Hace siete meses ya que la niña Dulce María Alavez, de 5 años, desapareció en un parque de Nueva Jersey, pero la búsqueda no ha cesado, ni siquiera durante la cuarentena por la pandemia de coronavirus, y siguen llegando pistas crípticas que podrían aportar alguna evidencia sobre este misterioso crimen aún por resolver.
“Nuestra oficina física está cerrada al público debido a la pandemia de COVID-19”, ha explicado la Fiscalía del condado de Cumberland, “pero investigadores continúan investigando activamente este asunto”.
“Seguimos recibiendo pistas de la ciudadanía. Todas y cada uno de las pedazos de información que recibimos es investigado pues puede ser la pieza del puzle que necesitamos para determinar quién fue responsable de la desaparición de Dulce”, ha añadido la fiscal Jennifer Webb-McRae.
La madre, Noema Alavez Pérez, de 19 años, llevó a la niña al Bridgeton City Park el pasado 16 de septiembre con su hermano, de 3 años, y otro niño de la familia de 8 años. La dejó marchar junto a su hermano a un área de juegos, con un helado en la mano, mientras ella se quedaba en el auto con el otro niño.
Unos 10 minutos más tarde, según su relato, se encontró a su hijo llorando, con el helado en el suelo, y ni rastro de la niña.“Pensé que nada más estaba jugando a las escondidas, que estaba jugando en el bosque”, explicó. Al no hallarla, media hora después telefoneó a la policía.
Los investigadores indicaron en un primer momento que podía haber sido secuestrada por un hombre delgado, probablemente hispano, con zapatillas anaranjadas, pantalones rojos y camisa negra, que la habría atraído a una camioneta roja con ventanas tintadas.
Sin embargo, terminó por reconocer: “No tenemos sospechosos claros”.
La niña vestía una playera amarilla, pantalones a cuadros blancos y negros y sandalias blancas. Cualquier pista sobre su paradero se puede comunicar al teléfono 856-451-0033 o a través de tip41 con la clave “Bridgeton”.
El pasado mes de marzo llegaron cartas anónimas con supuestas pistas sobre la investigación a dos empresas y una biblioteca del estado de Ohio.
Un mensaje garabateado en una tarjeta y enviado a un casino y pista de carreras en Austintown Township desencadenó una búsqueda con perros y drones por una zona boscosa del área, pero sin resultados.
La familia recibió además un carta enviada desde Cleveland (Ohio) con siete piezas de papel con frases ilegibles, según la web NJ.com.
Apenas era posible descifrar algunas palabras, según la familia: “Alaska”, México”, “frontera”, “1776”, “guerra civil”, “pueblo de Nueva Inglaterra” o “hogares infantiles orfanatos”. Según la familia, parecía la letra de un niño, y les resultaba familiar de alguna manera.
En los últimos meses han recibido muchos mensajes a través de redes sociales de gente que dice tener poderes paranormales e información sobre la niña, por ejemplo a través de visiones de su paradero. Un grupo de ciudadanos rastreó un campo tras la escuela de la niña a partir de una de esas pistas, pero sin éxito.
Las tres cartas recibidas en Ohio tienen similitudes, según las autoridades: en una se pedía rastrear un bosque cercano a una parada de camiones en la carretera interestatal 80. No se halló nada, pero los investigadores aseguraron que volverían a mirar allí cuando se derritiera la nieve.
Otra tarjeta, enviada a una heladería, mencionaba a la niña por su nombre pero no sugería que pudiera estar en Ohio, y no generó nuevas búsquedas.
Entre tanto, la familia ha conmemorado el sexto cumpleaños de Dulce María, el 25 de abril, a través de una videoconferencia debido a la cuarentena por el coronavirus.
Con información de The Press of Atlantic City, NJ.com, y CBS.
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