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Así descubrió Rusia a agentes secretos de la CIA tras un ataque sin precedentes

"Muy pocas personas, tal vez pastores en las zonas rurales de Afganistán, no dejan algún tipo de rastro", señala un alto oficial. Para los espías puede ser letal.
El sello de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, en su sede en Langley, Virginia/AP
FILE - This April 13, 2016 file photo shows the seal of the Central Intelligence Agency at CIA headquarters in Langley, Va. President Donald Trump tweeted Tuesday that hEl sello de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, en su sede en LEl sello de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, en su sede en Langley, Virginia/APangley, Virginia/APe was nominating the CIA's deputy director, Gina Haspel, to take over for Pompeo at the intelligence agency. If confirmed, Haspel would be the CIA's first female director. (AP Photo/Carolyn Kaster, File)AP / AP

Un ataque de piratas informáticos chinos a la Oficina de Administración de Personal de Estados Unidos en la primavera de 2014 provocó un terremoto en la comunidad de inteligencia estadounidense y abrió las puertas a la intromisión rusa, de acuerdo con un reporte exclusivo de Yahoo! News.

Los hackers tuvieron acceso a huellas digitales, registros de personal e información de antecedentes de autorización de seguridad de 22 millones de funcionarios estadounidenses, y así el Gobierno chino adquirió una forma potencial de identificar a espías encubiertos que trabajaban para Washington.

Aunque ese ataque informático ha sido ampliamente reportado, ahora Yahoo! News revela una consecuencia menos conocida: gracias al robo de información –que China habría compartido con su aliado–, Rusia pudo identificar rápidamente a nuevos oficiales de la CIA en la embajada de los Estados Unidos en Moscú.

De acuerdo con cuatro ex funcionarios de inteligencia, esa identificación se produjo tras un análisis de las diferencias salariales entre diplomáticos, detalles sobre el servicio pasado en ubicaciones “difíciles”, promociones rápidas y otras pistas digitales.

El rastro digital que dejamos los seres humanos se ha convertido así en el mayor desafío para la comunidad de inteligencia.

Rusia y Estados Unidos tienen una relación compleja en materia de espionaje.

Aunque el presidente, Vladímir Putin, acaba de agradecer a su homólogo estadounidense, Donald Trump, que le haya suministrado información para frenar un ataque terrorista en suelo ruso, Rusia sigue manteniendo preso a un ciudadano estadounidense, Paul N. Whelan, acusado de espionaje.

Whelan ha reiterado su inocencia y su familia considera que Rusia lo retiene con la esperanza de aumentar su valor en un posible canje con espías rusos detenidos en Estados Unidos.

En 2016, un activo ruso de alto nivel reclutado por la CIA confirmó Putin había ordenado personalmente planes para interferir en las elecciones presidenciales estadounidenses. Después de huir a los Estados Unidos, el informante se vio obligado a reubicarse debido a su rastro digital.

Proteger las identidades de los espías en la era digital es el mayor reto actual para la comunidad de inteligencia. El jefe de inteligencia del Departamento de Defensa firmó un memorando, obtenido por Yahoo! News, que aconseja a todo el personal militar y su familia inmediata que evite por ejemplo el uso de pruebas de ADN (de las que se venden para saber más sobre los ancestros), señalando preocupaciones sobre la vigilancia, entre otras.

Sin embargo, es imposible impedir que otras personas genéticamente relacionadas lo hagan y de ese modo se pueda identificar a un espía.

"Muy pocas personas, tal vez pastores en las zonas rurales de Afganistán, no dejan algún tipo de rastro digital hoy, y eso plantea oportunidades reales en términos de identificar a los malos ... pero también plantea desafíos reales [para] evitar que nuestra gente sea identificada", dijo a Yahoo! News el congresista Jim Himes, que dirige el subcomité de inteligencia de la Cámara de Representantes sobre tecnología avanzada.

Muchos creen que, a pesar de los numerosos beneficios que brinda la tecnología, la protección de las identidades de los espías encubiertos se está volviendo casi imposible.

"Los cimientos del negocio del espionaje se han quebrado", opinó Duyane Norman, ex funcionario de la CIA, “no lo hemos reconocido organizativamente dentro de la CIA, y algunos todavía lo niegan. El debate es como el que rodea el cambio climático. Cualquiera que diga lo contrario simplemente no está contemplando los hechos ".

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