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Coronavirus en El Salvador: ¿por qué las maras imponen toques de queda y reparten alimentos?

Las maras establecen un toque de queda y reparten víveres por la crisis del coronavirus, expertos advierten que buscan reafirmar su control territorial ante una eventual negociación con el gobierno de Nayib Bukele.

Por Albinson Linares

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, fue elogiado internacionalmente por su rápida y enérgica reacción contra la pandemia de coronavirus que a nivel mundial ha contagiado a más de 1,860,000 personas y que ha ocasionado el fallecimiento de al menos 114,000 pacientes.

Según las cifras oficiales más recientes, El Salvador solo ha registrado 137 casos del virus y seis muertes, en buena medida por la implementación de una serie de medidas drásticas como el cierre del aeropuerto internacional, la prohibición de vuelos provenientes de los países con mayor número de infectados, la cuarentena obligatoria para los salvadoreños que lleguen de esos destinos, así como una cuarentena domiciliaria nacional, entre otras.

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En los últimos días, las políticas del gobierno de Bukele han recibido un apoyo inesperado por parte de los aliados más improbables de la escena social salvadoreña: las pandillas delictivas.

La neta, que no queremos ver a nadie en la calle, a nadie chambreando, platicando, jugando o haciendo ni mierda (…) La gente que va a ir a comprar es la única que tiene permiso para salir, ¿va?”, decía la voz de una grabación atribuida a un líder de la Mara Salvatrucha-13, que el 31 de marzo fue divulgada por El Faro, un medio digital salvadoreño que fue el primero en informar sobre un “toque de queda” impuesto por esa pandilla salvadoreña en sus territorios. “Pero hasta ahí puede salir, a comprar, y después derechito para su casa, porque si nosotros llegamos a hallar a alguien en la calle, nosotros nos vamos a entender con esa gente”.

Luego empezaron a circular videos que mostraban a los pandilleros, armados con bates de béisbol, golpeando a lugareños que infringieron su toque de queda, una medida que aún no ha sido implementada por el gobierno salvadoreño. De alguna manera, las bandas delictivas se adelantaron a las autoridades porque la idea de imponer un “toque de queda por sectores” es una propuesta que aún está siendo estudiada por la Asamblea Legislativa del país.

Ya está muy difícil porque esos golpes son muy fuertes”, decía un vecino que fue entrevistado por Noticias Telemundo, en una de las zonas controladas por las agrupaciones criminales. Las fuerzas de seguridad estatales reaccionaron con operativos y capturas de supuestos delincuentes. “Ya están a la disposición de la fiscalía, es decir, como seguridad pública tenemos control sobre los territorios”, aseguraba Rogelio Rivas, ministro de seguridad del país centroamericano.

Pero no todas las organizaciones criminales salvadoreñas han reaccionado de la misma manera a la emergencia. Según un reporte de Roberto Valencia para Russia Today, las dos facciones más importantes de Barrio 18, la otra gran banda delictiva del país, no han impuesto restricciones al movimiento de las personas.

Por ejemplo, Barrio 18-Sureños ha decidido repartir alimentos para las personas de escasos recursos en diversas localidades del país. Además, en las últimas semanas, se han reducido los homicidios de manera significativa pasando de los 114 registrados en febrero a solo 65 en marzo, una cifra muy baja dada la enorme conflictividad social de El Salvador que, solo en 2019, registró 2,398 asesinatos.

Control y negociación

Diversos analistas señalan que las iniciativas de las maras no son una muestra de benevolencia o solidaridad con sus conciudadanos, sino diversos cálculos políticos y personales. Tres grandes factores impulsan ese tipo de medidas: reafirmar y proyectar el control territorial, colaborar con el gobierno para tener argumentos en futuras negociaciones y sus propias preocupaciones de salud.

“Más allá de lo que diga el gobierno, la conducta de la MS-13 y de una facción de Barrio 18 muestra la capacidad de control territorial que todavía tienen”, explica José Miguel Cruz, académico de la Universidad Internacional de Florida. “Las pandillas ejercen un control efectivo sobre la vida de la gente en ciertas comunidades y sobrepasan al Estado, al punto de que en esta emergencia ayudan a implementar algunas políticas del gobierno”.

