El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) ha denunciado públicamente este martes que el joven de 21 años acusado de un brutal asesinato en Nueva York no debería estar en el país porque es un migrante indocumentado.
Reeaz Khan ha comparecido este miércoles ante la justicia acusado de violar y acabar con la vida de María Fuertes, una mujer dominicana de 92 años que era conocida cariñosamente como “la señora de los gatos” en su barrio neoyorquino de Queens por su afición a alimentar a animales callejeros.
“Vivía para sus gatos, vivía para su familia, es una cosa muy enferma lo que sucedió”, dijo una vecina, Aneil Ram, a la cadena NBC, “si algo así le puede pasar a una anciana como esta, ¿qué más le sucederá a cualquier otra mujer?”.
El cadáver de la mujer fue hallado el 6 de enero no lejos de su vivienda en el vecindario de Richmond Hill, con heridas en el cuello y la ingle. Un video de vigilancia mostró cómo un hombre la había seguido y la había atacado por detrás. Ambos cayeron al suelo tras un automóvil estacionado, y permanecieron fuera de cámara durante cinco minutos. Después, el sospechoso volvió a aparecer en la imagen, solo y huyendo a la carrera.
“Fue un acto brutal de violencia sin sentido. La víctima fue encontrada con la ropa puesta por encima de su cintura y cerca de la muerte. El acusado ha sido detenido y ahora enfrenta la posibilidad de pasar el resto de su vida encerrado tras las rejas”, ha indicado la fiscal del distrito, Melinda Katz.
Reeaz Khan, vecino del mismo barrio, fue arrestado y se enfrenta ahora a dos cargos de asesinato en segundo grado y abuso sexual por este “ataque atroz”, según ha informado el diario The New York Times citando a la fiscal de distrito.
Según ICE, Khan, originario de Guyana, estaba en el país ilegalmente, y ya había sido detenido anteriormente, el 27 de noviembre, por tenencia de armas y por asaltar a su padre con un taza rota de cerámica.
“La política de ciudad santuario de Nueva York sigue amenazando la seguridad de sus residentes, pues insiste en proteger a delincuentes extranjeros que muestran poco respeto por las leyes de esta nación”, ha denunciado en un comunicado Thomas R. Decker, director regional de ICE.
“Está claro que la postura de la ciudad de Nueva York en contra de los detainers es peligrosamente deficiente”, añadió, “fue una decisión mortal dejarle en libertad”. Según Decker, ICE emitió una de estas órdenes de retención tras el primer arresto policial, para que el sospechoso le fuera entregado.
Nueva York es una ciudad santuario, que limita la cooperación policial con ICE, y rechaza mantener detenidos a sospechosos más allá de lo que indica la ley para dar así tiempo a las autoridades migratorias a capturarlos.
Las leyes locales permiten entregar a ICE a los sospechosos de crímenes graves, según una ley de 2014 que detalla 170 delitos como herir a alguien en un accidente con un carro en el que la culpa es del conductor (por ejemplo, por no obedecer un semáforo), amenazar a alguien con un arma (como un cuchillo), acosar a alguien con llamadas telefónicas o correos electrónicos, o poseer marihuana para consumo propio.
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