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Por qué un examen de anticuerpos no es la garantía para salir de cuarentena

No es solo que los expertos aún no saben con seguridad si tener anticuerpos de COVID-19 nos hace inmunes a una reinfección: es que hay tantas compañías haciendo sus propios exámenes, muchas con tasas altísimas de error, que los expertos advierten que un resultado positivo no es buena guía para reabrir la economía.
/ Source: Telemundo

Aunque los científicos aún no lo saben con seguridad, se presume que una vez una persona contrae el coronavirus y desarrolla los anticuerpos para superarlo, podría ser inmune por lo menos por un tiempo a una segunda infección.

Por eso, muchos estados y comunidades que están comenzando a reabrir sus economías y levantar gradualmente sus cuarentenas están usando los exámenes de diagnóstico y de anticuerpos para tomar esas decisiones.

Pero lo cierto es que dar positivo en un examen de anticuerpos, por el momento, no es seguridad de inmunidad ni debe ser una guía para modificar una cuarentena, sea personal o la de una comunidad entera, dicen los expertos.

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Si una persona con un sistema inmunológico saludable contrae y supera el COVID-19, “lo normal es que desarrolle una respuesta inmune que le proteja de una reinfección” le dijo a Noticias Telemundo José Antonio López Guerrero, virólogo y profesor de Microbiología en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

No se sabe sin embargo cuánto puede durar esa ventana de inmunidad tras derrotar al virus, advirtió López. En otros tipos de coronavirus la respuesta inmune puede durar meses o años y con el tiempo va desapareciendo hasta que la persona puede reinfectarse.

Hay infecciones que no se repiten, como el sarampión y la viruela, pero hay muchas otras que se pueden contraer varias veces, como la influenza y el tétano.

Una enfermera le extrae sangre para una prueba de anticuerpos de COVID-19 a Junior, un inmigrante guatemalteco, al lado de su padre Marvin en una clínica el 5 de mayo en Stamford, Connecticut. Se hicieron el examen para detectar COVID-19 para ver si ahora
Una enfermera le extrae sangre para una prueba de anticuerpos de COVID-19 a Junior, un inmigrante guatemalteco, al lado de su padre Marvin en una clínica el 5 de mayo en Stamford, Connecticut. Se hicieron el examen para detectar COVID-19 para ver si ahora son negativos, un mes después de enfermarse de coronavirus. John Moore/Getty Images

Alcaldes, gobernadores y hasta la Casa Blanca buscan apoyarse en los resultados de los exámenes de anticuerpos para tener una especie de radiografía en el tiempo de quiénes han tenido la enfermedad y podrían ser inmunes.

Se estima que alrededor de 15% de los neoyorquinos probablemente ha tenido COVID-19 según los resultados de 7,500 exámenes de anticuerpos que se le practicaron a personas al azar en supermercados y tiendas para ver si tenían las defensas para combatir el coronavirus, dijo el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, la semana pasada.

Pero es importante notar que esos exámenes se han hecho en su mayoría a personas jóvenes y saludables, y la respuesta inmunológica de los niños o personas mayores o con enfermedades crónicas puede ser muy diferente, le explicó a Noticias Telemundo Raquel Binder, viróloga experta en enfermedades infecciosas de la Universidad de Duke.

“Lo otro que hay que pensar es que hemos visto que el virus muta”, advirtió Binder, “que cambia con el tiempo. Si el virus cambia mucho (que no es lo que hemos visto hasta ahora, pero es posible) se le podría escapar al sistema inmune, que cambie tanto que el cuerpo no lo reconozca, que es lo que pasa con la influenza”.

El COVID-19 no ha mutado mucho hasta ahora, y por eso los investigadores esperan que los anticuerpos nos den algo de inmunidad, pero aún no lo saben con certeza. “Esta epidemia acabó de empezar”, dice Binder, “y tendríamos que esperar un año o dos para ver cómo se desarrolla eso”.

El ‘salvaje oeste’ de los exámenes de anticuerpos

Además de la incertidumbre alrededor de la inmunidad, la confiabilidad de los resultados varía mucho dependiendo de la compañía que fabrique el examen. Y de esas hay casi 200 en Estados Unidos, la mayoría sin vetar por la Agencia de Medicinas y Alimentos (FDA).

“Inicialmente la FDA no estableció ningún parámetro (para estos exámenes), en parte por la confusión con las pruebas de diagnósticos, porque hubo quejas y críticas de que ese examen se demoró demasiado en estar disponible en todo el país”, explicó Apoorva Mandavilli, reportera de salud y ciencia para el diario The New York Times, durante un seminario virtual organizado por el Centro de Periodismo de Salud.

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“Básicamente, con los exámenes de anticuerpos, (la FDA) dejaba pasar lo que fuera, y todo al mismo tiempo. Era, como me dijo el (epidemiólogo Michael Osterholm) de manera muy colorida, el ‘salvaje oeste’ en un punto, cada compañía ofreciendo su propio examen de anticuerpos”.

Un grupo de 50 investigadores de la Universidad de California en San Francisco analizó de manera preliminar los resultados de 14 compañías que ofrecen el examen de anticuerpos. De esas 14, solo tres dieron resultados confiables de manera consistente. Las otras arrojaban falsos positivos entre 5 y 16% de los casos. Varios epidemiólogos consultados por el Times calificaron esto entre “inaceptable” y “preocupante”.

