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“La humilló, torturó, mató y abandonó”. La víctima, una joven latina, tenía 14 años. El asesino, 17

El asesino tenía miedo a que la víctima confesara un crimen anterior. "Decidieron que tenía que morir", según el fiscal. Fue una ejecución brutal.

“Tendió una trampa a una niña pequeña y vulnerable”, le espetó la juez, “la humilló, la torturó, la mató y la abandó allí”.

Fue el crimen más horrible que la magistrada, Cathy Serrette, dice haber juzgado jamás.

La víctima, Ariana Funes Díaz, tenía sólo 14 años. El asesino, Josué Fuentes Ponce, 17. El pasado octubre admitió su culpa. Este lunes ha sido condenado a pasar medio siglo en prisión, prácticamente toda la vida que le resta.

La Fiscalía asegura que Ponce participó junto a otros muchachos en el asesinato de la adolescente el pasado 18 de abril en Riverdale, un suburbio de Washington DC en el estado de Maryland.

La engañaron para que acudiera a un túnel, la ordenaron que se desnudara, la golpearon con un bate de beisbol y la acuchillaron con un machete, según informa el diario The Washington Post.

Un árbol con un grafiti pandillero en una zona de Langley Park (Maryland) que estos grupos conocen como "el cementerio".
Un árbol con un grafiti pandillero en una zona de Langley Park (Maryland) que estos grupos conocen como "el cementerio". The Washington Post via Getty Im / The Washington Post via Getty Im

Según la policía, la mataron porque temían que denunciara el robo y secuestro a un hombre en una vivienda vacía de las cercanías cometidos tan solo unas horas antes por un grupo del que ella presuntamente formaba también parte.

El hombre aseguró que le patearon y golpearon con el mango de un machete, le hicieron quitarse la camiseta para probar que no tenía tatuajes de pandillero, y le soltaron después de robarle. Según su testimonio, una joven suplicó al resto que se detuvieran. La policía cree que fue Funes Díaz. Al día siguiente estaba muerta.

Decidieron que tenía que morir”, dijo el fiscal, “el acusado tenía un machete, su amigo tenía un bate. Fue un asesinado brutal y sin clemencia. Es absolutamente culpable por lo que ha hecho”.

El ataque fue grabado en cámara.

El otro joven, Joel Escobar, de 18 años, también admitió su culpa y será sentenciado en febrero. Otro supuesto cómplice, Edwin Ríos, de 19 años, será juzgado en abril.

El cadáver de la joven asesinada fue hallado un mes después de su muerte, boca abajo en un arrollo. El cuerpo estaba descompuesto, pero pudo ser identificada por  un tatuaje en su mano derecha.

Tras conocer su sentencia, Fuentes Ponce dijo, en español: “No tengo nada que decir”.