Una persona que presentaba problemas respiratorios leves decidió asistir a un funeral y días después a una fiesta de cumpleaños a principios de febrero en Chicago, cuando aún no era obligatorio el distanciamiento social por el coronavirus. En esos eventos infectó a 16 personas, de las que tres han muerto, según revela un estudio de los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en inglés).
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El primer paciente, que aparece etiquetado en el cronograma de los CDC como A1.1, había viajado fuera de Illinois días y a su regreso atendió al funeral de un amigo, pese a que presentaba ciertos problemas para respirar. En aquel momento no se había sometido aún a una prueba por COVID-19 y no sabía que estaba contagiado con la enfermedad, según los investigadores.
Las reuniones donde se produjeron los contagios en personas de edades comprendidas entre 5 y 86 años tuvieron lugar con tres días de diferencia.
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La reconstrucción de los CDC desvela que, la noche antes del funeral, el paciente pasó tres horas en una comida con los familiares del fallecido, a los que abrazó antes de marcharse. Entre dos y cuatro días después, dos miembros de la familia comenzaron a sufrir síntomas de coronavirus. Uno de ellos murió poco después.

Una tercera persona presente en el funeral comenzó a sentirse enfermo seis días después. El mismo día del funeral, el paciente A1.1 abrazó a una cuarta persona que horas después visitó a un familiar internado en un hospital al que abrazó; posteriormente presentó fiebre y tos seca, las manifestaciones más comunes de la enfermedad.
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Tres días después, la persona inicialmente infectada seguía experimentando síntomas, pero así y todo asistió a una fiesta de cumpleaños a la que también atendieron nueve miembros de la familia del fallecido. Allí compartió durante tres horas comida con los presentes, y abrazó a una inmensa mayoría, según los CDC.
Tras esa celebración, siete personas dieron positivo en COVID-19 y dos de ellas, que tuvieron que recibir asistencia respiratoria en un centro médico, murieron.
A los pocos días, una enfermera y otro familiar de desarrollaron síntomas de la enfermedad después de atender a uno de los pacientes de la familia sin protección alguna, que a su vez se lo contagió a otra persona que no había asistido a la fiesta.
Tres de los familiares del fallecido que ya presentaban indicios evidentes de coronavirus asistieron a la iglesia. Uno de los feligreses que estaba sentado a una fila de distancia también se enfermó, concluye el informe, que hace hincapié en la rapidez de transmisión de la enfermedad y como un único paciente tiene la potencialidad de contagiar a decenas si se hace caso omiso al distanciamiento social.
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"En general, estos hallazgos resaltan la importancia de cumplir con las recomendaciones actuales de distanciamiento social, como evitar cualquier reunión con personas de varios hogares y seguir las órdenes estatales o locales de quedarse en casa", resaltan los CDC en el informe.
Si bien el sujeto A1.1 compartió comida estilo pot luck -platos compartidos-, no hay evidencia de que el coronavirus se pueda contraer a través de los alimentos, según los expertos, aunque en ese sentido también se ha de ser extremadamente cautelosos.
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