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Las verdaderas cifras del COVID-19 en México

Noticias Telemundo entrevista a los encargados mexicanos de responder al coronavirus para averiguar cómo se calculan los enfermos más allá de las pruebas de COVID-19.
/ Source: Telemundo

Por Marina E. Franco. Gráficos por Diana Baptista

CIUDAD DE MÉXICO.- México está siendo golpeado por el coronavirus a una tasa hasta ahora mucho menor de lo visto en otros países y de lo esperado por las autoridades, según indican los datos analizados por Noticias Telemundo.

El subsecretario para la Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, médico epidemiólogo al cargo de la respuesta del Gobierno federal, asegura en una entrevista exclusiva que está siendo “una epidemia manejable”.

Admite que sigue habiendo problemas que podrían empeorar la situación, como la falta de médicos y enfermeras (que además están siendo discriminados y atacados en varias ciudades); la grave escasez de insumos y equipos de protección (hasta ahora casi 500 sanitarios han enfermado y varios han fallecido), y la desobediencia de las medidas de distanciamiento social y confinamiento, ordenado por ahora hasta el 30 de mayo.

[Lea más de la entrevista a López-Gatell sobre la situación en México]

Sin embargo, López-Gatell confirma que no se han cumplido los peores pronósticos de hospitalizaciones realizados por la Secretaría de Salud al inicio de la pandemia.

“Pudiera haber sido hasta 30,000 casos en un día y esperábamos más de 500,000 personas infectadas” y 150,000 en cuidados intensivos, explica.

Lo que conviene saber sobre la pandemia en México:

 

Al 19 de abril, en México había cerca de 8,200 casos confirmados con pruebas de laboratorio y se habían registrado 686 defunciones por el COVID-19. Desde principios de mes, en promedio, se han detectado 300 nuevos casos por día.

Alrededor del 40% de quienes han enfermado se han recuperado, mientras que otro 25% sigue hospitalizado en situación grave o crítica (con ventilación mecánica).

Pero, además, el Gobierno manejaba hasta el jueves una cifra de 55,951 casos probables de infección, que en teoría serían leves o no han requerido atención médica.

¿De dónde surgen estos casos adicionales, y cómo se calculan si no hay tests que los confirmen?

Una ambulancia transporta a una persona sospechosa de tener COVID-19, el 17 de abril de 2020.
Una ambulancia transporta a una persona sospechosa de tener COVID-19 en Ciudad de México, el 17 de abril de 2020.Reuters

México está apostando su respuesta ante el COVID-19 en el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, que mide hasta 150 padecimientos (diabetes, enfermedades de transmisión sexual, problemas neurológicos, infecciones respiratorias, etcétera) para generar a partir estos datos las poíticas de salud pública.

Dentro de este sistema está el modelo centinela que mide la influenza y, ahora, el COVID-19. México es, a todas luces, el único país que utiliza este sistema para la pandemia actual.

Fue desarrollado hace más de una década por la Organización Panamericana de la Salud para, “en vez de recopilar grandes cantidades de datos de calidad deficiente, concentrarse en recopilar datos de buena calidad de un número reducido de centros centinela seleccionados cuidadosamente”, según la guía del organismo.

Las cifras ofrecidas por el Gobierno mexicano a partir de este modelo han despertado polémica, siendo criticadas por supuestamente ocultar datos o mantener un registro inferior al real de contagios por falta de pruebas masivas.

[Ante el COVID-19 crecen denuncias de violencia doméstica en México]

Para intentar resolver estas dudas, le explicamos cómo funciona este modelo centinela para el nuevo coronavirus a partir de entrevistas a López-Gatell y al director general de Epidemiología, José Luis Alomía.

¿Qué es el modelo centinela?

A falta de poder realizar pruebas individuales a todos los 127 millones de ciudadanos mexicanos, este modelo se basa en un muestreo selectivo realizado en estaciones repartidas por todo el país, que envían constantemente información sobre síntomas y patologías para estimar la extensión de la enfermedad.

“La vigilancia centinela es como una encuesta, solo que en tiempo real: se va tomando semana por semana o día a día", indica López-Gatell, y lo que interesa es "tener una alta capacidad de detectar lo que podría ser verdad”.

