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Trump empleó a indocumentados en su empresa para cosechar uva. Completado el arduo trabajo, fueron despedidos

"No tomaron la decisión en el verano porque nos necesitaban muchísimo", explica un migrante. "Una vez que las cosas se calmaron, pudieron despedirnos a todos", dijo otro indocumentado.
Trump en su viñedo de Charlottesville, Virginia
El presidente, Donald Trump, pronuncia un discurso frente a su viñedo en Charlotesville, Virginia, en esta fotografía de archivo del 4 de octubre de 2011.AP / AP

Hace casi un año la Organización Trump, famosa por sus hoteles y campos de golf, comenzó a despedir a sus trabajadores indocumentados, luego de que una empleada de origen guatemalteco expusiera en medios nacionales la doble moral con la que operaban las empresas del presidente, quien contrataba a trabajadores sin estatus legal y despotricaba contra ellos al mismo tiempo.

Este lunes, 11 meses después, supervisores de la empresa de vinos Trump Winery llamaron al menos a siete empleados y los despidieron por su falta de papeles, según dos empleados despedidos contactados por el diario The Washington Post.

La decisión de despedirlos coincidió con el fin de la ardua cosecha de la uva, durante la cual se laboran semanas de 60 horas que incluyen jornadas nocturnas bajo potentes reflectores. Y dos empleados dijeron a ese medio que creían que la compañía había esperado a que pasara la temporada de trabajo más intensa para deshacerse de ellos.

“No tomaron esta decisión en el verano porque nos necesitaban muchísimo entonces”, dijo a ese diario Omar Miranda, un chofer de tractores de 42 años de edad.

“Creo que querían sacar su producto bien, las uvas, para asegurarse de que eso estaba resuelto, y una vez que las cosas se calmaron, pudieron despedirnos a todos”, dijo otro trabajador que habló bajo la condición de anonimato.

La Organización Trump respondió en un correo electrónico a las solicitudes de comentarios del Washington Post diciendo que terminarían la relación laboral “con cualquier individuo que haya proveído identificación falsa para obtener empleo ilegalmente”.

El viñedo Trump Winery está ubicado en los alrededores de Charlottesville, Virginia. La propiedad fue adquirida por Trump entre 2011 y 2012 por 16.1 millones de dólares y fue renovada para albergar un hotel boutique y un local adicional para bodas.

El viñedo ha funcionado desde hace tiempo gracias al trabajo de un pare de docenas de inmigrantes, la mayoría de México, con visas de trabajo temporal que se albergan en un edificio dentro de la propiedad. Sin embargo, había otro grupo más pequeño que trabajaba durante todo el año sin los permisos requeridos, los mismos que fueron despedidos, reportó el diario.

 Victorina Morales, una mujer guatemalteca de 45 años, trabajó durante cinco años como mucama en el campo de golf del presidente en Bedminister, Nueva Jersey. En diciembre del año pasado, desveló que era indocumentada en una entrevista con el diario The New York Times para denunciar el abuso y los insultos de Trump contra los migrantes, cuando ellos lo estaban ayudando a hacer dinero”. Fue despedida poco después.

Su valor para contar esa historia le valió una invitación de la Cámara de Representantes para asistir al discurso del Estado de la Unión, en donde una vez más estuvo cerca del hombre más poderoso del mundo, su antiguo patrón.

Pero sus declaraciones también desencadenaron una purga al interior de la Organización Trump. En los meses siguientes, decenas de choferes, mucamas, jardineros, cocineros y trabajadores de limpieza de Europa y América Latina fueron despedidos y sus historias se hicieron conocidas.

Durante el último año, decenas de personas que trabajaron para la Organización Trump de forma ilegal han hablado públicamente sobre sus empleos en empresas del presidente para combatir el discurso antiinmigrante  de Trump.

Algunos trabajadores han denunciado que los supervisores de estas compañías sabían sobre su estado migratorio, pero que los contrataron de todos modos. Por su parte, la Organización Trump dijo que estos trabajadores solían presentar documentos falsos para conseguir los empleos y que la empresa los despidió tras conocer la situación. 

Pero los inmigrantes que han trabajado para Trump no sólo se han enfrentado al despido y el subsiguiente desempleo, algunos también han terminado en las prisiones de la migra.

Un exchofer de Trump del club de golf de Jupiter con residencia permanente fue arrestado el año pasado por el Servicio de Inmigración y Aduanas. Zoltan Tamas pagaba sus impuestos y residía legalmente en el país.

Pero debido a una revisión de antecedentes, que encontró que había sido arrestado por un fraude en Rumania hacía muchos años, fue detenido en abril.