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Vanessa Bryant "devastada" por la supuesta filtración de las fotos del accidente de su marido

Su abogado solicitó una investigación de asuntos internos sobre las acusaciones y espera el "castigo disciplinario más duro posible" para los responsables.

Vanessa Bryant está "absolutamente devastada" por la supuesta filtración y difusión de fotos por parte de las autoridades del accidente de helicóptero que mató a su esposo, su hija de 13 años y otras siete personas el pasado 26 de enero en Los Ángeles (California), según un comunicado de su abogado.

El letrado, Gary C. Robb, calificó la presunta conducta de "inexcusable y deplorable", solicitó una investigación de asuntos internos sobre las acusaciones y espera el "castigo disciplinario más duro posible" para los responsables. "Esta es una violación indescriptible de la decencia humana, el respeto y los derechos de privacidad de las víctimas y sus familias", afirmó.

El letrado había acudido a la oficina del Sheriff después del accidente del 26 de enero y solicitó que el área fuera designada como "zona de exclusión aérea" y protegida de los fotógrafos.

"En ese momento, el alguacil Alex Villanueva nos aseguró que se tomarían todas las medidas para proteger la privacidad de las familias, y entendemos que ha trabajado duro para cumplir con esas solicitudes", explicó Robb. Exigió que los agentes sean identificados "para garantizar que las fotos no se difundan más".

Los Angeles Times informó por primera vez sobre las acusaciones de que los policías compartíeron fotografías de la escena. Después del informe del Times del pasado jueves, el Departamento del Sheriff lanzó una investigación.

Según dos fuentes de seguridad pública con conocimiento del suceso, un individuo denunció a un policía por mostrar imágenes en un bar de Norwalk. Normalmente, dicha queja desencadenaría una investigación formal y posiblemente una pesquisa de asuntos internos, siguiendo estrictamente la cadena de mando, según las fuentes.

En cambio, el Departamento del Sheriff ordenó a los agentes que eliminaran las fotos, intentando mantener el asunto en secreto. En los días posteriores al accidente del 26 de enero, se ordenó a los agentes que se reportaran a la estación Lost Hills del Sheriff y se les comunicó que si eliminaban las fotos, no enfrentarían ningún castigo, según las fuentes que hablaron bajo condición de anonimato debido a la naturaleza sensible del asunto. Estas mismas afirmaron que les preocupaba que la orden de eliminar las fotos podría equivaler a la destrucción de evidencia.

Una tercera fuente declaró a Los Angeles Times que compartir fotos de la escena del accidente y los restos de las víctimas provocó una discusión entre los primeros agentes en responder al accidente dos días después del suceso.

La fuente, que habló bajo condición de anonimato, dijo que vio una de las fotos en el teléfono de otro funcionario en esa discusión, que no era parte de la investigación del incidente.

No está claro hasta qué punto podrían haberse difundido las fotos y quién estuvo involucrado. Tampoco está claro si los oficiales realmente tomaron las fotos en la escena o si las recibieron de otra persona.

Brian Williams, director ejecutivo de la Comisión de Supervisión Civil, dijo que su oficina planeaba interrogar a los funcionarios durante una reunión con el Departamento del Sheriff esta semana que ya había sido programada.

"Todos los departamentos de policía luchan con este asunto: la gente toma fotos que no son evidencia. Es una práctica que debemos asegurarnos que todos dejen de hacer, y que no haya más evidencia que las fotos oficiales que se toman", explicó Williams.

"El departamento llevará a cabo una investigación exhaustiva, con la prioridad número uno de proteger la dignidad y la privacidad de las víctimas y sus familias", concluyó.

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