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Un recorrido por McAllen, Texas: así ha cambiado la vida en la frontera por el coronavirus

En las ciudades estadounidenses de la frontera con México la vida sin turismo ni economía es más dura que en el resto, pues estas actividades son el centro de su sustento. Las medidas para restringir aún más la entrada de inmigrantes también le han dado un aspecto diferente a estas localidades.

Como para el resto de las localidades en la frontera entre México y Estados Unidos, en la comunidad de McAllen, Texas, la ausencia de mexicanos que cruzan a diario para hacer compras es fatal para los negocios y los bolsillos de su gente. 

En esta ciudad fronteriza de unos 150,000 habitantes el comercio no solo significa dinero, sino vida y trasiego. Diariamente, cientos de mexicanos cruzan el puente internacional McAllen-Hidalgo-Reynosa para proveerse de mercancías que no encuentran en su país o que son más económicas del otro lado. Sus residentes aseguran que en tiempos normales las filas de autos en la garita son tan largas que toma hasta tres horas hacer el cruce. En estos días de coronavirus, sin embargo, bastan algunos minutos

A principios de abril, ante el aumento de contagios por coronavirus en Texas, el gobernador Greg Abbott ordenó el cierre de los negocios no esenciales y pidió a los tejanos quedarse en casa excepto para actividades de primera necesidad, como proveerse de comida o medicinas. Los gobiernos de México y Estados Unidos no suspendieron el paso de mercancía por la frontera (que según el Departamento de Comercio representa alrededor de US$1.4 mil millones diarios en bienes), pero sí el cruce de personas para actividades no esenciales. 

Sin clientes ni turismo no hay movimiento en la frontera. Por eso las últimas semanas han convertido a McAllen en un cuadro desolador. El cartel de “Cerrado” se repite en las puertas de barberías, restaurantes y otros comercios, como una letanía. El aeropuerto local está prácticamente vacío y la central de abasto de alimentos frescos, que llegan directamente desde México, no es el hormiguero de clientes que solía ser. 

“Nuestras ventas se han reducido en un el 80%. Los restaurantes son uno de nuestros clientes más grandes, pero ahora están cerrados”, explica a Noticias Telemundo un comerciante de la central.

La central de alimentos de McAllen casi no tiene clientes por estos días.
La central de alimentos de McAllen, Texas, casi no tiene clientes por estos días. Noticias Telemundo

Otros, encargados de las muchas tiendas de ropa en la localidad, lamentan la pérdida de ventas en estas semanas en las que normalmente los mexicanos vienen a comprar trajes y ropas para las graduaciones escolares de sus hijos.

El corresponsal Edgar Muñoz recorrió las calles de McAllen para capturar en imágenes el cambio de una localidad fronteriza en el contexto de la pandemia, que en Estados Unidos ya deja casi 800,000 contagiados y al menos 42,000 muertos.

Vista aérea de la zona fronteriza por Texas, donde se ve la merma de tráfico en esta área tan transitada.
Vista aérea de la zona fronteriza por Texas, donde se ve la merma de tráfico en esta área tan transitada.VIA REUTERS

Lo que Muñoz vio no fue solo un impacto social y económico para los habitantes del pueblo texano. También los inmigrantes que esperan del lado mexicano para acudir a citas con jueces de inmigración y resolver sus casos de asilo han sufrido las consecuencias políticas del virus. 

En el último mes, el gobierno de Estados Unidos ha deportado de forma sumaria a más de 10,000 solicitantes de asilo, bajo la razón de evitar el hacinamiento en centros de detención. El director interino de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras, Mark Morgan, dijo que estos son tiempos ameritan “agresivas estrategias de contención y mitigación”. 

Una de esas estrategias  ha sido aplazar por semanas las citas de solicitantes de asilo. 

“A la mayoría de las familias no se les está permitiendo entrar al país, aunque tengan citas programadas”, dijo a Noticias Telemundo una voluntaria que ayuda a migrantes en la frontera de Reynosa. “Todo se canceló de momento”. 

Los cruces ilegales también se han reducido.

La Patrulla Fronteriza ha recogido estas escaleras que los inmigrantes indocumentados emplean usualmente para saltar el alto muro.
La Patrulla Fronteriza ha recogido estas escaleras que los inmigrantes indocumentados emplean usualmente para saltar el alto muro. Noticias Telemundo

Las medidas del gobierno han dejado un paisaje raro. No se ve inmigrantes con niños de la mano. En la central de autobuses, donde usualmente decenas de ellos esperan sentados para transportarse hacia donde se encontrarán con sus familiares, apenas hay cinco personas. Y las cosas en la frontera seguirán enrarecidas al menos algunas semanas más. 

El lunes, México y Estados Unidos anunciaron la extensión por otro mes de las restricciones de viajes no esenciales entre un lado y el otro, para contener el virus.

La medida, que se aplicó inicialmente el 21 de marzo, estará en vigor hasta el 19 de mayo.

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