Christian Morales, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en México, aseveró que “estamos por vivir el peor momento de la epidemia en la región y en México”.
El epicentro del COVID-19 “se está moviendo desde Europa hacia las Américas y eso ha tenido la ventaja de darnos un poco más de tiempo para prepararnos para lo que viene”, explicó Morales durante una conferencia de prensa virtual este 22 de abril.
Justo un día antes las autoridades mexicanas anunciaron que el país entró a la Fase 3 de la epidemia. Esto significó la implementación de medidas como la cuarentena generalizada de la población, el mantenimiento de la sana distancia, la suspensión de cualquier tipo de actividad en centros de trabajo que presenten brotes del virus. También incluye la interrupción temporal de las actividades presenciales educativas y de las congregaciones en el espacio público como cines, teatros y plazas, entre otros.
México registra por el momento una cifra de 14,677 casos confirmados de coronavirus y 1,351 personas fallecidas. Al menos 2,990,000 personas se han contagiado en todo el mundo y se ha registrado la muerte de más de 207,000, según las informaciones más recientes del Centro de Ciencias de Ingeniería de la Universidad Johns Hopkins.
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“Salvar vidas implica quedarse en casa, respetar el distanciamiento social, ser responsable con nuestra salud y la de los otros ciudadanos. Lo que viene tiene que ser marcado por la solidaridad”, afirmó Morales y detalló que el avance de la pandemia en las Américas es muy rápido con unos 925,291 casos y más de 44,000 fallecidos.
Entre las principales recomendaciones ofrecidas por la OPS en ese encuentro destacan:
- Expandir la capacidad de detección del coronavirus
- Combatir el subregistro de casos
- Restringir la movilidad
- Mantener las medidas preventivas
El sistema de Naciones Unidas apoya las medidas implementadas por el gobierno mexicano, expresó Antonio Molpeceres, coordinador residente de la organización en México, quien también estuvo en la conferencia y agregó que temas como el aumento de la violencia doméstica y el maltrato al personal de salud son dinámicas preocupantes que deben ser atendidas.
“Si hay un grupo que se debe proteger hoy en día es justamente el personal del salud y vemos que las agresiones contra ellos están en aumento. Por eso le pedimos a las autoridades que tomen las medidas correspondientes para protegerlos”, advirtió.
Expandir los sistemas de detección
Morales recordó que la Fase 3, en la que se encuentra México, se caracteriza por la dispersión generalizada de los contagios, pero deben tomarse en cuenta las distintas realidades entre las entidades federativas. “Lo que estamos recomendando a nivel regional es que los países expandan sus capacidades de detección a todos los niveles, nacional y local, para que se vayan priorizando los pacientes sintomáticos con el objetivo de poder aislarlos y tratarlos", aseveró.
También hizo hincapié en que mantener el confinamiento y las medidas de distanciamiento físico forman parte de la estrategia sanitaria y su aplicación es una responsabilidad de toda la sociedad, no solo del gobierno.
Combatir el subregistro
Jean-Marc Gabastou, asesor regional de la OPS, participó en el encuentro y explicó que en el caso del COVID-19 solo existen tratamientos paliativos y de soporte por lo que recomendó que las instituciones sanitarias estuviesen alertas ante cualquier "forma atípica" del virus, puesto que el proceso de crear una vacuna tardará entre 18 y 24 meses.
Gabastou elogió la estrategia de las autoridades mexicanas que impulsaron la capacitación de unos 92 laboratorios estatales para el análisis de las pruebas del coronavirus. "No creo que haya antecedentes en la región, es enorme", precisó.
El investigador dijo que las autoridades están conscientes de la "subnotificación de casos" en México y se lo atribuyó a un conjunto de factores, principalmente a la promoción de pruebas rápidas que "no tienen la sensibilidad suficiente" para detectar los anticuerpos del coronavirus que requieren de una semana para producirse en el organismo humano.
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Gabastou dijo que ese tipo de exámenes no están autorizados y que el país cuenta con las pruebas de detección de anticuerpos que tienen todos los controles de calidad que garantizan la ausencia de falsos negativos. Según el experto, existen otras circunstancias que favorecen el subregistro como los problemas estructurales de plataformas que no son compatibles entre las diferentes instituciones y la baja notificación de los laboratorios privados, pero aseguró que esos problemas se están resolviendo.
"Se han realizado más o menos 50,000 pruebas en el país, pero no todas están notificadas, lo que explica el desbalance entre el número de casos positivos y los fallecidos. Eso aumenta de manera matemática la tasa de letalidad", explicó, mientras concluía que esa situación se corregirá al aumentar la capacidad de diagnóstico y notificación de los casos a través del sistema de vigilancia epidemiológica.
Suspender la movilidad para cortar la transmisión
Morales, el directivo de la OPS comentó que ciertas medidas que parecen drásticas, como las restricciones a la movilidad en el territorio nacional mexicano, tienen justificaciones técnicas porque ayudan a interrumpir o ralentizar la rápida transmisión del coronavirus en el país.
