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Presionan a las procesadoras de carne para que protejan a sus trabajadores. Biden propone aumentar sus salarios

LULAC ha lanzando una campaña de “boicot” parcial durante todo el mes de mayo, denominada “lunes sin carne”, para presionar a las empresas a que protejan a sus trabajadores y no los traten como “desechables”.
Empleados de la planta Tyson Fresh Meats llegan a su lugar de trabajo en Logansport, Indiana, el 23 de abril. La planta cerrará temporalmente después de que varios empleados dieran positivo al coronavirus.
Empleados de la planta Tyson Fresh Meats llegan a su lugar de trabajo en Logansport, Indiana, el 23 de abril. La planta cerrará temporalmente después de que varios empleados dieran positivo al coronavirus.AP
/ Source: Telemundo

WASHINGTON.— El exvicepresidente y precandidato presidencial demócrata, Joe Biden, propuso este lunes un aumento de $13 la hora para trabajadores en las plantas procesadoras de carne y otros sectores esenciales de la economía por el mayor riesgo al que se exponen durante la pandemia del COVID-19, y acusó a la Administración Trump de tratarlos como seres “desechables”.

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Durante un foro virtual organizado por la Liga de Ciudadanos Latinos Unidos (LULAC, por su sigla en inglés), Biden afirmó que estos trabajadores, particularmente en el sector de salud y en las plantas procesadoras de carne, merecen “un pago extra” por la labor que realizan para responder a la pandemia y mantener en marcha la economía. 

Según Biden, al menos 30 trabajadores en las plantas procesadoras de carne han fallecido por el COVID-19, y la Administración Trump los designa “como trabajadores esenciales, pero luego los trata como desechables”.

“Francamente es inhumano y absolutamente inmoral porque estos trabajadores son esenciales para nuestra sociedad siempre, no sólo en tiempos de crisis”, enfatizó.

Por ello, Biden propuso que los trabajadores en las procesadoras de carne reciban un aumento de $13 la hora en su salario mínimo, para compensar el riesgo al que se oponen en sitios de trabajo donde es difícil la práctica del distanciamiento físico.  

Es decir, si un trabajador gana un promedio de unos $14 la hora, su salario subiría a $27 la hora, y ese aumento aplicaría también para otros trabajadores en la primera línea de defensa contra la pandemia, incluyendo médicos y enfermeras, explicó Biden.  

El Congreso aún no logra un acuerdo sobre un cuarto plan de estímulo económico, pero los demócratas apoyan la idea de aumentar el salario mínimo en este sector. 

El exvicepresidente, que no tomó preguntas del público, dijo que los trabajadores merecen, además, días de enfermedad con goce de pago, sitios laborales seguros, y acceso a vacunas contra el coronavirus gratuitas –cuando estén disponibles– sin importar su nivel de ingreso ni su estatus migratorio.

Asimismo, Biden destacó que los trabajadores indocumentados, en particular, llevan la peor parte durante la pandemia porque viven con temor a las redadas, al contagio, a pedir ayuda médica, o a perder sus trabajos si deciden quedarse en casa para proteger a sus familias. 

Los trabajadores “merecen a un gobierno que vele por sus intereses, no uno que promueve una falsa narrativa entre resguardar la seguridad y salud de los trabajadores, y proteger la cadena de suministro de alimentos, porque podemos y debemos hacer ambas cosas”, subrayó. 

Biden, cuyo estado de Delaware cuenta con una fuerte presencia de trabajadores latinos en las plantas procesadoras de pollo, dijo que los trabajadores son “el alma” del país y merecen y, como mínimo, la Administración federal para la Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por su sigla en inglés), debería hacer cumplir rigurosos reglamentos para protegerlos.

Durante un momento de su presentación, Biden lució un tapabocas y mostró los guantes que utiliza en casa cuando habla con asesores o agentes del Servicio Secreto, e insistió en que los trabajadores en primera línea también merecen equipos de protección personal.

 El foro virtual contó con la participación de tres legisladores demócratas de la Cámara de Representantes, así como representantes de LULAC e hijos de inmigrantes afectados por la pandemia. 

“Lunes sin carne” 

En declaraciones a Noticias Telemundo, Domingo García, presidente nacional de LULAC, dijo que su organización ha iniciado un diálogo con ejecutivos de las principales empresas procesadoras de carne para exigir la adopción de más medidas de protección para los trabajadores.

“Estamos haciendo progreso, pero no hay acuerdo todavía”, afirmó. 

