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Informe denuncia al menos 636 casos de secuestro, violación y ataque a solicitantes de asilo en México

Human Rights First y otros grupos humanitarios han publicado sendos informes denunciando el programa "Quédate en México", pero la Administración Trump lo defiende como una exitosa alternativa a la separación de familias.

WASHINGTON.— Más de 600 migrantes que Estados Unidos ha devuelto a México a esperar la resolución de sus casos de asilo –incluyendo 138 menores– han sido víctimas de ataques violentos, casi el doble de la cifra de octubre pasado, según un informe del grupo Human Rights First, que detalla el fracaso del programa “Quédate en México”.

El grupo humanitario ha estado realizando investigaciones en ciudades del lado mexicano de la frontera desde enero pasado, cuando el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés), implementó el programa “Quédate en México”, que exige a solicitantes de asilo esperar la resolución de sus casos en ese país.

Según el informe de 29 páginas, las autoridades han registrado al menos 636 casos de secuestro, violación sexual, tortura y otros abusos contra solicitantes de asilo bajo “Quédate en México”, desde enero pasado.  Hace dos meses, la cifra rondaba los 300.

Del total de casos, al menos 138 casos están relacionados con menores de edad que fueran víctimas de secuestro o intento de secuestro.

Entre los casos de menores figura una niña de 9 años que fue secuestrada dos veces y violada después de que ella y su madre, identificada únicamente como Lucía, fueron devueltas a Tijuana.

En el segundo secuestro por varios hombres, “ataron a mi hija con una sábana para inmovilizarla. Nos golpearon varias veces, nos desvistieron, nos manosearon, nos violaron, y se masturbaron frente a nosotras”, dijo Lucía en un testimonio ante el grupo American Immigration Council.

También está el caso de una madre hondureña y su hija de 7 años, que fueron secuestradas afuera del edificio que procesa a migrantes en Nuevo Laredo, y trasladadas a una vivienda no muy lejos de su albergue. En la vivienda, la migrante encontró a otros secuestrados, todos amarrados encima de un colchón con solo su ropa interior.

Los secuestradores, que pretendían matar a dos migrantes que no habían pagado rescate, eventualmente las soltaron, pero debido a esa experiencia, la madre hondureña estuvo a punto de abandonar su caso de asilo.

Estados Unidos ha devuelto a México a más de 55,000 solicitantes de asilo y otros migrantes. Pero, según Human Rights First, otros 21,000 están atrapados en México al ser devueltos desde los puertos de entrada a esperar su turno en ese país, en una práctica conocida en inglés como metering, y la espera puede ser larga.

Entre los migrantes devueltos hay mujeres embarazadas, personas con graves condiciones médicas, personas LGBT y ciudadanos mexicanos, en clara violación de las propias políticas del DHS.

Pero el DHS no ha escuchado los reclamos de los grupos humanitarios de que enviar a los migrantes a México solo los expone al peligro, debido al clima de inseguridad ciudadana en ese país.

La agencia ha defendido el programa como una alternativa a la separación de familias o a su encierro en hacinados centros de detención.

Por ahora, el DHS no ha anunciado planes para expandir “Quédate en México”, aunque en las últimas semanas ha comenzado a enviar a solicitantes de asilo que entraron por Arizona a puertos de entrada en Texas.

El Noveno Circuito de Apelaciones ha permitido la continuidad del polémico programa mientras deciden su futuro decisivo.

Durante una conferencia telefónica hoy para explicar el informe, dos activistas de Human Rights First calificaron el programa como un desastre humanitario.

 Las autoridades de EEUU “venden” el programa, conocido en inglés como “Migrant Protection Protocols” (MPP), “como una de sus iniciativas más exitosas, cuando en realidad es una masiva y creciente catástrofe de derechos humanos”, dijo Eleanor Acer, directora del programa de protección de refugiados de Human Rights First.

“Corregir esta fallida política simplemente no es posible. Es tan ilegal, tan peligrosa y tan fallida que simplemente debe llegar a su fin”, aseguró Acer.

No hay seguridad en los albergues

Por su parte, Kennji Kizuka, analista de asuntos de refugiados de Human Rights First desmintió los argumentos del DHS de que los solicitantes de asilo están protegidos en los albergues en México.

En ciudades fronterizas como Tijuana, Mexicali, Piedras Negras, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros, su grupo ha documentado casos de violaciones, secuestros, torturas y otros ataques violentos desde enero pasado.

La cifra de 636 casos citada en el informe “probablemente no refleja bien el verdadero nivel de violencia que sufren los migrantes porque muy pocos han tenido acceso a periodistas, abogados, o investigadores de derechos humanos”, señaló Kizuka.

“Nuestra investigación ha determinado que los solicitantes de asilo han sido blanco (de actos de violencia) dentro los albergues inmediatamente después de que son enviados por DHS a México, cuando van a sus audiencias de Inmigración, o cuando salen a la calle en busca de trabajo”, precisó.

El mes pasado, el comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras (CBP, por su sigla en inglés), Mark Morgan, dijo desde el podio de la Casa Blanca que los migrantes afrontan peligro solo cuando se salen de los albergues y se reconectan con los contrabandistas para intentar los cruces ilegales por la frontera sur.

Preguntada al respecto, Acer dijo que Morgan y otras autoridades del DHS están muy al tanto de la precaria situación de los solicitantes de asilo en México y que “de hecho, no están seguros en los albergues”.

“Los solicitantes de asilo no pueden simplemente esconderse en los albergues; tienen que atender sus citas en los tribunales. (Las autoridades de EEUU) simplemente están tratando de evadir responsabilidad por las consecuencias de su decisión de devolver a la gente a zonas altamente peligrosas en México”, afirmó la experta.

Por su parte, Kizuka dijo que, a lo largo de diez meses, Human Rights First visitó 14 albergues para migrantes dentro del programa “Quédate en México” y, de ésos, sólo uno tenía agentes de seguridad del gobierno.

“La CBP dice que hay seguridad persistente en los albergues, y eso no es cierto. El gobierno mexicano no provee seguridad, ni garantiza la seguridad” de los migrantes devueltos a ese país, dijo.