Cuando el astronauta Doug Hurley aterrizó al mando del transbordador espacial Atlantis el 4 de julio de 2011, no imaginó que nueve años después estaría nuevamente a bordo de una nave espacial estadounidense. "Estaba feliz de haber completado esa misión y de volver a casa. Francamente no tenía ninguna expectativa de volver de nuevo al espacio", asegura.
La del Atlantis fue la última misión de un vehículo espacial construido por Estados Unidos. Desde el cierre del programa de los transbordadores, todos los astronautas enviados al espacio tuvieron que viajar a la ex república soviética de Kazajistán para despegar a bordo de la nave rusa Soyuz.
Eso cambiará el próximo miércoles 27 de mayo, un día histórico para la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) porque lanzará una misión tripulada desde suelo estadounidense por primera vez en nueve años.
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"Lanzaremos astronautas estadounidenses, en un cohete estadounidense, desde suelo estadounidense", exclamó este miércoles el administrador de la NASA, Jim Bridenstine, al recibir a Hurley y al también astronauta Robert Behnken en el Centro Espacial John Kennedy de Florida.
La misión, conocida como Demo-2, marca también el inicio de una nueva era en la exploración espacial, en la que la NASA ha unido esfuerzos con empresas privadas para los vuelos tripulados al espacio.
En 2014, Boeing y SpaceX se adjudicaron sendos contratos de 4,000 y 2,600 millones de dólares respectivamente para desarrollar vehículos de transporte espacial con el objetivo de trasladar a un total de 48 astronautas para 2024.
El vuelo de la próxima semana será la última prueba del vehículo espacial Crew Dragon, diseñado por SpaceX, la compañía del multimillonario Elon Musk, que dirige también la marca de automóviles eléctricos Tesla.
Boeing, por su parte, debe construir la cápsula Starliner, pero tuvo problemas en uno de sus últimos ensayos realizado a fines de 2019 y no se espera esté lista para misiones tripuladas hasta 2021.
Los astronautas Hurley y Behnken tienen previsto despegar desde Florida a las 4:33 de la tarde del 27 de mayo (hora local) y llegar 24 horas después a la Estación Espacial Internacional, donde permanecerán por un periodo aún no determinado, pero que podría ser de entre uno a tres meses.
Allí se unirán al estadounidense Chris Cassidy y a los rusos Anatoly Ivanishin y Ivan Vagner, quienes llevan poco más de 40 días en el espacio.
El quinto vehículo usado por la NASA
Esta misión será el último paso en el proceso de certificación de la cápsula Crew Dragon para ser utilizada en el programa de misiones tripuladas.
El objetivo final de la NASA es continuar con la exploración de la Luna y Marte. El programa Artemis llevará a la primera mujer a la Luna en 2024.
Crew Dragon es el quinto vehículo que ha utilizado la NASA en su historia de más de 60 años explorando el espacio. Le precedieron las naves Mercury (que llevó al primer hombre en el espacio), Gemini, Apollo (con la cual se llegó a la Luna) y los transbordadores espaciales.
La nueva nave se asemeja más a las cápsulas usadas en los primeros programas de la NASA y dista mucho del diseño de los transbordadores espaciales, que podían descender a la Tierra como vuela un avión. Sin embargo, todos los programas anteriores suponían la pérdida de los cohetes, los cuales se quemaban en la atmósfera o caían al mar y no podían ser utilizados.
La nave Crew Dragon va montada en el gigantesco cohete Falcon 9, de 229 pies de altura y cuyos nueve motores generan más aceleración que cinco aviones Boeing 747. Tras cumplir su misión de poner la cápsula en órbita, el cohete tiene la capacidad de volver a la Tierra y aterrizar de forma vertical en una plataforma en medio del océano, lo que permite su reutilización.
"Es un vehículo excepcional", describe Hurley, "es maravilloso. Definitivamente no es un transbordador, es más pequeño, pero tiene lo último en tecnología. Estamos muy emocionados de estar en un vehículo espacial real y no en un simulador".
En el siguiente video se muestra la prueba de escape de emergencia de la cápsula Crew Dragon en caso de falla del cohete principal.
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