Por otra parte, García anunció el lanzamiento de un boicot parcial a la industria, denominado “lunes sin carne” en el que alientan a la comunidad hispana a no consumir carne, pollo o cerdo, en todo el mes de mayo.

El objetivo es presionar a las compañías a que tomen en serio las protecciones de sus trabajadores.

“Esta es una emergencia; está muriendo gente cada semana en estas plantas, arriesgando sus vidas para llevar comida a nuestras mesas. Esta es una campaña de educación para que las empresas, muchas en manos extranjeras, entiendan que no son trabajadores desechables”, argumentó.

En ese sentido, García hizo paralelos con la situación que en su día enfrentó el líder campesino mexicoamericano, César Chávez, quien logró un exitoso boicot contra las uvas para que las patronales en el sector agrícola concedieran mejores salarios y condiciones laborales para quienes trabajan la tierra en este país. 

A corto plazo, insistió, el gobierno federal debe resguardar la seguridad de los trabajadores.

“Ahorita necesitamos que OSHA envíe inspectores y haga cumplir las leyes en las plantas empacadoras de carne, porque esto es un tema de vida y muerte en muchos estados. Si son trabajadores esenciales, así tienen que ser tratados”, advirtió. 

Según García, LULAC no ha recibido respuesta de OSHA a una queja que presentaron el mes pasado cuando surgieron brotes de coronavirus en una planta procesadora de carnes de JBS en Greeley (Colorado). 

Según el sindicato United Food and Commercial Workers, más de 5,000 han sido contagiados con el coronavirus en las plantas procesadoras de carne.

Asimismo, García condenó la orden ejecutiva que firmó el presidente, Donald Trump, para exigir que las procesadoras de carne continúen las operaciones sin ninguna interrupción porque, a su juicio, la medida también protege a las empresas de posibles demandas. 

Soluciones legislativas

Durante el foro, los legisladores demócratas Bennie Thompson, Zoe Lofgren y Joaquín Castro recordaron que su bancada ya aprobó en junio de 2019 un proyecto de ley para la legalizar a la mayoría de los inmigrantes indocumentados y proveerles una vía hacia la ciudadanía. 

La Cámara de Representantes, bajo control demócrata, también aprobó otra medida para legalizar a los trabajadores del campo. 

Ninguna de las dos medidas ha sido siquiera debatida en el Senado y, según Lofgren, no habrá ningún avance hacia una reforma migratoria integral si no hay cambio de poder en las elecciones presidenciales de noviembre próximo. 

La campaña presidencial de Biden dijo a Noticias Telemundo que éste apoya un programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, por su sigla en inglés) para trabajadores en las plantas procesadoras de carne, una idea que también ha encontrado eco entre los demócratas. 

Retos para reapertura 

El foro se llevó a cabo mientras al menos 31 gobiernos estatales han iniciado la reapertura gradual de los negocios y otros espacios públicos, en un esfuerzo por reactivar la economía. 

Sólo que, tal como lo enfatizaron los panelistas de LULAC, muchos estados no están en condiciones para una reapertura y tampoco reúnen los umbrales respecto al acceso a pruebas de diagnóstico o una disminución de casos del COVID-19. 

Según un análisis del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, por su sigla en inglés) sobre la situación en cada uno de los 50 estados del país, “ningún estado está listo para relajar sustancialmente sus órdenes de quedarse en casa”, además de que afrontan el reto de aumentar su capacidad para realizar pruebas de rastreo. 

El centro de estudios aconsejó cautela al implementar una reapertura escalonada porque, de lo contrario, tendrían que restablecer órdenes de cuarentena, lo que causaría daños para la vida de los estadounidenses y la economía. 

El pasado 8 de abril, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades divulgaron guías actualizadas que permiten a los trabajadores regresar a sus puestos de empleo si no muestran síntomas y sus empresas toman varias medidas de protección. Las guías anteriores recomendaban que los trabajadores guardasen cuarentena durante 14 días si estuvieron expuestos al coronavirus. 

Las gigantes de las plantas procesadoras de carne, entre éstas Smithfield Foods, Tyson Food y JBS, insisten en que han tomando numerosas medidas para proteger a los trabajadores. 

Sin embargo, activistas cívicos y sindicalistas aseguran que, si las empresas hubiesen adoptado esas medidas antes de que el virus llegara a sus puertas, hubiesen prevenido la muerte de trabajadores como Saúl Sánchez en Greeley, o Hugo Domínguez en Dallas (Texas).

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