Con solo dos años y de la mano de su madre, Iker Velázquez huyó de la violencia y la pobreza que acucia a Honduras hacia Estados Unidos en 2014. Ahora su futuro está en manos de la jueza que ha de decidir sobre la petición de asilo de este pequeño Capitán América, el personaje de cómic que idolatra.
El menor de 8 años, en perfecto inglés y con un libro de su gran héroe, expuso su caso ante un tribunal de inmigración de Chicago este miércoles para que la jueza Kaarina Salovaara le permita permanecer en Estados Unidos, donde vive sin documentos legales desde hace seis años junto con su madre, Evelyn Velázquez-Lagos, y su hermano pequeño.
El niño dijo después a la agencia de noticias Efe que se sintió "bien" cuando habló ante la jueza.
Por su parte, la activista Julie Contreras, de la organización Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, afirmó que el abogado del niño, Chris Helt, tomó el caso de forma altruísta y luchó para que la corte permitiera al conocido como el "pequeño Capitán América" dar testimonio en su caso.
"Fue muy importante para el caso presentar su testimonio, aunque a veces difícil ya que él es tan pequeño y tenía que explicar temas como la violencia, las pandillas y el dejar a su país para salvar sus vidas, pero logró hacer un buen trabajo", dijo la activista.
En 2014, Evelyn Velázquez abandonó Honduras con su hijo rumbo a Estados Unidos, donde llegaron a la frontera tras 12 días de periplo a pie, en camión e incluso en balsa.
Durante su testimonio, el pequeño Capitán América no se olvidó de su hermanito y mencionó a Salovaara que Liam cumplía años; la jueza le deseó un feliz cumpleaños a otro niño, que tiene nacionalidad estadounidense.
Tras la declaración, madre e hijo albergaban la esperanza de que Salovaara dictaminara un fallo inmediato, pero determinó que se tomará su tiempo para evaluar las declaraciones y enviará su decisión final por escrito al abogado.
Eso no ocurrirá hasta el 10 de marzo del año que viene porque es necesario entrevistar a más testigos del caso.
En ese sentido, la madre dijo a Efe que se sentía un poco nerviosa porque aún el caso queda pendiente, pero más que orgullosa de su hijo por haber hecho un gran trabajo cuando habló ante la jueza.
El caso de Iker es muy similar a los de cerca de otros 52.000 niños de Honduras y otros países de Centroamérica que huyen a diario de la criminalidad de las pandillas y la miseria en la región.,
Pero como dijo Contreras a Efe, los cambios instituidos por la Administración de Donald Trump han puesto más barreras en el camino de los inmigrantes hacia una vida mejor.
Precisamente, la Corte Suprema determinó este miércoles que el gobierno de Donald Trump pueda continuar con el programa Quédate en México, que tiene en incertidumbre a unos 25,000 migrantes que esperan en estados fronterizos de México para solicitar asilo en Estados Unidos.
La decisión revierte lo declarado por un panel de la Corte de Apelaciones que había ordenado la suspensión del programa.
Los migrantes que son obligados a permanecer en México se quejan del difícil acceso a ayuda legal y las duras condiciones de supervivencia —pobreza, extorsiones, lejanía de las cortes— que han obligado a muchos a regresar a los países de los que huyeron.
En ese sentido, el activista Carlos Arango dijo a la agencia Efe que el presidente Trump ha afectado los derechos de los inmigrantes en muchos aspectos.
Agregó que solo espera que en las próximas elecciones en realidad llegue un cambio que beneficie a los inmigrantes.