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Centros cristianos ligados a Trump disimulan ser proaborto para desinformar a mujeres en Latinoamérica

Una investigación del medio OpenDemocracy encontró que los centros operan en por lo menos 18 países donde ya se permite interrumpir un embarazo y que son financiados por Heartbeat International, que presume de sus "nuevos amigos en Washington".
Cientos de mujeres marchan en la Ciudad de México por la legalización del aborto en Argentina.
Mujeres durante una marcha de 2018 en Ciudad de México, en respaldo a la legalización del aborto en Argentina, que estaba debatiendo una medida para interrupción del embarazo.AP / AP

Por Noticias Telemundo

Alrededor del mundo, hay centros que dicen proveer información factual y asistencia médica a mujeres embarazadas que están considerando abortar, en países donde es legal o no está penalizado hacerlo, pero que en realidad se dedican a difundir desinformación y provocar miedos, de acuerdo con una investigación periodística de la organización OpenDemocracy.

Estos centros son financiados por el grupo Heartbeat International, que tiene su sede en Ohio y realiza campañas en contra del derecho de la mujer a decidir, así como por Human Life International, grupo similar con sede en Virginia.

Heartbeat International presume de vínculos con el Gobierno de Donald Trump: ha intentado recaudar fondos apelando a sus "nuevos amigos en Washington", y el vicepresidente, Mike Pence, ha acudido a eventos como orador invitado.

Trump ha sido este año el primer presidente estadounidense en acudir a la March for Life en contra del derecho al aborto (reconocido por la Corte Suprema desde hace décadas).

OpenDemocracy consignó que las instalaciones de los llamados centros para "personas embarazadas en crisis" operan en por lo menos 18 países, incluyendo México, Ecuador, Argentina, Costa Rica y España.

En sitios web o en páginas de Facebook promocionan asistencia médica para conseguir, por ejemplo, misoprostol, una de las dos pastillas recetadas para frenar el crecimiento de un embrión y evacuar el cúmulo de células durante las semanas iniciales de gestación.

Sin embargo, al acudir a los sitios o al llamar a los teléfonos se da información equivocada e infundada en un aparente intento por desincentivar de abortar a las mujeres que así deseen hacerlo, según la investigación. También se miente sobre la efectividad y beneficios de medidas de control natal, como el condón.

Entre la información engañosa, los empleados de los centros dicen que el aborto aumenta el riesgo de tener cáncer; no hay vínculo, según estudios médicos y la American Cancer Society.

Los periodistas de OpenDemocracy además constataron que los trabajadores de los centros, a pesar de no tener capacitación en medicina, ofrecen hacer ultrasonidos y ecografías.

Manifestantes en la movilización antiaborto llamada March for Life, en enero de 2020
Manifestantes en la movilización antiaborto March for Life, en enero de 2020AP / AP

En Ciudad de México, donde la interrupción de un embarazo es legal desde 2007, a una periodista le dijeron que no es posible realizar el procedimiento si no consigue la firma y consentimiento de su pareja.  Incluso le mostraron un formato falso para esa firma.

Al igual que en Estados Unidos, donde es inconstitucional que se pida el visto bueno de un marido o pareja, la legislacíón en Ciudad de México no requiere el consentimiento de nadie más que la mujer que elige abortar.

En Costa Rica, donde el aborto está despenalizado para casos muy específicos, los sitios muestran videos con falsedades como que el procedimiento puede generar parálisis cerebral. En España, las reporteras de OpenDemocracy recibieron un folleto que asegura que las mujeres que interrumpen un embarazo son 144% más probables de maltratar a hijos futuros si ya deciden tenerlos. No hay evidencia alguna para tal aseveración.

Al ser cuestionados sobre el actuar de los sitios, Heartbeat International sugirió que no se está violando ninguna ley de publicidad falsa, y que "diferentes países tienen sus culturas y diversas formas de comunicarse".

Legisladores y expertos de varias partes del mundo consultadas por OpenDemocracy en el reportaje dijeron que impulsarán la revisión de los centros.

Esto es "sin duda una violación a los derechos humanos, un grave riesgo para la vida de las mujeres y una seria amenaza para la democracia", dijo a OpenDemocracy el legislador Fred Matić, del Parlamento Europeo.

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