Eso implica en sí mismo una diferencia entre los casos registrados (con pruebas clínicas) y los estimados:  "Pasa en todos los países, pero no todos lo reconocen”, defiende el subsecretario de Salud. 

En México, esta diferencia es por ahora de 8.8, lo que se conoce como factor de corrección: por cada casos medido se estima que hay casi nueve que no están registrados oficialmente por diferentes circunstancias.

[Varias ciudades sufren escasez de equipos médicos para la pandemia]

Tomando ese factor de 8.8, que se ajusta semanalmente, hasta el 16 de abril había los 55,951 casos estimados que comunicó el Gobierno. Dos días despues eran ya posiblemente 66,000.

López-Gatell recalca sin embargo que esa diferencia entre estimación y realidad no existe en las cifras de fallecidos, en respuesta a las acusaciones de que no se están teniendo en cuenta las neumonías atípicas.

 

¿Cómo y dónde están las estaciones de monitoreo?

El modelo centinela se alimenta de la información enviada semanalmente por las 26,000 Unidades de Salud para el Monitoreo de Enfermedades Respiratorias (USMER) repartidas en centros de salud públicos y privados de todo el país. 

De esas hay 375 unidades que envían información diaria del COVID-19, y sirven así para aportar cada noche la información oficial que el Gobierno presenta a la ciudadanía junto a la recopilada de las autoridades estatales. 

Un mapa de las unidades monitoras del modelo centinela para enfermedades respiratorias en México.
Diana Baptista

La información que surge de estas 26,000 unidades “representa las personas que han ido a consulta con enfermedades y síntomas similares al COVID”, explica López-Gatell, aunque no se les haya hecho la prueba para confirmar el diagnóstico. Esos síntomas de coronavirus son tener tanto fiebre como tos y/o dolor de cabeza, al igual que falta de aire al respirar, dolor muscular o ardor de garganta.

Además, el modelo toma en consideración "a personas que no hayan ido a consulta” pero de quienes se puede suponer que son “parte del fenómeno más general” de la enfermedad según su ubicación u otros factores.

Los datos se envían semanalmente, pero incluyen un pequeño desfase temporal por cuestiones operativas, según explica José Luis Alomía, porque no todas las unidades están igual de bien conectadas y el volumen de datos lleva a que tarden unos siete días solo en recopilarse. 

Es por ello que hasta el 16 de abril se presentó la estimación de contagios para la semana del 29 de marzo al 4 de abril.

¿Cómo va México según el modelo?

Tomando solamente los datos confirmados con pruebas clínicas, México está entre los países latinoamericanos con más fallecidos entre los contagios; la letalidad es de 8.7 decesos por cada 100 enfermos.

Sin embargo, ese porcentaje cae al 1.2% si se toman en cuenta los casos estimados por el modelo centinela.

Con los casos graves y críticos hospitalizados hasta el domingo 19 de abril, la pandemia aún no ha colapsado el sistema sanitario mexicano como ha sucedido en Nueva York o Italia.

Hay alrededor de 4,000 camas de terapia intensiva y más de 9,000 camas de urgencias en los hospitales públicos y privados, de las que se estima estaban ocupadas hasta esa fecha unas 2,200. Hay, según las cifras del Gobierno, 5,000 respiradores o ventiladores mecánicos; hasta el domingo había 378 personas intubadas con ese mecanismo.

Sigue habiendo aglomeraciones en el metro de Ciudad de México pese al coronavirus.
En el metro de Ciudad de México sigue habiendo aglomeraciones pese al coronavirus y no todos portan mascarilla aunque es obligatorio por las medidas de distanciamiento social.Reuters

El Gobierno está en proceso de reconvertir además otros centros médicos y hasta centros de convenciones para hacer frente al COVID-19 en caso de ser necesario.

“Hoy vemos con bastante alivio que ese escenario [de hospitalizaciones] va a ser mucho menor al originalmente contemplado", asegura López-Gatell, que considera que se está aplanando la curva de contagios “porque afortunadamente han funcionado las medidas de contención comunitaria”.

El subsecretario presentó el jueves una gráfica que sugiere que se está frenando la velocidad a la que crecen los contagios (en ella, la línea roja indica el peor escenario temido por las autoridades).

