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Lanzan campaña para combatir la “satanización” de los inmigrantes en medio de la pandemia del COVID-19

Mientras grupos conservadores abogan por restricciones a la inmigración, una coalición de grupos cívicos, religiosos y empresariales lanzó una campaña para destacar las contribuciones de los inmigrantes en el combate a la pandemia del COVID-19 y al crecimiento económico
/ Source: Telemundo

WASHINGTON.— La pandemia de la 'gripe española' de 1918 atizó el sentimiento anti-inmigrante en Estados Unidos y cedió el paso, seis años después, a una ley que restringió la inmigración legal y excluyó a inmigrantes asiáticos. Una nueva campaña mediática quiere impedir que, ante la pandemia del COVID-19, haya otra “satanización” de los extranjeros, con o sin papeles.

Bajo el lema de '#All of US' ('Todos Nosotros'), una extensa coalición de grupos defensores de los inmigrantes, cívicos, religiosos, y empresariales, de todo el espectro político, ha lanzado una ambiciosa campaña mediática, de al menos $170,000 dólares, con el mensaje de que los inmigrantes no sólo contribuyen al país sino que están ayudando a salvarlo de la pandemia del COVID-19.

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La campaña, financiada con fondos privados, incluye mensajes en Facebook -centrados en estados bajo dominio conservador-, y la compra de anuncios en algunos de los principales periódicos nacionales, incluyendo USAToday, así como en canales cristianos.

Los anuncios buscan servir de contrapeso a la retórica de la Administración y grupos afines de que el gobierno debe sellar las fronteras y restringir la inmigración legal para proteger la seguridad de los estadounidenses contra el COVID-19.

El pasado 22 de abril, el presidente, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que suspende temporalmente la inmigración legal a Estados Unidos, aunque tuvo que suavizarla ante quejas del empresariado.

La coalición, liderada por el Foro Nacional de Inmigración, incluye a grupos como America's Voice, la Asociación Nacional de Evangélicos, la Anti-Defamation League, UnidosUS, y la Liga Nacional Urbana, entre otras organizaciones nacionales.

Promueven estrategia de inclusión

Frank Sharry, director ejecutivo de America's Voice, destacó en una columna de opinión que, en unos momentos en que el país afronta su peor crisis sanitaria en un siglo –con más de 60,000 muertos en dos meses– los expertos en salud pública coinciden en que las respuestas más exitosas las tienen naciones que adoptan una estrategia de inclusión.

“La unidad de la que hablan los expertos en salud pública no es una borrosa inspiración sino una realidad pragmática firme. Sólo si todos ponemos de nuestra parte podemos conquistar a este virus letal”, apuntó Sharry.

“Para la mayoría de nosotros, poner de nuestra parte significa quedarse en casa y mantener distanciamiento social para mitigar la propagación del virus. Para algunos, sin embargo, significa arriesgar sus vidas para realizar labores esenciales” en categorías con una fuerte presencia de inmigrantes, muchos de ellos indocumentados, precisó Sharry.

Por su parte, Tim Breene, principal ejecutivo de World Relief, una organización que ayuda en el reasentamiento de refugiados, destacó en otra columna de opinión que los inmigrantes han transformado comunidades y han contribuido al crecimiento económico del país.

Armado con datos económicos, Breene, de origen británico y criado en Irlanda del Norte, señaló que, según un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, más de tres millones de inmigrantes trabajan en el campo de salud, o uno de cada cuatro trabajadores.

Otro informe, publicado en junio 2019, destacó que el cuidado de ancianos y personas discapacitadas recae desproporcionadamente en la mano de obra inmigrante, y ayudan a “rellenar los huecos” en zonas rurales.

Para Breene, la orden ejecutiva que restringe las green cards sólo abona el temor a los inmigrantes y difunde la falsa premisa de que éstos “roban” empleos a los estadounidenses.

Aunque esa medida creó una exención para los profesionales de la salud, tampoco reconoce las contribuciones de los inmigrantes en otras tareas críticas para la nación, según Breene.

Por ejemplo, un informe del Fondo de Investigación sobre la Nueva Economía Estadounidense, señaló que los inmigrantes son trabajadores “esenciales” en la cadena de suministros de alimentos, donde conforman más de una quinta parte del sector.

Los hispanos conforman poco más del 35% de la fuerza laboral en las plantas procesadoras de carne y afrontan peligro mortal debido a los brotes del coronavirus.

Lecciones de 1918

Así, el país afronta otra crisis sanitaria que, al igual que la de 1918 con la 'gripe española', también infundió pánico en la población y alentó sentimientos anti-inmigrantes.

La 'gripe española' asoló en ciudades y poblados en todo el país –cobrándose la vida de al menos medio millón de personas– y surgió durante la mayor ola de inmigración que jamás había visto Estados Unidos hasta entonces.

Más de 23.5 millones de extranjeros se asentaron en el país entre las décadas de 1880 y 1920, principalmente de Europa, pero también de México, Canadá, China y Japón.

En esa ocasión, grupos ultranacionalistas también echaron la culpa a los extranjeros por la pandemia, y la estigmatización fue mayor contra la comunidad china, según un análisis de Alan Kraut, historiador de American University.

La ley migratoria de 1924, conocida como el Acta Johnson-Reed, tenía el objetivo de preservar la “homogeneidad” de EE.UU y restringió aun más la inmigración legal  -una ley de 1917 ya había establecido cuotas, o límites de ingreso para cada nacionalidad- al prohibir la entrada a asiáticos.

Pese a que en el siglo 21 grupos anti-inmigrantes impulsan un mensaje nacionalista,  lo distinto ahora, sin embargo, es que las redes sociales sirven de foro nacional para refutar narrativas falsas con la misma velocidad con la que surgen, según observadores.

Contrapeso a los conservadores

La campaña '#AllofUs' empezó a fraguarse antes de que Trump firmara la orden ejecutiva, pero ha sumado apoyos para contrarrestar la retórica de figuras y grupos ultraconservadores que, según los activistas, ven enemigos en cada inmigrante.

Laura Ingraham, por ejemplo, ha promovido en su cuenta en Twitter mensajes de grupos nacionalistas.

El martes pasado, el legislador republicano por Florida, Matt Gaetz, presentó un proyecto de ley que, de ser aprobado, obligaría al gobierno de EEUU a deportar a todos los inmigrantes indocumentados durante la emergencia nacional por el coronavirus.

Gaetz ha repetido su queja de que los demócratas son blandos en el campo migratorio y están promoviendo una especie de “ingeniería social” para avanzar sus prioridades legislativas.

Su medida, aseguró, “pone a los estadounidenses de primero, al exigir la deportación de todos los inmigrantes indocumentados, para asegurar que nuestros recursos se usan para beneficiar y proteger a los ciudadanos estadounidenses”.

Gaetz presentó la medida en respuesta a otra impulsada por un grupo de legisladores demócratas de ambas cámaras del Congreso, liderado por la congresista Pramila Jayapal y el senador Cory Booker, para exigir la puesta en libertad de los migrantes en centros de detención del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés).

La medida de Gaetz, en todo caso, no tiene posibilidades de ser aprobada en la Cámara de Representantes, bajo control demócrata.

Durante una conferencia telefónica con periodistas, los principales líderes demócratas del Congreso, Nancy Pelosi y Charles Schumer, abogaron por la inclusión de los inmigrantes, con o sin papeles, en el cuarto plan de estímulo económico que negocian los legisladores para atajar la pandemia.

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