IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

La Operación Gedeón, el plan que "buscaba derrocar a Maduro" y terminó siendo su salvavidas mediático

Tres recientes incursiones marítimas han impulsado la narrativa conspiradora que tanto le gusta a la “revolución bolivariana” y le sirven de excusa para minimizar o ignorar los gravísimos problemas que atraviesa el país. Hasta ahora hay ocho muertos y 15 detenidos.
Miembros de los cuerpos de seguridad patrullaban la costa donde se registró un enfrentamiento, el 3 de mayo, en Macuto, Venezuela.
Miembros de los cuerpos de seguridad patrullaban la costa donde se registró un enfrentamiento, el 3 de mayo, en Macuto, Venezuela.EFE
/ Source: Telemundo

Por Valentina Lares Martiz

Tres incursiones marítimas interceptadas entre el domingo y el martes —prácticamente recibidas— por organismos de seguridad del Estado venezolano y cuyos ocupantes tendrían la misión de derrocar al régimen de Nicolás Maduro lograron varias cosas menos su objetivo: confundir aún más a la población venezolana, alimentar la narrativa conspiradora que tanto gusta a la “revolución bolivariana” y servirle de excusa para minimizar o ignorar por completo los gravísimos problemas que atraviesa el país.

Los hechos concretos responden a un primer enfrentamiento, ocurrido durante la madrugada del domingo 3 de mayo cuando dos embarcaciones pequeñas llegaron al litoral venezolano de Macuto, en la zona costera cercana al principal puerto y aeropuerto de Venezuela en una aparente incursión ilegal en la que sus ocupantes, supuestos mercenarios con el objetivo de desestabilizar al gobierno, se enfrentaron a funcionarios policiales.

El informante sobre lo ocurrido fue uno de los pivotes del régimen venezolano, Diosdado Cabello, quien aseguró y mostró imágenes de algunos “terroristas” muertos —señaló que en total ocho fueron abatidos— y aseguró que otros dos habían sido apresados, entre ellos un agente de la DEA (Drug Enforcement Administration).

Una segunda incursión fue interceptada al día siguiente, lunes 4 de mayo, en la costa del pueblo de Chuao, un paraje ubicado a unos 100 kilómetros de Caracas pero de intrincado acceso. Ocho ocupantes de la embarcación, entre ellos dos estadounidenses —Airan Berry y Luke Denman, exsoldados de las fuerzas especiales— , dos militares venezolanos y Adolfo Baduel, el hijo del ex ministro de Defensa venezolano Raúl Baduel quien lleva preso nueve años, estaban entre los detenidos. El régimen venezolano anunció la captura de otras dos personas en una tercera incursión por la costa de Puerto Maya, también cerca de Caracas.

Las tres incursiones forman parte de un plan cuyo nombre sería 'Operación Gedeón' que hasta ahora, y según las informaciones oficiales, ha dejado ocho personas muertas y 15 detenidos.

Las imágenes y circunstancias reveladas por el régimen muestran contrasentidos que generan sospechas sobre el propósito de las incursiones y su capacidad real de éxito. Así como se observa que estos hombres transportaban armas de alto calibre, también tenían su documentación personal.

La primera incursión, aunque nocturna, ocurrió en un área sensible de seguridad por su cercanía con el aeropuerto. La segunda sucedió a plena luz del día, en un poblado de poca gente y mucha pobreza, pero un puñado de pescadores y algunos policías redujeron a ocho supuestos mercenarios.

Estos últimos dos desembarcos ocurrieron en costas rodeadas por montañas difíciles de flanquear para llegar a la capital y, aunque la operación se supone que era secreta, el régimen ha asegurado que los hombres cargaban documentos con los nombres de quienes integrarían una supuesta junta cívico militar que gobernaría al país, si se produjera el derrocamiento de Maduro. Otro detalle que recalca con avidez Diosdado Cabello, es que las embarcaciones tenían activados sus GPS revelando que llegaron a Venezuela desde las costas colombianas.

Otros hechos despiertan aún más dudas, pues el viernes 1 de mayo fue publicada una nota de la Associated Press en la que se explica cómo se fraguó —y abandonó— un intento para derrocar a Maduro planificado por un ex boina verde estadounidense llamado Jordan Goudreau quien operaba desde Colombia.

