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Irán compró a Rusia “un arma secreta”: delfines asesinos

Fueron entrenados para ataques suicidas con explosivos y para matar a submarinistas. Pero se morían de hambre. Con Putin en el poder, encontraron un nuevo destino.

Estados Unidos ha advertido a Irán de que no le permitirá desarrollar la bomba atómica, pero nada ha dicho, al menos oficialmente, de sus delfines asesinos.

Rusia es, por detrás de Estados Unidos, el principal exportador mundial de armamento: vende carros de combate a India, helicópteros a Egipto, sistemas de defensa antimisiles a China, submarinos a Argelia o aviones a Angola.

 Y ello pese a las sanciones comerciales impuestas por la comunidad internacional al Gobierno de Vladímir Putin por la invasión de Ucrania en 2014.

Irán también está sometido a sanciones comerciales, en este caso en castigo por su programa nuclear, pero podría estar preparando la compra de aviones y tanques a Rusia en los próximos meses, según los servicios de inteligencia estadounidenses.

Irán ya posee armamento ruso: el misil que derribó un avión de pasajeros ucraniano el pasado 7 de enero era supuestamente de fabricación rusa.

El conflicto con Estados Unidos a raíz del asesinato del general iraní Qasem Soleimani ha reactivado el temor a este arsenal, o sobre la posibilidad de que reciba ayuda para reanudar su programa nuclear (y conseguir la bomba atómica en cuestión de un año).

Hace 20 años, la situación era diferente: en vez de bombas, se hablaba de delfines.

Putin acaba de llegar al poder en una Rusia aún tambaleante tras la caída de la Unión Soviética. Entre aquellos que sufrían la fuerte crisis económica se contaba Boris Zhurid, médico, tripulante de submarino, y propietario de una manada de delfines entrenada para matar por la Armada soviética.

Adiestrados para atacar a submarinistas (o incluso buques) enemigos, el colapso de la Unión Soviética llevó a muchos de estos animales a delfinarios privados donde jugaban con turistas.

En marzo del año 2000, Zhurid vendió su manada completa a Irán, según la radiotelevisión pública británica (BBC), al carecer de medios para seguir alimentándolos.

“Hubiera sido sádico mantenerlos en Sebastopol”, indicó, en referencia al puerto soviético en el mar negro a 1,100 millas al oeste de la capital iraní, Teherán. “No puedo aguantar ver cómo mis animales se mueren de hambre, no tenemos medicinas, que cuestan miles de dólares, ni más peces o suplementos alimenticios”, explicaba Zhurid.

Así, los delfines (en total, 27 animales, contando también una ballena blanca, leones de mar o focas), fueron trasladados en avión al Golfo Pérsico.

Años antes habían recibido entrenamiento para atacar a submarinistas con arpones adheridos a su lomo, o a llevar a cabo ataques suicidas con explosivos contra buques o submarinos.

Un diario ruso los calificó de “mercenarios”, asegurando que Irán había comprado barata “una antigua arma secreta” soviética.

Se desconoce el uso que Irán ha dado a estos animales, que pueden vivir hasta 60 años.