Los expertos estiman que las maras agrupan a unos 60,000 afiliados, cuya influencia se extiende a través de una red de aproximadamente 400,000 personas, entre familiares y colaboradores.

“Hay una visión política en lo que está sucediendo, ellos están implementando una serie de acciones que coinciden con los intereses del gobierno”, afirma Tiziano Breda, analista del International Crisis Group (ICG), una organización no gubernamental que se enfoca en la resolución y prevención de los conflictos armados.

Si las maras son exitosas en prevenir el coronavirus en sus territorios tendrán una mejor posición frente al gobierno ante una posible interacción, o la eventual negociación de sus demandas. Y, en el caso de algún conflicto con las autoridades, podrían quitar las medidas y crear problemas”.

Se calcula que el país solo cuenta con unas 140 camas de terapia intensiva entre todos los sistemas de atención, tanto públicos como privados. En teoría, cada una de esas unidades tendrían ventiladores mecánicos pero los expertos de salud pública aseguran que esa cantidad es insuficiente para una población de 6,4 millones de habitantes. Además, El Salvador solo tiene 48 intensivistas, así que muchos investigadores creen que los líderes del crimen organizado también están pensando en su propia sobrevivencia ante la crisis sanitaria que se cierne sobre el país.

“En realidad, no están tratando de proteger a la población sino a ellos mismos, no hay motivaciones altruistas en sus acciones”, asevera Cruz. “Ellos matan, violan y torturan porque les conviene. Todo eso de mantener a la gente en sus casas y repartir comida es un cálculo estratégico”.

Analistas como Breda sostienen que, en las próximas semanas, las bandas criminales se adaptarán a las nuevas condiciones sociales derivadas de las restricciones impuestas por el gobierno. Actividades delictivas como la extorsión, el tráfico de drogas y de personas, algunas de las principales fuentes de ingresos de las maras, se verán afectadas por las medidas impuestas para combatir la propagación del coronavirus.

“Todos sus negocios están siendo afectados, incluso los semiformales, entonces tendrán que adaptarse a la contingencia actual. En este contexto podrían expandirse hacia el mercado de equipamiento sanitario y meterse en el negocio de las mascarillas y guantes, por ejemplo. El tema de los recursos económicos va a ser clave”, afirma Breda.

Las milicias de Río y el Cártel del Golfo

Las iniciativas de grupos delictivos que buscan imponer sus propias restricciones ante la propagación del coronavirus no solo se han presentado en El Salvador.

“¡Quien sea visto en la calle después de esta hora aprenderá a respetar! Queremos lo mejor para la población. Si el gobierno no tiene la capacidad de arreglarlo, el crimen organizado lo resolverá”, decía un comunicado de las milicias, organizaciones criminales que dominan algunas de las favelas más importantes de Río de Janeiro, que impusieron un toque de queda a partir de las 8 de la noche. Se calcula que un cuarto de la población de la metrópoli carioca, cerca de 1,5 millones de personas, vive en las favelas.

Contrario a la situación salvadoreña, las bandas criminales brasileñas parecieran estar en contra de las declaraciones del presidente Jair Bolsonaro quien ha minimizado el peligro de la pandemia diciendo que “es una fantasía que, gracias a los medios de comunicación, ha creado pánico en el mundo”. Según las cifras más recientes, en Brasil se confirmado 22,169 casos de coronavirus y la cifra de personas fallecidas es de 1,223.

En México, el crimen organizado también ha desplegado medidas durante la contingencia sanitaria. El Cártel del Golfo ha repartido cajas de víveres en diversas poblaciones del estado norteño de Tamaulipas como Ciudad Victoria, la capital de la entidad, y Matamoros.

Esa actividad fue divulgada en las redes sociales y ha sido ampliamente difundida en todo el país. “Cártel del Golfo en apoyo a Ciudad Victoria. Señor 46 Vaquero”, dicen las etiquetas de algunas de las cajas repartidas. No es la primera vez que esta banda realiza ese tipo de actos, en el pasado solían organizar esas reparticiones durante el Día de las Madres o en las navidades pero la práctica había desaparecido en los últimos años. En México hay 5,014 casos confirmados y se han registrado 332 muertes, según los reportes oficiales.

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