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El COVID-19 traerá más hambre en América Latina, advierten activistas

“Los más vulnerables del mundo, en particular los refugiados y quienes viven en zonas de guerra, ya son los más golpeados, porque están perdiendo ingresos críticos en medio de un aumento en los costos de comida”, avisa el Comité de Rescate Internacional.
/ Source: Telemundo

WASHINGTON.— La pandemia del COVID-19 ha acentuado el hambre y la crisis económica entre refugiados y millones de afectados por el desplazamiento interno en América Latina y el resto del mundo, ha advertido este jueves el Comité de Rescate Internacional (IRC, en inglés).  

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A ello se suma el alza de precio en los productos de la canasta básica y la pérdida de empleos, que han creado una doble crisis “económica y de hambre sin precedente”, según David Miliband, presidente de IRC.

En Colombia, por ejemplo, el costo de los productos básicos se ha disparado en 140%, mientras que en Venezuela subió un 80% el mes pasado, según el IRC, que cita datos de la legislatura venezolana.

“Los más vulnerables del mundo, en particular los refugiados y quienes viven en zonas de guerra, ya son los más golpeados, porque están perdiendo ingresos críticos en medio de un aumento en los costos de comida”, advirtió Miliband.

La mayoría de los refugiados apenas ganan para vivir en el sector informal, y la crisis sanitaria ha diezmado sus negocios o les impide reabastecerse debido a interrupciones en la cadena de suministro, expica el IRC.

Son familias que viven un día a la vez y, en el peor de los casos, una crisis prolongada sólo conducirá a más hambre y más muerte.

Según un informe reciente del Programa Mundial de Alimentos (WFP, en inglés), la pandemia pondrá a 265 millones de personas en países en vías de desarrollo en mayor riesgo de sufrir “hambre aguda” para fines de este año.

Debido a las carencias en los países más pobres y con alta deuda pública, el principal economista de WFP, Arif Husain, ha dicho que el escenario “es espantoso”, cuando además no se descarta “una segunda o tercer ola de la enfermedad”.

En México, donde se han confirmado 40,186 casos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha advertido de que la crisis económica podría provocar la pérdida de hasta 2,9 millones de empleos.

En El Salvador, Honduras y Guatemala, la caída de remesas de familiares que han perdido sus empleos en Estados Unidos está teniendo un efecto dominó en la región.

Una encuesta del gobierno hondureño, citada por el IRC, determinó que el 90% de los hogares en ese país no tienen reservas para más de un mes. Eso significa que cualquier emergencia familiar conllevaría a la ruina segura.

Todo ello aumenta la posibilidad de más emigración ilegal hacia el norte.

El riesgo de propagación del coronavirus es mayor en zonas con alta densidad poblacional, donde es casi imposible practicar el distanciamiento social, y los que trabajan en la economía informal no tienen opción de quedarse en casa.  

Las restricciones de movimiento aplicadas en ciudades de Europa y Estados Unidos sólo agravarían la crisis económica de hogares en países pobres, donde se hace cada vez más difícil el acceso a equipos de protección y a servicios de cuidado médico, ha precisado el IRC.

El senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, el demócrata de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, presentó un proyecto de ley la semana pasada, que provee $9,000 millones adicionales para respaldar la lucha internacional contra el COVID-19.

De ser aprobada, la medida restablecería los fondos eliminados a la Organización Mundial de la Salud; aumentaría la ayuda humanitaria de EE.UU.; restablecería un puesto en el Consejo de Seguridad Nacional para responder a emergencias sanitarias globales, entre otros elementos.

En declaraciones a Noticias Telemundo, Menéndez consideró que el Congreso debe aprobarla porque Estados Unidos tiene una obligación moral de liderar la lucha global contra la pandemia.

Es una “medida de sentido común” que ayudaría a que Estados Unidos pueda aumentar su capacidad para “prevenir, responder, y detectar amenazas de epidemias y pandemias como el COVID-19”, y su aprobación debería ser prioridad del liderazgo republicano en el Senado, afirmó Menéndez.

Para paliar los efectos de la pandemia, el IRC ha incrementado el envío de asistencia económica para las zonas más afectadas, no sólo en América Latina sino también en Africa y el Medio Oriente.

Sin embargo, el IRC aseguró que la respuesta a la pandemia debe adecuarse a las condiciones sobre el terreno en cada país, y requiere muchos más recursos de la comunidad internacional.

Por ello, la organización humanitaria calcula que necesitará al menos 30 millones de dólares para ayudar a frenar la propagación del COVID-19 entre las poblaciones más vulnerables.

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