 

Unos 67 millones de mexicanos están cumpliendo con el confinamiento en casa, lo que se ha reflejado en reducciones importantes de tráfico, de acuerdo con datos de movilidad en varias de las principales ciudades del país.

Pero esta evolución positiva seguirá, según López-Gatell, “si y solo si mantenemos las medidas como quédate en casa”.

Muchos mexicanos, que viven día a día o tienen trabajos esenciales, siguen saliendo a la calle. Y otros lo hacen sin estar obligados por la necesidad, mientras algunas empresas fueron multadas la semana pasada por seguir operando cuando no debían hacerlo.

 

 

Críticas y dudas sobre la respuesta mexicana

Hay muchas aristas e incógnitas pendientes antes de realmente considerar un éxito la respuesta de las autoridades mexicanas.

A nivel global, aún no hay certeza sobre si se desarrolla inmunidad entre quienes ya padecieron el COVID-19 y durante cuánto tiempo; de hecho, hay casos (muy contados) en los que personas curadas vuelven a arrojar pruebas de contagio, “aunque reinfectarse no es lo mismo que reenfermarse”, puntualiza Alomía.

Otro dato preocupante en México es el llamado R0 o número reproductivo básico, que indica a cuántas personas puede contagiar alguien infectado.

Mientras más cercano sea a 1 o menor es menor probable que los hospitales se vean rebasados, como explicó la canciller alemana Angela Merkel la semana pasada al anunciar la reapertura parcial de la economía teutona.

En México, el numero reproductivo básico para COVID-19 actualmente es de 2.5, como promedio, y según Alomía ha ido cayendo poco a poco desde el inicio de la pandemia.  Esa cifra coincide más o menos con la media en el mundo (de 2 a 2.5) estimada por la Organización Mundial de la Salud.

 

 

Cifras del número reproductivo básico del COVID-19 en México
Diana Baptista

Aunque las autoridades sanitarias dicen que empezaron a prepararse desde principios de enero, cuando se supo del nuevo coronavirus en Wuhan (China), numerosos aspectos críticos de su respuesta se desarrollaron sobre la marcha.

Por ejemplo, el trato a personas migrantes en centros desbordados o el cuidado de personas detenidas por delitos menores o que están en espera de un juicio en penales hacinados (este lunes el Senado se reúne para tratar una ley de amnistía que las ayude).

El uso del modelo centinela también ha despertado críticas entre algunos de que hace falta hacer muchas más pruebas y de que hay un posible subconteo de contagios, con el supuesto de que en varios estados las muertes se registran como neumonías atípicas en vez de COVID-19.

López-Gatell y Alomía han desmentido que haya subregistro de fallecimientos. Recalcan que aún en los casos en los que alguien fallece con neumonía de causa incierta se realizan pruebas posmórtem y se manejan entre tanto como sospechosos de coronavirus.

“Sí puede ocurrir que una persona llegue sin ser diagnosticada y que desafortunadamente tenga un desenlace tan rápido que no se le pueden tomar muestras cuando está vivo", explica López-Gatell, pero “ya hay lineamientos” para hacer pruebas con tal de identificar la causa después del fallecimiento.

Existen además guías para que los médicos puedan dictaminar en grupo si un caso cumple o cumplía con las “características clínicas epidemiológicas” del COVID-19 a pesar de no tener pruebas de laboratorio, añade.

 

El subsecretario para la Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell.
El subsecretario para la Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell.EFE

Alejandro Macías, epidemiólogo que encabezó la respuesta mexicana a la pandemia A(H1N1) hace una década, está entre quienes opinan que deben realizarse más pruebas clínicas.

“Todos los modelos son imperfectos, pero es mejor que lo que teníamos" hace una década, dijo en una entrevista radial, y “puede ser todavía mejor si tendemos a probar a más gente para tomar mejores decisiones”.

En Estados Unidos, el caso de Nueva York muestra que un sistema de pruebas masivo será necesario para decidir cuánto y cómo levantar la cuarentena.

Por lo pronto, las autoridades sanitarias de México prevén que hacia el 17 de mayo se estudie cómo retomar la actividad en las regiones que no han presentado contagios, y que el 30 de mayo se revise el posible retiro paulatino de la cuarentena para la parte del país más afectada.

 

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