El presidente, Donald Trump, llegó este domingo de manera espectacular al Daytona International Speedway de Florida, desencadenando una ruidosa celebración en la famosa pista de NASCAR donde se celebra la 62° edición de las 500 millas de Daytona, la carrera de automovilismo más importante de la NASCAR Cup Series, y una de las más importantes de Estados Unidos.
Miles de espectadores aplaudieron cuando el Air Force One sobrevoló el estadio y aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Daytona unos cientos de metros detrás de la pista. La comitiva de Trump y la primera dama, Melania Trump, llegó unos minutos después, lo que provocó otra gran ovación. Ambas entradas se transmitieron en pantallas de vídeo gigantes alrededor del estadio.
Al menos una docena de pilotos fueron escoltados desde la reunión previa a la carrera hasta una presentación privada con Trump. "¡Tengo que encontrarme con el presidente! ¿Cuán genial es eso?", dijo el conductor Aric Almirola.
Trump es el gran mariscal de las 500 Millas de Daytona, lo que significa que este año dio la orden a los conductores de encender sus motores y después y dio una vuelta a la pista conduciendo la limusina presidencial apodada The Beast (La bestia). Es el segundo presidente estadounidense en hacerlo, después de George W. Bush, que asistió a la denominada The Great American Race (La gran carrera americana) en 2004.
La visita del presidente fue bien recibida por los fanáticos de la NASCAR. Las banderas de Trump 2020 inundaron el estadio, y algunos asistentes las usaron como capas en el área del garaje. La presencia de Trump también creó grandes colas en los accesos, con parte del público quejándose mientras esperaban horas para atravesar los controles de seguridad.
"No hay mayor emoción que unirme al centro mundial de las carreras", declaró Trump. "Para todos los pilotos, técnicos y equipos de boxes hoy aquí, buena suerte y que gane el mejor equipo. Dios los bendiga, Dios bendiga a nuestros militares, Dios bendiga a nuestros veteranos y Dios bendiga a Estados Unidos. Que tengan una gran carrera", añadió.
Trump también agradeció a las familias 'estrella dorada' o Gold Star, de soldados caídos en el cumplimiento del deber, que asistieron a la carrera, "cuyos seres queridos hicieron el sacrificio supremo para honrar nuestra libertad y nuestra bandera". "Sus guerreros caídos vivirán en nuestros corazones para siempre", recordó, antes de agradecer a los nuevos enlistados militares que "hicieron un juramento solemne para arriesgar sus vidas" por el país.
El expresidente y director ejecutivo de NASCAR, Brian France, que fue reemplazado después de su arresto en agosto de 2018 por conducir bajo la influencia del alcohol, estaba en Air Force One con el presidente y la primera dama. Viajaron desde West Palm Beach, al sur de Florida.
Las fotos del Air Force One y el presidente George W. Bush con el piloto Dale Earnhardt Jr. también son consideradas como incónicas dentro en la historia de NASCAR. "Este es uno de esos días que todos recuerdan. Es una imagen genial, incluso si no lideras la carrera. Va a ser especial para todos los involucrados", señaló el piloto Ricky Stenhouse Jr.
El presidente planea iniciar una campaña de recaudación de fondos y mítines políticos en los estados del oeste a finales de esta semana.
Mientras se dirigía al Daytona International Speedway, tuiteó sobre el muro fronterizo y aseguró que un nuevo informe que decía que parte del muro se cayó debido a una construcción deficiente era "falso" y, en cambio, excusó el mal funcionamiento con las condiciones climáticas que hicieron que el suelo estuviera demasiado húmedo para los cimientos de concreto recién vertidos.
"La semana pasada, Fake News dijo que una sección de nuestro poderoso muro en construcción, Southern Border Wall 'se cayó', tratando de hacerlo sonar terrible, excepto porque la base de concreto se vertió y se empapó cuando los fuertes vientos golpearon. Rápidamente arreglado 'para siempre' ', tuiteó Trump este domingo por la tarde.
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