La jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg fue hospitalizada este martes con una infección causada por un cálculo biliar, dijo el máximo órgano de justicia de Estados Unidos en un comunicado.
Se espera que la magistrada de 87 años permanezca en el hospital por un día o dos, dijo la Corte, y agregó que esto no le impedirá participar en los argumentos telefónicos del órgano este miércoles.
Bader Ginsburg, llamada popularmente por sus iniciales RBG, fue admitida en el Hospital Johns Hopkins en Baltimore para someterse a un tratamiento no quirúrgico por lo que el tribunal describió como colecistitis aguda, una afección benigna de la vesícula biliar.
La magistrada participó en los argumentos telefónicos de la Corte el lunes y martes. El lunes buscó atención médica, cuando el cálculo biliar fue advertido por primera vez.
La hospitalización más recierte de Bader Ginsburg fue en noviembre pasado, cuando pasó dos noches en el Hospital Johns Hopkins con lo que se presume fue una infección, después de sufrir escalofríos y fiebre.
También ha sido tratada cuatro veces por cáncer, la más reciente en agosto, cuando se sometió a radiación por un tumor en el páncreas.
La jueza es conocida por mantenerse activa con un entrenamiento físico regular. Ha dicho en más de una ocasión que le gustaría servir hasta que tenga 90 años, si su salud lo permite. El cargo de magistrado de la Corte Suprema es de por vida.
Un ícono liberal y el balance de la Corte Suprema
La magistrada, nombrada en 1993 por el presidente demócrata Bill Clinton, es un ícono liberal dentro del sistema de justicia estadounidense y sus hospitalizaciones han generado preocupación entre los demócratas, pues su ausencia le daría al presidente Donald Trump la oportunidad de nombrar su tercer candidato conservador para el puesto, luego de Neil Gorsuch y el polémico Brett Kavanaugh.
Para el sector más liberal del país, la jueza simboliza el pensamiento más progresista de la sociedad y, también, en un ícono de la cultura popular.
En sus décadas de servicio como abogada, ha argumentado en casos trascendentales que propiciaron avances en el tema de la discriminación por género. También ha sido una voz en favor de la legalización del aborto en Estados Unidos.
A medida que la Corte Suprema (de nueve jueces) ha tomado un giro hacia el conservadurismo, Bader Ginsburg se ha desplazado más hacia la izquierda y es conocida por ser una voz disidente en el núcleo.
Su ausencia no solo tendría consecuencias a largo, sino también a corto plazo en las políticas del país. En este momento el máximo tribunal se debate para tomar decisiones finales sobre algunas de las medidas más polémicas impulsadas por la administración Trump, entre ellas la decisión de terminar el programa DACA, para los inmigrantes llegados en la infancia.
Con información de AP
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