Por Marina E. Franco. Gráficos por Diana Baptista
El Super Bowl es deporte, pero también guacamole.
Alrededor de 100 millones de espectadores verán este domingo la final de la Liga de Fútbol Americano (NFL), que enfrenta en Miami (Florida) a los Chiefs de Kansas City y los 49s de San Francisco.
Es el espectáculo deportivo estadounidense por antonomasia, pero ha adoptado también una tradición mexicana ancestral: el mes previo al tazón es el de mayores ventas de aguacate del año en Estados Unidos, según la asociación mexicana de productores, exportadores y empacadores del aguacate (APEAM).
Este año se ha batido el récord, con la exportación estimada de hasta 140,000 toneladas, que recorren miles de millas desde el epicentro de la producción mundial: el estado mexicano de Michoacán.
En esa ruta, este producto, apodado por el Gobierno mexicano como “oro verde”, debe evitar también el interés de los grupos de la delincuencia organizada: en 2019 aumentaron los reportes de ataques a agricultores e inspectores, así como de robos de los camiones que transportan aguacate, para venderlos en el mercado negro.
El consumo del aguacate se ha disparado en Estados Unidos desde 2007, cuando se levantó por completo, en los 50 estados, una restricción que existía desde 1914 contra la importación de aguacate mexicano. La restricción fue impuesta porque se creía que el aguacate no era tratado correctamente para evitar plagas como el bicho barrenador.
Ahora los productores en Michoacán pagan cinco centavos de dólar por libra de aguacate cultivado para que representantes en el estado del Departamento de Agricultura (USDA) realicen una inspección sanitaria del producto a exportar.
Aunque el aguacate también se produce en California, Hawaii y Florida, hoy en día alrededor del 88% del aguacate que se vende en Estados Unidos proviene de México, favorecido por una temporada extensa de cultivo del aguacate Hass, el más popular.
Esa popularidad entre los estadounidenses ha provocado aumentos sostenidos del precio para los mexicanos. En 2009, el precio era de 15 pesos por kilo, alrededor de 0.3 dólares la libra. Este enero se comercializaba en al menos 40 pesos el kilo en supermercados, o un dólar la libra (hay aproximadamente dos aguacates en una libra).
Aunque la mayor demanda también ha favorecido a personas del campo mexicano, incluso con la creciente amenaza de la delincuencia organizada. En 2018, los agricultores en Michoacán disfrutaron de una derrama económica de 2,500 millones de dólares por la venta del aguacate.
La asociación aguacatera APEAM es parte de un grupo promotor en Estados Unidos llamado Avocados from Mexico, que ha reinvertido las ganancias de sus ventas desde hace seis años para comprar espacios publicitarios durante el Super Bowl. La asociación dice que su intención con esos anuncios, que cuestan más de 5 millones de dólares por partido, es promocionar que el aguacate se siga consumiendo a lo largo del año.
En las últimas dos décadas alrededor de 50,000 personas en Estados Unidos se han lastimado al intentar cortar un aguacate, según estudios médicos. Para evitar ser parte de la estadística, conviene meter el cuchillo por el lado suavemente (no por abajo del fruto, de donde sobra mucho filo), y darle la vuelta por lo angosto topando con el hueso, sin clavar el cuchillo en este. Con eso se pueden separar sencillamente las dos mitades para sacar la pulpa con una cuchara y ¡a disfrutar!