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Cómo decir adiós en la época del coronavirus: funerales vacíos y cuerpos apilados en las morgues

Cada vez se llevan a cabo más exequias alrededor del mundo en los que los únicos presentes son un sacerdote, un empleado de la funeraria y un solo doliente.

La pandemia de coronavirus está haciendo cada vez más difícil despedirse de un ser querido. Cada vez se llevan a cabo más funerales alrededor del mundo en los que los únicos presentes son un sacerdote, un empleado de la funeraria y un solo doliente.

Cuando Charles Recka murió hubo un anuncio escondido al final de su obituario que advertía que la misa para celebrar sus 87 años de vida “se llevaría a cabo en una fecha posterior”, reportó la agencia de noticias The Associated Press.

Son anuncios frecuentes en medio de la pandemia. Aunque Recka no murió por el coronavirus, su familia no pudo despedirse en persona de él por las medidas de distancia social para prevenir el contagio.

La hija de Recka, Dawn Bouska, no tuvo más remedio que evitar que sus hijos gemelos de 11 años y su hermana de 14 años se acercaran a su abuela. Tuvieron que verla a través de la ventana en el asilo para ancianos donde vive.

Para Bouska, cuyas esperanzas de estar con su madre de 85 años para un servicio de oración se desvanecieron tras el aviso de que los residentes del asilo debían permanecer aislados, sólo hay preocupación por su madre, y pequeños gestos como comprarle dados para jugar Yahtzee con la familia por videollamada.

"Este es un cambio preocupante para mi familia ya que ahora mi madre realmente estará sola", escribió en un correo electrónico.

La madre de Bouska, Patricia Recka, dijo que está decepcionada porque el funeral fue pospuesto aunque lo entiende.

"Todavía me visitarán y podremos hablar por teléfono", dijo, explicando que su familia podrá hablar con ella y verla a través de su ventana.

"Todavía nos tenemos el uno al otro", dijo Recka. "Dios sabe lo que está haciendo".

La experiencia de Recka es parte de la nueva normalidad cuando se trata de funerales. Las hijas de un oficial de policía retirado no se atreven a subir a un avión para volar a Chicago para su funeral por temor a que puedan separarse de sus hijos durante semanas si se les pone en cuarentena. Algunos cementerios de veteranos en Estados Unidos. Han dejado de celebrar servicios conmemorativos por completo, después de pedirle a los veteranos de edad avanzada que se mantengan alejados.

Cuando se llevan a cabo los servicios, se deja a las familias decidir a qué pocos familiares se les debe permitir asistir. En las partes de Italia más afectadas por el virus, los funerales, presenciados por un pariente o dos, duran cinco minutos y terminan sin ningún abrazo.

Una pista de patinaje sobre hielo se convierte en una morgue

En los lugares más afectados por la pandemia, como España e Italia, los cadáveres de las personas que han muerto por el coronavirus se apilan en morgues y hospitales antes de ser enterrados con la misma ropa que llevaban puesta.

En Madrid, España, donde los crematorios y morgues están sobrepasados, y la funeraria municipal ha cerrado por la falta de trajes y mascarillas para proteger a los empleados del virus, las autoridades han recurrido a una medida desesperada: apilar los cadáveres sobre el hielo de una enorme pista de patinaje.

Después de registrar más de 1,200 muertes el gobierno autonómico de Madrid, el Consistorio y el Ejército decidieron convertir una pista de patinaje sobre hielo de 1,800 metros cuadrados conocida como el Palacio de Hielo en “la gran morgue del país”, reporta el diario El Español.

“Sabemos que es un tema muy delicado, pero no quedaba otra opción. Es una reacción necesaria. Los hospitales y los crematorios no dan más de sí", dijeron funcionarios municipales al diario citado. "Es un lugar ideal para apilar cadáveres. Hablo lógicamente de las condiciones del emplazamiento. Aquí se puede evitar la descomposición durante los días que sea necesario".

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