Los dos cruceros de la compañía Holland America que se dirigieron a Estados Unidos desde Argentina con más de 1,400 pasajeros y tripulantes a bordo han obtenido permiso para desembarcar en Fort Lauderdale, a pocas millas de Miami (Florida), tras semanas siendo rechazados en varios países pese a tener a decenas de personas enfermas a bordo y de haber sufrido al menos cuatro muertes por la pandemia de coronavirus, según ha informado la cadena NBC.
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El acuerdo ha sido forjado por el Departamento estatal de Salud, los Centros para el Control del Enfermedades (CDC, en inglés), el Servicio Geológico (USGS) y las autoridades de Port Everglades, el puerto de Fort Lauderdale y uno de los centros de cruceros más importantes del mundo.
Los pasajeros de los buques Rotterdam y Zandaam serán trasladados por la compañía naviera a sus países de origen en vuelos chárter, a los que accederán en autobuses especiales. No se conoce aún si se les permitirá desembarcar en Fort Lauderdale o serán sacados en helicóptero de los barcos.
A bordo de estos cruceros viajan 300 estadounidenses; hay además ciudadanos ingleses, irlandeses, alemanes, australianos y neozelandeses, entre otros.
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Los barcos arribarán entre la 1:00 y las 1:30 de la tarde a Fort Lauderdale (hora de la Costa Este).
Cuatro personas han fallecido durante el viaje, al menos dos por coronavirus, y otras nueve han dado positivas a la prueba; otras 179 experimentan síntomas similares a los de la gripe y podrían estar contagiadas. Según los términos del acuerdo, nueve personas serán trasladadas a hospitales, y otras 45 que están enfermas seguirán a bordo del buque.
Los buques, que opera Carnival Corporation, partieron de Buenos Aires el 8 de marzo para un crucero de dos semanas por América del Sur; estaba programado que el viaje terminara en Chile el 21 de marzo, pero fueron rechazados por ese país.
“Comenzamos a ser rechazados por todos”, dijo Emily Spindler Brazell, una pasajera de Tappahannock (Virginia), que estaba en el Zaandam pero luego fue transferida al Rotterdam.
“El mundo empezó a cerrarnos las puertas mientras esperábamos sentados”, añadió.
En un comunicado, Orlando Ashford, presidente de Holland America, calificó los múltiples rechazos fronterizos que han sufrido los barcos como “una crisis humanitaria”.
“Estamos lidiando con el síndrome ‘no es mi problema’. La comunidad internacional, que de manera consistente ha sido generosa y servicial frente al sufrimiento humano, se cerró ante la situación del Zaandam dejando que esas personas tengan que valerse por sí mismas”, dijo.
“Estas almas desafortunadas quedaron atrapadas, involuntariamente, en medio de las cambiantes restricciones de salud, políticas y fronteras que han tomado rápidamente al mundo”, añadió.
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