“Pero creo que la FDA se dio cuenta que eso no era sostenible, y que las comunidades, e incluso los gobiernos nacionales, estaban empezando a usar los exámenes de anticuerpos como una manera de justificar la reapertura de la economía”, continuó Mandavilli.

La científica de laboratorio médico, Alicia Bui, realiza una prueba clínica en el laboratorio de inmunología de la Universidad de Washington en busca de anticuerpos contra el COVID-19 el 17 de abril, en Seattle, Washington. El plasma que está examinando p
La científica de laboratorio médico, Alicia Bui, realiza una prueba clínica en el laboratorio de inmunología de la Universidad de Washington en busca de anticuerpos contra el COVID-19 el 17 de abril, en Seattle, Washington. El plasma que está examinando proviene de donantes que se han recuperado de COVID-19 y tiene el potencial de ayudar a combatir la enfermedad en otros. Karen Ducey / Getty Images

La agencia entonces hizo un cambio en sus políticas a principios de mayo y ahora exige que las compañías que fabriquen un examen de anticuerpos apliquen a la agencia por una autorización. “Eso inmediatamente cortó el número de pruebas que estaban proliferando en el mercado”, dijo la reportera.

En su página web, la FDA ahora publica cuáles exámenes han sido validados por ellos. Sin embargo, de 199 compañías distintas publicadas, dicen que solo seis han sido autorizadas por la FDA.

Una de esas compañías es Abbott Laboratories, cuyos exámenes de diagnóstico (los que muestran si una persona es portadora del virus en ese momento) se encuentran hoy bajo la lupa.

Un estudio preliminar de la Universidad de Nueva York encontró que entre un tercio y 48% de los exámenes de Abbott arrojaban falsos negativos (cuando una persona sí es portadora pero la prueba dice lo contrario), algo que los investigadores llaman “inaceptable”.

Un vocero de Abbott le dijo a Fox Business que eso no coincide con su propia investigación, que encontró que su tasa de falsos negativos es de 0.02%

La FDA emitió un comunicado este jueves para “alertar al público sobre datos preliminares que sugieren resultados potencialmente imprecisos del examen de Abbott ID NOW”. Esto es notorio porque, además de que Abbott dice haber enviado unos 1.8 millones de pruebas a los 50 estados, este es el examen que usan en la Casa Blanca para examinar a quienes entran en contacto con el presidente Donald Trump.

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“Todavía estamos evaluando la información sobre los resultados inexactos y estamos en comunicación directa con Abbott”, escribió Tim Stenzel, director de la Oficina de Diagnósticos In Vitro y Salud Radiológica en el Centro de Dispositivos y Salud Radiológica de la FDA. Aclaran en el comunicado que “esta prueba aún se puede usar y puede identificar correctamente muchos casos positivos en minutos”, pero que “es posible que sea necesario confirmar los resultados negativos con una prueba molecular autorizada de alta sensibilidad".

Algunas de las compañías más grandes ofrecen el examen de Abbott, como LabCorp y Quest Diagnostics. Según Quest Diagnostics, “en el pico de la crisis”, la corporación estaba realizando “casi la mitad de todas las pruebas de diagnóstico del país”, unos 50,000 al día, o alrededor de 1 millón entre marzo y abril.

Lo que nos debemos preguntar al analizar estos exámenes es “¿Cuál es el propósito del examen, qué estás tratando de hacer?”, dijo este miércoles el epidemiólogo Michael Osterholm, director del Centro de Investigación y Políticas de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota, en el seminario virtual con Mandavilli.

“Si estás usando ese examen para decidir quién entra y quién sale, entonces sabes que tienes un problema”, advirtió, “porque sabes que no va a ser perfecto. Lo comparo con arreglar cuatro de las cinco puertas de contención de tu submarino. Sigues teniendo un problema”.

Osterholm, quien investigó el SARS en Asia y el MERS en el Medio Oriente, viruses parecidos al coronavirus, dice que “los exámenes de anticuerpos son un verdadero reto para nosotros ahora”.

“En este momento, yo no veo el papel de los exámenes de anticuerpos en ayudar a una persona individual, a menos de que tenga uno de estos exámenes confirmatorios” de varios pasos. “¿Qué le vamos a decir a alguien que ahora piensa que está protegido y no se va a infectar ni a transmitirlo a nadie más? Su comportamiento va a cambiar de acuerdo con eso, puede ser más descuidado con la distancia social”.

Si los resultados de estos exámenes se están usando para reabrir la economía entonces “no hay mucho margen de error”, añade Mandavilli, “se necesita que sea tan cercano a 100% especificidad y 0% de falsos positivos como sea posible”. Los exámenes de anticuerpos de las compañías Roche, Goldstandard y Abbott (no el de diagnóstico) parecen estar cerca a eso.

Binder dice que, aunque estos exámenes pueden dar falsos negativos o positivos en algunos casos, sí son importantes para los investigadores, para conseguir datos, avanzar en sus análisis y descifrar qué porcentaje de la población ha estado expuesto al coronavirus y dónde en la curva epidemiológica nos encontramos.

Lo que numerosos epidemiólogos y virólogos advierten es que estos exámenes no se deben usar para formular políticas públicas, como un veredicto de si se debe levantar la cuarentena en una comunidad, ni como guía personal sobre si eliminar el aislamiento o distancia social sin precauciones. Todavía hay demasiado que no se sabe para tomar ese riesgo.

Olga Luna y Damiá Bonmatí reportearon para este artículo. Con información de The New York Times, Fox Business y CNBC.

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