La gran sorpresa fue que un día después de la primera incursión marítima interceptada, Goudreau ofreció una entrevista telefónica a la periodista venezolana Patricia Poleo, quien reside en Miami. En la conversación, Goudreau aseguró que él y su empresa Silvercorp planearon la 'Operación Gedeón' por solicitud del presidente encargado de Venezuela y titular de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, pero que éste no le habría pagado “un centavo” de los supuestos 212 millones de dólares acordados. Según él, de ese monto se le daría un anticipo de 50 millones de dólares. 

Mostrando un contrato supuestamente firmado por él, Guaidó y tres personas más, Goudreau señaló que “sus hombres” decidieron ejecutar la operación sin su asesoría directa para forzar el cobro de lo prometido. “Hemos estado trabajando en esto por un año y no nos han pagado. Yo sólo soy un hombre tratando de ayudar a un país”, afirmó en un lance de ingenuidad difícil de asimilar.

Mercenarios que actúan sin la seguridad de que recibirán alguna paga es otro de los grandes huecos de esta historia, que a ratos parece un guión malo de la segunda temporada de Jack Ryan.

Un país convulsionado

El preludio de estos hechos, además de la pandemia de coronavirus, es una Venezuela que lleva por lo menos dos meses azotada por una aguda escasez de gasolina que ha generado protestas en todo su territorio y paralizado aún más su maltrecha economía. De ser el país con el precio de combustible más barato del mundo, hoy apenas se consigue por un estrecho mercado negro que llega a vender cada litro hasta por tres dólares pues el poco combustible que importa el régimen de Maduro es estrictamente racionado para funcionarios policiales, militares y, escasamente, médicos o personal de atención primaria.

Apenas un día antes de la incursión de las dos primeras embarcaciones el domingo 1 de mayo, un motín reprimido a sangre y fuego dejó 47 reos muertos y otros 75 heridos en el Centro Penitenciario de Los Llanos ubicado en la región central de Venezuela, en el estado Portuguesa. Este ha sido la tragedia carcelaria más grave en lo que va de año.

Ese mismo fin de semana, en Petare, uno de los barrios más populosos de Caracas, contaba por los menos cinco días de un toque de queda forzado por los enfrentamientos entre dos bandos de antisociales que pujan por controlar esa zona. Decenas de mensajes en redes sociales colgados por habitantes del barrio mostraban orificios de balas perdidas en puertas, paredes y ventanas de sus viviendas de construcción humilde asegurando que tenían días sin poder salir de sus hogares por miedo a ser heridos.

Sobre ninguno de estos episodios, mucho menos sobre la escasez de gasolina, se ha pronunciado Nicolás Maduro o los funcionarios de su gobierno.

Desde la interceptación de las embarcaciones, la prensa y el discurso oficial se ha enfocado en mostrar cómo lograron desmantelar el plan de supuesto golpe de Estado, lo que sin duda ha fortalecido su posición política dentro del país. Tal concentración del mensaje ha desplazado incluso a los hasta ahora puntuales informes que el gobierno de Maduro daba sobre el avance o no del coronavirus.

Este mismo miércoles, y con un escaso tuit, el ministro de Defensa aseguró que capturaron a otros tres supuestos mercenarios que estarían planeando asesinar a Nicolás Maduro en una carretera cercana a Caracas. No hay un solo detalle que explique cómo llegó a tal conclusión.

Al liderazgo opositor solo le ha quedado reaccionar. Tras dos primeras declaraciones confusas —tanto de Guaidó como de su designado en asuntos de seguridad, Iván Simonovis— el presidente encargado finalmente se desmarcó de la 'Operación Gedeón', cuya aparente ingenuidad o escasa planificación añade otro desconcierto a la oposición venezolana.

Lea también: 

Venezuela afirma que frustró un ataque de “mercenarios” procedentes de Colombia

Maduro dice que hay dos estadounidenses entre los “mercenarios” acusados de un ataque a su Gobierno

"Que se traicionen entre ellos": EE.UU. busca fracturar al régimen de Maduro ofreciendo millonaria recompensa por su captura