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¿Ayunar para bajar de peso y vivir más? Esto es lo que debes saber sobre la dieta del ayuno intermitente

Esta dieta consiste en omitir comidas o ingerir los alimentos en períodos más cortos. Te explicamos cómo funciona y cuáles son sus ventajas e inconvenientes.

Se acaba el año 2019 y con él los días de mayor apogeo de la dieta del ayuno intermitente.

Considerada por muchos como la más popular de las fórmulas para bajar de peso que hayan circulado en estos últimos doce meses, esta dieta consiste en omitir comidas o ingerir los alimentos en períodos más cortos de tiempo.

Sin embargo, como ocurre con cada uno de estos planes para perder peso o para que el organismo funcione mejor, no siempre está del todo claro si detrás de estas dietas hay un respaldo científico o apenas el resultado de la improvisación.

El método es sencillo: la persona que sigue esta dieta debe pasar por periodos de abstinencia y luego por otros de ingestión normal.

Por ejemplo, los ayunadores intermitentes suelen dejar de comer a alrededor de las 8:00 p.m., luego se saltan el desayuno y al final vienen a almorzar cerca de la 1:00 p.m. Cuando no están durmiendo, palian el vacío con agua, té negro o café.

Hay otros eligen patrones de alimentación más reglamentados, como el 5: 2, en el que las personas ayunan dos días a la semana, o un enfoque más extremo, como el de la dieta de una comida al día, en el que concentran toda su ingesta calórica diaria en una única comida

Un estrés favorable

Para el investigador de la Universidad Johns Hopkins, Mark Mattson, el impacto del ayuno intermitente puede ser comparado con los efectos del ejercicio físico.

“Durante el ejercicio, hay estrés en las células —explicó el especialista al portal Inverse—. Estas no crecen ni se vuelven más fuertes, sino cuando llega el período de descanso. Así que pensamos que durante el ayuno intermitente, las células entran en una especie de modo de resistencia al estrés. Luego, cuando uno ingiere alimento, estas ya están preparadas para absorber rápidamente los nutrientes y las proteínas, y para crecer”.

Por otra parte, cuando nos abstenemos de comer durante largos períodos de tiempo, sobrepasando las 16 horas, por ejemplo, la insulina que debería liberar el cuerpo ante la llegada del alimento no lo hace, por lo que el organismo acude a sus propias células grasas para descomponerlas y así obtener energía. Al producirse este efecto, perdemos peso.

Darle al organismo un descanso en la generación e inundación de insulina gracias a la abstinencia podría resultar beneficioso, toda vez que, como advierte la doctora Monique Tello, inundar constantemente el sistema con insulina tiene graves consecuencias para la salud.

“Esos niveles altos de azúcar en la sangre causan daños en el interior de nuestras arterias. Los riñones se están obstruyendo. La gente entra en diálisis. Es un desastre, básicamente”, dijo la especialista.

Por todo ello, varios estudios sugieren que el ayuno intermitente ayuda a reducir la inflamación, a estabilizar el azúcar en la sangre, a proteger el cerebro durante el envejecimiento e incluso a prolongar la vida.

Y esto no es reciente. A lo largo de cien años de investigaciones de laboratorio la práctica del ayuno ha sido relacionada con la prevención de enfermedades propias de la edad, como los tumores, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la demencia.

Sin embargo, Inverse llama la atención sobre el hecho de que gran parte de estas investigaciones se han llevado a cabo en animales, por lo que la evidencia de que el ayuno intermitente le otorga beneficios milagrosos a la salud humana es escasa.

No es para personas con trastornos alimentarios

Los especialistas advierten que cualquier persona que presente antecedentes de trastornos alimentarios debe tener mucho cuidado con esta dieta, ya que estaría ignorando las señales de hambre y podría conducir a enfoques poco saludables para la alimentación.

“Tengo un problema cuando alguien realmente siente hambre biológica y lo ignoramos”, apunta Evelyn Tribole, experta en nutrición y defensora de otra tendencia popular conocida como la “alimentación intuitiva”.

“Creo que es problemático, especialmente para aquellas personas que tengan antecedentes de dieta o trastornos alimentarios, y que son más propensos a involucrarse en atracones y en comidas emocionales”.

Por último, quienes defienden al ayuno intermitente estimulan también el empleo de la dieta basada en plantas, gracias a la cual la persona no debe transitar por la fase de pasar hambre.

“Tenemos montañas abrumadoras de evidencias de millones y millones y millones de personas para concluir que la dieta basada en plantas es la más saludable —aclaró Tello—. Y para ellas no hace falta ser veganos, aunque sí debemos ingerir mayoritariamente plantas”.

Según Tello, en base a la evidencia, adoptar una dieta basada en plantas, o incluso la dieta mediterránea, podría ser la opción más saludable.