de largo plazo aumentan.

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Después de eso, el virus todavía se puede encontrar más adentro en las vías respiratorias, más profundo en los pulmones, y hasta seis semanas después en la materia fecal. “Entonces dependiendo de qué tipo de muestra tomas el virus va a estar presente por menos o más tiempo”, aclara Binder.

A veces esos restos virales que se encuentran semanas después no necesariamente significan que la persona sea contagiosa. Así lo encontró un estudio de los Centros Coreanos para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Los científicos surcoreanos analizaron datos de 285 pacientes que dieron positivo a COVID-19 después de haberse recuperado. No encontraron evidencia de que siguieran siendo infecciosos. Y tampoco lograron que esas muestras virales crecieran y se multiplicaran en laboratorios, lo que sugiere que eran de pedazos de virus inertes.

Binder aclara que en los casos de falsos positivos o negativos aún no es claro si esas personas estarían aún infectando a otros, “pero uno debe tener eso en mente y pensarlo”.

Damià Bonmatí y Olga Luna reportearon para este artículo. Con información de NBC News.