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Recortes a programas sociales y más fondos para centros de detención: así es el presupuesto de Trump para 2021

El plan presupuestario aumenta el gasto de defensa y estipula masivos recortes a programas sociales mediante "reformas"

Por María Peña

WASHINGTON.— El presidente, Donald Trump, ha presentado este lunes su lista de deseos para el año fiscal 2021, en un plan presupuestario de $4.8 billones que designa más fondos para combatir a inmigrantes indocumentados, y recortes a programas para enfermos, pobres y ancianos.

El plan presupuestario significa, según observadores, una arriesgada estrategia electoral que, de mantenerse sin cambios, afectaría incluso a muchos de sus votantes.

Durante una reunión con gobernadores, Trump aseguró que no tocará el programa de Medicare, que da cobertura médica a unos 65 millones de ancianos, jubilados y discapacitados –casi el 18% de la población– ni el de Medicaid, que cubre a cerca de 74 millones de pobres, ni del Seguro Social, del que dependen más de 63 millones de personas.

El mandatario, que en 2016 prometió resguardar Medicare y eliminar la deuda nacional en ocho años, citó el problema del “tremendo desperdicio, y tremendo fraude” que arrastra el presupuesto federal.

Trump ya había advertido, durante su viaje al Foro Económico Mundial en Davos (Suiza) el año pasado, que su gobierno estaba sopesando recortes en los programas de la red de seguridad social.

Pese a sus promesas electorales, su plan presupuestario –que deberá ser debatido y aprobado por el Congreso– delinea una serie de recortes por unos $4,4 billones en buena parte de los programas sociales en la próxima década.

En cambio, el plan aumenta a $740,500 millones los fondos para el Pentágono, y da prioridad a fondos para la exploración espacial.

Así, Trump ha gastado más en su primer mandato que sus antecesores, según el Instituto Cato. 

Por lo general, el documento, de unas 132 páginas, evita el uso de la palabra “recorte” y la substituye por el uso de vocablos como “reformas”, “modificación”, “modernización”, “reestructuración”, y “ajustes”.

A continuación, un resumen de las principales áreas afectadas por el nuevo plan presupuestario:

Departamento de Seguridad Nacional.— Las agencias encargadas de hacer cumplir las leyes migratorias recibirían, en su conjunto, un aumento de $3,500 millones.

El plan propone $15,600 millones para la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP); $9,900 millones para la Oficina de Servicios de Inmigración y Aduanas (ICE); $900 millones para los tribunales de Inmigración, y $2.000 millones para atender a niños no acompañados.

Los montos para CBP y ICE representan un incremento del 11% sobre el año fiscal en curso.

Según un desglosado del plan, Trump solicita $2,000 millones para su prometido muro fronterizo; $726 millones para contratar a más de 5,800 agentes fronterizos, y $3,000 millones para detener a un promedio diario de 60,000 inmigrantes indocumentados, entre otros gastos.

Recortes a programas sociales.— El plan prevé recortes significativos en la próxima década en diversos programas que ayudan a gente pobre, jubilados y discapacitados.

Entre éstos figuran: un recorte de $750,000 millones para Medicare, mediante reformas a la formulación de precios de las medicinas recetas y una reducción de pagos a los proveedores de salud.

Aunque los recortes no afectan directamente a los beneficiarios, el temor es que, frente a esos cortes, algunos médicos decidan abandonar el programa y reduzcan las opciones para sus pacientes.

El plan también prevé un recorte de $270,000 millones para la expansión del Medicaid, mediante más restricciones en los requisitos de trabajo para los usuarios.

Según Aviva Aron-Dine, analista del Centro para Prioridades Políticas y Presupuestarias, está claro que los recortes a programas de cobertura médica se harían para financiar los controvertidos recortes tributarios de 2017. 

Además, el plan estipula un recorte de $30,000 millones para el Seguro Social.

También prevé un recorte del 15,2% en los programas del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, y un recorte del 8% en los programas del Departamento de Educación, que afectará el acceso a préstamos estudiantiles.

La propuesta estipula una reducción del 8% en los fondos para el Departamento de Agricultura e impone más restricciones en el acceso a los cupones de comida, de manera que los beneficiarios tengan que trabajar o recibir capacitación por al menos 20 horas semanales para recibir la ayuda.

Ayuda exterior.— El plan propone un recorte del 22% en la asistencia exterior, o un recorte total de casi $12,000 millones, que se distribuyen principalmente a través del Departamento de Estado y la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés).  

Según explicó el documento, la Administración mantiene su compromiso con la ayuda humanitaria global mediante una “reestructuración fundamental”, para ayudar a los afectados por las crisis y resguardar los fondos de los contribuyentes estadounidenses.

Eso incluye promover que los refugiados “permanezcan cerca de sus hogares hasta que puedan regresar” a sus países en condiciones seguras.

El presidente de la organización humanitaria "Refugees International",  Eric Schwartz, criticó que, como cada año, Trump haya propuesto nuevamente “recortes masivos en la ayuda humanitaria” para las poblaciones más vulnerables en el mundo, a sabiendas de que el Congreso con seguridad los rechazará porque representan el abandono del liderazgo estadounidense en la arena internacional.

Para Schwartz, resulta “irónico” que la Administración Trump se regodee de la generosidad de Estados Unidos e insista, a la vez, en recortar la ayuda exterior.

Un déficit en aumento

Según proyecciones oficiales, el déficit superará el billón de dólares este año por primera vez desde 2012. 

Además, la deuda nacional alcanzará los $31.4 billones en una década, o cerca del 98% del Producto Interno Bruto, el nivel más alto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El abultado déficit federal ha sido, en años anteriores, una fuente de frustración de líderes conservadores, y la Administración ha reconocido que el plan lo reducirá en 15 años, no en una década, como prometía.

La meta es lograr un equilibrio en el presupuesto federal para 2035, según explicó hoy a la prensa, Russell Vought, director interino de la Oficina de Gestión y Presupuesto (OMB, por su sigla en inglés).

“Este presupuesto… hace inversiones sustanciales en la seguridad fronteriza, en el reforzamiento de (las leyes de) inmigración, asegura la educación secundaria” y financia el retorno a la luna para 2024 “como plataforma para llegar a Marte”, agregó.

Vought explicó que el plan prevé un crecimiento del 6% en el programa de Medicare y que la Administración propone “grandes reformas gubernamentales para reducir el costo de las medicinas” y combatir el desperdicio de fondos.

La oposición demócrata ha mantenido que los recortes de impuestos de 2017 beneficiaron principalmente a los más ricos y a las grandes corporaciones, y fueron los principales detonantes del aumento en el déficit y la deuda nacional.

En todo caso, según expertos, Trump cerraría el déficit para 2035 sólo si el crecimiento económico se mantiene en un 3% en los próximos cinco años, algo que aún no ha logrado desde que asumió el poder.

La presidenta de la Cámara de Representantes y líder de la oposición demócrata, Nancy Pelosi, afirmó que el plan demuestra que, a su juicio, a Trump “poco le importa la buena salud, seguridad financiera y bienestar de las familias trabajadoras estadounidenses”.

Está claro que, mientras los demócratas controlen ese órgano legislativo, el plan de Trump sufrirá cambios para mantenerse viable.