Miembros del gobierno de El Salvador alertaron este sábado por la noche de que el sistema sanitario del país está a “días del colapso”. El ministro de Salud salvadoreño, Francisco Alabí, aseguró que, de seguir el actual ritmo de contagios por coronavirus, en la semana que viene no se podrá “dar atención médica a todos los pacientes".
Actualmente, en el país se han registrado 1,338 casos confirmados y 27 fallecidos, según los datos oficiales.
Estas declaraciones llegaron en una conferencia de prensa a última hora de la noche en la que se informó que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, había establecido por decreto ejecutivo una prórroga del estado de emergencia que entró en vigor en el país el pasado marzo y cuyo vencimiento estaba previsto para este sábado.
Bukele tomó esta decisión sin esperar la aprobación del Congreso, amparado en una ley que lo permite si la asamblea legislativa no ”estuviere reunida”. Una reunión del Congreso estaba prevista para el lunes.
Diputados opositores y expertos en derechos humanos calificaron la acción del presidente como un "desconocimiento" del Congreso y lo acusaron de establecer en el país el "estado de excepción". La Fiscalía de El Salvador tachó la decisión de Bukele de no esperar la aprobación del Congreso de “usurpación de facultades".
Bukele justificó su acción en redes sociales al decir que, en su opinión, muchos diputados no respondieron a sus llamados de reunirse para votar la extensión del estado de emergencia antes de que caducara la vigencia del anterior.
“No les importó”, escribió. “Simplemente dijeron que convocarían al lunes 18 a las 3pm. ¿Y qué pasaría con la emergencia hoy domingo y mañana lunes? ¿El virus los va a esperar?”, agregó.
La ley citada por el Gobierno para justificar su decisión de alargar el estado de emergencia por decreto, la de Protección Civil, no establece un mecanismo para determinar los requisitos para declarar que los legisladores no pueden reunirse.
El Gobierno de El Salvador es uno de los que ha tomado las medidas más estrictas para frenar la pandemia de coronavirus. Mucho antes de que Mario Duran, titular de Gobernación, y Francisco Alabí, ministro de Salud, alertaran este sábado sobre la situación de colapso inminente del sistema sanitario, Bukele había ordenado el cierre de las fronteras y la cuarentena nacional. También envió a la policía y al ejército a detener a los infractores.
El tema más polémico son los “centros de contención” donde miles de salvadoreños han permanecido detenidos hasta más de un mes sin revisión judicial.
Activistas de los derechos humanos han denunciado esta práctica, mientras que la Corte Suprema ha dictaminado reiteradamente que las detenciones son inconstitucionales ya que ninguna ley las autoriza. También se teme que las condiciones en las que se encuentran las personas encerradas allí, donde el Gobierno mezcló a enfermos con sanos, favorezcan la propagación del virus.
Como recuerda el diario El Faro, no es la primera vez que se registran tensiones entre el gobierno de Bukele y los legisladores.
La Asamblea sesionó de emergencia el sábado 8 de febrero en busca de un acuerdo para autorizar al Gobierno a negociar un préstamo para financiar su estrategia de seguridad. No lo logró y planeó una nueva sesión plenaria para el lunes 10.
Pero el presidente Bukele forzó una sesión el domingo 9 y llegó a entrar al Congreso con militares y amenazar con disolverlo en una demostración de fuerza y de intimidación que recibió unánime condena internacional.
Con información de EFE, El Faro y The Associated Press.
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