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Casi 1,500 “almas desafortunadas” vagan en dos cruceros que nadie quiere. Ya hay varios muertos a bordo

Salieron de Buenos Aires y ahora confían en poder viajar hasta Florida después de ser rechazados en otros países. “¿Cuántas personas tienen que morir en este barco para que se den cuenta de que tenemos que desembarcar?”, dice el responsable de la empresa.

Por Safia Samee Ali para NBC

Cuando Andrea Anderson y su esposo abordaron el crucero MS Zaandam en Buenos Aires (Argentina), hace más de tres semanas, no sabían que el viaje de sus sueños coincidiría con una pandemia global por coronavirus que los dejaría confinados y varados en el mar.

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Sin un puerto que esté dispuesto a aceptarlos, su barco ha estado atrapado en una rutina de espera durante casi dos semanas, navegando de un país a otro.

Hasta ahora han sido rechazados en Chile, Perú y Argentina, que cerraron sus puertos en medio del brote de coronavirus. Ahora sus esperanzas están en Estados Unidos, más específicamente, en Fort Lauderdale (Florida).

“No sé si nos van a aceptar, espero que lo hagan”, dijo Anderson, de 63 años, una artista de Maineville (Ohio), “tenemos que bajarnos de este barco”.

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Anderson, junto con más de 1,400 pasajeros, ahora le suplican a Florida que les permita ingresar al país. Pero los funcionarios, incluido el gobernador, Ron DeSantis, dicen que el estado simplemente no tiene los recursos para asumir una carga adicional en esta creciente crisis de salud.

Pasajeros del crucero Zaandam durante su paso por la bahía de Panamá, el 27 de marzo de 2020.
Pasajeros del crucero Zaandam durante su paso por la bahía de Panamá, el 27 de marzo de 2020.AP

“No podemos permitir que personas que ni siquiera son floridanas sean abandonadas en el sur de la Florida usando esos valiosos recursos”, dijo DeSantis a la cadena Fox News el lunes.

Cuatro personas han fallecido en el barco, al menos dos por coronavirus, otras nueve resultaron positivas a la prueba, y 179 experimentan síntomas similares a los de la gripe.

“Las personas se están enfermando y necesitan recibir atención médica adecuada en un hospital, no pueden ser tratadas a bordo”, dice Anderson, “en este barco todos somos padres, abuelos, tíos y tías de alguien. El gobernador debería pensar ‘¿y si mi madre estuviera en ese bote?’”.

La última palabra está en manos de la Comisión del Condado de Broward (Florida), que no pudo tomar una decisión este martes a la espera de que la empresa de cruceros ofrezca protocolos claros y adecuados para el desembarco.

Está previsto que el Zaandam y su barco gemelo, el Rottendam, que recibió pasajeros asintomáticos del primero, lleguen a Fort Lauderdale este miércoles.

“Somos una comunidad que está tratando de mantenernos unidos”, dijo el alcalde, Dean Trantalis, a Fox News este lunes, “no necesitamos más infección en nuestras comunidades, no pueden venir a Fort Lauderdale”.

Hay más de 300 estadounidenses en los barcos.

Los pasajeros dicen que están estrictamente confinados en camarotes estrechos y que las comidas se las dejan en la puerta. Incluso durante el periodo especial de 30 minutos en el que se les permite moverse por el barco, no pueden tocar nada, ni sentarse en ningún lugar o pararse cerca de nadie.

Los cruceros, que son propiedad de Holland America Line, una subsidiaria de Carnival Corporation, partieron de Buenos Aires el 8 de marzo para un crucero de dos semanas por América del Sur; estaba programado que el viaje terminara en Chile el 21 de marzo, pero fueron rechazados por ese país.

“Comenzamos a ser rechazados por todos”, dijo Emily Spindler Brazell, una pasajera de Tappahannock (Virginia), que estaba en el Zaandam pero luego fue transferida al Rotterdam.

El mundo empezó a cerrarnos las puertas mientras esperábamos sentados”, añadió.

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Aunque dijo que el personal del barco los ha tratado muy bien y trabajan duro con el fin de organizar actividades para pasar el tiempo como clases de ejercicios en línea y noches de juego, le preocupa que pierdan fuerza.

"Es mucha presión", dijo, y agregó que la vida se siente como la película Waterworld puesto que no han tocado tierra desde hace semanas.

“Lo entiendo. Comprendo sus razones”, dijo Branzell, quien tiene más de 60 años, “pero es importante que sepan que hay muchas personas que se sienten bien y que deberían poder desembarcar”.

En un comunicado, Orlando Ashford, presidente de Holland America, calificó los múltiples rechazos fronterizos que han sufrido los barcos como “una crisis humanitaria”.

“Estamos lidiando con el síndrome ‘no es mi problema’. La comunidad internacional, que de manera consistente ha sido generosa y servicial frente al sufrimiento humano, se cerró ante la situación del Zaandam dejando que esas personas tengan que valerse por sí mismas”, dijo.

“Estas almas desafortunadas quedaron atrapadas, involuntariamente, en medio de las cambiantes restricciones de salud, políticas y fronteras que han tomado rápidamente al mundo”, añadió. 

Anderson tiene la esperanza de que Florida se dará cuenta del costo humano de rechazar a las personas y eventualmente les permitirá ingresar.

“Estas son personas reales, que se enferman y están lejos de sus familias y de la atención adecuada”, dijo, “¿cuántas personas tienen que morir en este barco para que se den cuenta de que tenemos que desembarcar?”.

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