"Segmentar la movilidad trata de proteger aquellos municipios, aquellas regiones que presentan una baja transmisibilidad y, al mismo tiempo, trata de evitar los desplazamientos desde las zonas con mayor tasa de circulación de la epidemia", afirmó.
Por su parte, Molpeceres resaltó la importancia de la cooperación internacional en estos tiempos de pandemia. "Lo que estamos viviendo hoy es algo que pasó a miles de kilómetros y por ello, al no tener fronteras, creo que el tema de cooperación multilateral se convierte en el más importante en el futuro", enfatizó.
Mantener las medidas preventivas para la población vulnerable
Los expertos recordaron que se espera que, después del 30 de mayo, la curva de contagios empiece a disminuir en México, pero eso no debería significar que las poblaciones en riesgo; como las personas mayores de 60 años o quienes sufren de enfermedades como hipertensión, diabetes, sobrepeso o asma, entre otras, puedan abandonar las medidas preventivas.
"El verdadero éxito de reconversión hospitalaria está en lo que podemos hacer cada uno de nosotros con las medidas de aislamiento y la sana distancia, así podemos apoyar al sistema para no saturarlo”, agregó.
El COVID-19 en Centroamérica
Regiones como Centroamérica presentan un panorama crítico en diversas áreas de salud pública que son fundamentales para el tratamiento del coronavirus. Los sistemas sanitarios de la región se caracterizan por su debilidad institucional, la antigüedad de sus instalaciones generales y la carencia de insumos básicos para atender las necesidades de la población.
Según las cifras oficiales más recientes, El Salvador ha registrado 250 casos del virus y ocho muertes, pero se calcula que el país solo cuenta con unas 140 camas de terapia intensiva. En teoría, cada una de esas unidades tendrían ventiladores mecánicos pero los expertos de salud pública aseguran que esa cantidad es insuficiente para una población de 6.4 millones de habitantes. Además, el sistema salvadoreño solo tiene 48 intensivistas.
Los reportes más actualizados muestran que Honduras ha registrado 562 contagios y 47 muertes por la pandemia, pero diversos informes muestran que el país —que tiene una población de 9.3 millones de habitantes— solo cuenta con unas 6,590 camas en el sector hospitalario, lo que se traduce en 9.5 camas por cada 10,000 habitantes. Y, de esa cifra, solo hay 140 unidades de cuidados intensivos.
Según las cifras oficiales, en Nicaragua se han registrado 11 casos y tres fallecidos, pero los especialistas advierten que las autoridades no revelan cuántas pruebas han hecho y, desde hace varias semanas, no se actualiza el comportamiento de la neumonía en los boletines epidemiológicos.
Siendo un país de más de 6.2 millones de habitantes solo cuenta con 10 médicos por cada 10,000 habitantes, según los datos oficiales, lo que ni siquiera es la mitad de los 23 profesionales de la salud que recomienda la OMS como la cifra mínima necesaria para prestar servicios esenciales.
Según las estimaciones de epidemiólogos y expertos en salud pública consultados por Noticias Telemundo, Nicaragua solo tiene unos 160 ventiladores de los cuales el 80% ya son utilizados por pacientes que sufren otro tipo de enfermedades.
En Guatemala ya se han confirmado 384 casos y 11 muertes, pero los expertos advierten que la nación tiene un retraso de 45 años en cuanto a las políticas e infraestructura de salud pública. La ONU advierte que solo cuenta con 7.5 médicos y 6 enfermeras por cada 10,000 habitantes cuando el estándar recomendado es de “al menos 25 trabajadores de salud por cada 10,000 habitantes en áreas rurales y de 44.5 en áreas urbanas”.
Guatemala tiene 16 millones de habitantes pero su sistema de salud pública solo cubre a unos 6,5 millones de personas y lo que causa mayor preocupación entre la comunidad médica es que solo hay 106 respiradores mecánicos: 56 en el sistema de salud pública y aproximadamente 50 más en los centros médicos privados.
Panamá batalla para aplanar la curva de los contagios en medio de una cuarentena indefinida que rige desde fines de marzo y que según los asesores del Ministerio de Salud ha logrado evitar al menos 6,000 contagios más.
El país centroamericano cerró sus fronteras el 22 de marzo; instauró medidas de distanciamiento social, prohibió el consumo de alcohol e inició una cuarentena por sexo en la que los lunes, miércoles y viernes son los días designados para que las mujeres circulen durante dos horas, mientras que los hombres pueden salir los martes, jueves y sábados. Los domingos toda la población debe permanecer confinada.
Según las cifras oficiales, se han registrado 5,166 personas infectadas y 146 fallecidos.
Si usted tiene información de casos de coronavirus en México o Centroamerica puede escribirnos a albinson.linares@nbcuni.com.
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