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Un portaaviones nuclear pide ayuda por la pandemia mientras crece la tensión con Rusia por maniobras militares

La OTAN advierte a Putin ante el refuerzo de operaciones en plena crisis. Un buque estadounidense pide auxilio a la Marina: “No estamos en guerra. Los marineros no tienen por que morir".

El secretario general de la Alianza Atlántica (OTAN, en español; NATO, en inglés), Jens Stoltenberg, ha advertido este miércoles que su capacidad militar no ha disminuido pese a los casos de coronavirus que afectan a sus tropas.

“Vemos por supuesto actividades militares significativas cerca de las fronteras” de la Alianza (que aúna a 30 países), ha añadido Stoltenberg, en referencia a las maniobras que está efectuando Rusia. La Marina británica había avisado además de “niveles inusualmente altos de actividad” por parte de buques rusos en el Mar del Norte y en el estrecho entre Inglaterra y Francia y España.

La OTAN ha realizado “algunos ajustes en sus maniobras”, según Stoltenberg, con cancelaciones parciales que, ha añadido, “no minan la preparación operativa”.

Seguimos patrullando los cielos y defendiendo nuestras fronteras, y continuamos nuestras operaciones y misiones”, ha indicado en la víspera de una cumbre que, por primera en 70 años, se realizará por videoconferencia.

[Putin gobierna por teleconferencia tras tener contacto con un afectado por el virus]

Más de 800 militares estadounidenses se han contagiado hasta el momento, y 40 han sido hospitalizados, según la cadena CNN.

El portaaviones nuclear estadounidense USS Theodore Roosevelt es uno de los buques militares afectados por la pandemia. Su capitán ha pedido permiso a la Marina para aislar a la mayor parte de su tripulación, integrada por 5,000 militares, dejando sólo al 10% en activo, “un riesgo necesario” que obligaría a dejar el barco, estacionado en el territorio de Guam, fuera de servicio.

 “No estamos en guerra. Los marineros no tienen por que morir. Si no actuamos ahora, estaremos fallando a la hora de cuidar a nuestro activo más preciado”, ha indicado el capitán, Brett Crozier, en un documento al que tuvo acceso la agencia de noticias The Associated Press.

El mando de la Flota del Pacífico ha indicado que está trabajando para llevar al mayor número de marineros a tierra, manteniendo al tiempo a la tripulación mínima para controlar los reactores nucleares y que el buque siga operativo. Busca además la forma de aislar a los afectados una vez en tierra.

Bajo el mar, los submarinos militares pueden ser los únicos que no se han visto afectados por la pandemia, e incluso los últimos en enterarse de su existencia.

A sus tripulaciones se les suelen ocultar las malas noticias mientras se encuentran de servicio, según oficiales franceses consultados por The Associated Press, para evitar que dañen su moral.

“No se enterarán”, indica el almirante ya retirado Dominique Salles, que comandó un escuadrón francés entre 2003 y 2006. Según su experiencia, sólo se les comunicará dos días antes de concluir sus misiones, cuando se dirijan ya a puerto.

“Ellos no han experimentado esta crisis como nosotros”, añade un oficial en servicio cuyo nombre no se ha divulgado, “para ellos será toda una sorpresa”.