El presidente, Donald Trump, anunció en septiembre que Estados Unidos sólo recibiría 18,000 refugiados en el año fiscal 2020, el mínimo histórico desde que el programa de acogido comenzó en 1980 (en su último año en la Casa Blanca, el demócrata Barack Obama aceptó 70,000).
Trump ordenó además que los refugiados fueran reasentados en jurisdicciones donde los gobiernos estatales y locales hubieran consentido expresamente recibirlos, dando así la oportunidad a cualquier ciudad o condado a rechazar a estos migrantes.
“Están en mejor posición para conocer los recursos y capacidades que pueden o no tener disponibles para dedicar al reasentamiento sostenible, lo que maximiza la probabilidad de que los refugiados ubicados en el área se vuelvan autosuficientes y libres de dependencia a largo plazo de la asistencia pública”, escribió en su orden ejecutiva.
Esta semana, un condado de Dakota del Norte se ha convertido en el primero en votar si seguir aceptando refugiados o adoptaría la política restrictiva impulsada por Trump.
Burleigh es el segundo condado más poblado de Dakota del Norte, con 95,000 personas, y contiene la capital estatal, Bismark.
El gobernador estatal, el republicano Doug Burgam, dijo en noviembre que apoyaba la decisión de Trump, pero añadió: “Tenemos serias preocupaciones por el hecho de que negar el reasentamiento a un puñado de refugiados bien investigados y a menudo conectados con sus familias envíe una señal negativa más allá de nuestras fronteras en un momento en que Dakota del Norte se enfrenta a una grave escasez de mano de obra e intenta atraer capital y talento”.
La Comisión del Condado de Burleigh examinó el lunes esta cuestión, en una reunión pública de casi cuatro horas en una concurrida escuela secundaria de Bismarck a la que acudieron cientos de personas. De hecho, el encuentro iba a celebrarse la semana pasada, pero fue aplazado y cambiado de lugar por la afluencia de interesados.
Varios refugiados ofrecieron emotivos testimonios durante el encuentro, e instaron a los comisionados a continuar permitiendo que las personas busquen protección allí.
“No estamos en este país solo para recibir el dinero de su gobierno”, dijo Tresor Mugwaneza, un estudiante universitario que llegó a Estados Unidos desde el Congo, “de hecho, estamos aquí para trabajar y tener éxito en la vida como todos los demás aquí”.
Geraldine Ambe, quien se mudó a Bismarck desde Camerún y ahora es ciudadana estadounidense, según la agencia de noticias The Associated Press, contó cómo su tía, su esposo y sus cuatro hijos “huyeron de Nigeria para buscar protección” en Estados Unidos.
“Mire la habitación y dígales a todos los inmigrantes que no son bienvenidos”, dijo.
El alcalde de Bismarck, Steve Bakken, pidió por su parte que se tuvieran en cuenta los gastos asociados a recibir a nuevos refugiados: “Somos extremadamente acogedores, pero cuando no está en una situación financiera para respaldar lo que tiene actualmente en necesidades y ahora va a poner otra manta de necesidades además de eso, [tengo que decir] muéstreme los números”.
El condado decidió por tres votos a favor y dos en contra seguir aceptando refugiados
Incluyó en cualquier caso un límite de 25 refugiados para 2020, aproximadamente el mismo número que los reasentados en todo el estado el año pasado, y decidió requerir informes al Gobierno estatal sobre los recién llegados.