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Pesadillas, niños que mojan la cama y padres desesperados: las consecuencias de la separación de familias migrantes no han terminado

Menores separados de sus padres se olvidan de palabras, se enfadan con facilidad, se comportan mal y dejan de comer. La ONG Physicians for Human Rights siguió a una veintena de familias afectadas por la política de Donald Trump.

Por Damià S. Bonmatí

La mamá de Janne dice que su hija volvió diferente: la niña feliz y obediente antes de cruzar la frontera retornó rebelde y quejosa tras ser separada de sus padres durante dos meses. “Le causó un trauma, ella cambió totalmente”, dice la guatemalteca Buenaventura Martín, la mamá, a Noticias Telemundo.

Con 7 años, la niña fue una de las miles de menores arrebatadas de sus padres por acción del gobierno de Donald Trump después de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos en 2018. Ahora, un nuevo reporte arroja más detalles sobre lo grave que fue la separación de papás de sus hijos para la salud de los migrantes.

La ONG que lo publica este martes, Physicians for Human Rights, cree que las consecuencias se extenderán a largo plazo, “incluso podría ser toda la vida”. El reporte se titula 'No verá a su hijo nunca más: los persistentes efectos psicológicos de la separación de familias' y acusa de “tortura” y “separación forzada”a las autoridades estadounidenses.

Los médicos vieron señales preocupantes en los niños: volvían a chuparse el dedo, tenían pesadillas y mojaban la cama. Pero haber sido separados de sus padres va todavía más lejos: se olvidan de palabras, se enfadan con mucha facilidad, se comportan mal, dejan de comer y lloran a menudo.

La política, una de las más polémicas del mandato de Donald Trump, ha separado a más de 5,000 menores de su papá o mamá al llegar a Estados Unidos como inmigrantes.

Durante dos meses, médicos de la ONG siguieron a 17 adultos y 9 menores afectados por esa política que pretendía disuadir a los centroamericanos que migran hacia el norte. Los casos analizados estuvieron separados entre 30 y 70 días.

Y los doctores dicen que las consecuencias son generalizadas y duraderas en el tiempo. La mayoría de papás e hijos sufren de estrés postraumático, desorden depresivo grave o ansiedad generalizada debido a la separación familiar que vivieron en primera persona.

Como si fueran niños pequeños

“Los niños mostraron una regresión en las conductas apropiadas para su edad y tuvieron conductas diferentes a las que tenían antes de la separación”, dijo la doctora Michele Heisler, directora médica de la ONG, a Noticias Telemundo. “Después de la separación, varios de los niños tenían miedo y no podían estar fuera de la vista de sus padres”.

Además, en los adultos, los doctores detectaron cuadros de ansiedad, falta de apetito, problemas de sueño y ausencia de motivación. Algunos adultos lloraban y se sentían en un “hoyo negro”, incluso dos de ellos tuvieron pensamientos suicidas cuando estuvieron lejos de sus hijos.

Janne y sus padres no forman parte del estudio pero también notaron esos cambios en casa. La niña de 7 años fue separada de su papá y, durante meses, culpaba al progenitor de esa separación. Los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) que los detuvieron dijeron al padre que preparara a su hija, él le hizo una trenza y pensó que volvería en unos minutos, pero no retornó.

La niña estuvo dos meses en custodia del gobierno en Arizona mientras que su papá esperaba su deportación desde un centro en Georgia. Cuando volvió a manos de su madre, Janne comía poco y se mostraba tímida y aislada en la escuela.

La administración Trump reconoció ante la justicia haber separado a 5,512 hijos de sus progenitores. De esos, más de 1,000 fueron arrebatados de sus padres después de que un juez dictara el fin de la separación de familias y hasta 300 eran menores de 5 años.

Physicians for Human Rights, que lleva años documentando los efectos en la salud del sistema de detención para extranjeros, cree que la separación creó un doble trauma en los migrantes.

Doble trauma

Al huir de la violencia sistémica en sus países de Centroamérica, ya migraron con cuadros de estrés postraumático y ansiedad. La separación y la detención solo agudizó todavía más esos efectos, según la ONG.

Los padres fueron separados de manera abrupta de sus hijos, sin poder decirles adiós, o fueron alejados de ellos cuando los menores dormían. Una mamá aseguró en el reporte que agentes migratorios le dijeron que darían en adopción a su hija en Estados Unidos; a un padre le explicaron que sería reunificado con su hijo “después de la corte” pero tardó 73 días en volverlo a ver.

La ONG cree que, al menos en los 26 migrantes analizados, el gobierno de Estados Unidos cometió “tortura”.

“Los funcionarios llevaron acciones intencionales que causaron dolor y sufrimiento severo con el fin de castigar, coaccionar e intimidar a los solicitantes de asilo centroamericanos”, justificó la doctora Heisler.

Physicians for Human Rights también acusa a los funcionarios estadounidenses de “desaparición forzada” porque “en todos los casos hubo un periodo en que los padres desconocieron el paradero de sus hijos y no podían contactarlos”, dijo Heisler.

El reporte advierte que la ONG no logró investigar otra sombra de la política de separación que podría ser aún más grave: los efectos en las familias en las que la mamá o el papá fueron deportados mientras sus hijos quedaron en Estados Unidos en custodia del gobierno.

 

Si su familia ha sido separada, puede pedir una indemnización

La doctora recomienda a familias migrantes que hayan pasado por una separación forzada que busquen atención psicológica pero también ayuda legal para pedir una indemnización al gobierno de Estados Unidos. Y, sobre todo, les dice que no se rindan.

Mientras, la familia de Janne se ha reunificado completamente en Florida. Desde que el papá ya está en casa, la madre ve a la niña cambiada, más feliz y un poco más cerca de lo que fue antes de ser separada.

 

  • Si usted vivió una separación familiar o alguien cercano a usted, puede contarnos sus preocupaciones o su testimonio. Nos puede contactar por email damia.bonmati@nbcuni.com.
  • Las periodistas Belisa Morillo y Lourdes Hurtado contribuyeron en el reporteo de esta nota.