Este lunes murió Dilan Cruz, el joven al que la policía de Bogotá le disparó a la cabeza con una granada de gas el pasado fin de semana, según informó el hospital donde estaba siendo tratado.
Un agente del Esmad, la policía antidisturbios bogotana, le disparó a quemarropa a Cruz, de 18 años, a plena luz del día y en frente de un sinnúmero de testigos. Varios de ellos grabaron el momento con sus celulares desde múltiples ángulos que publicaron en redes y fueron compartidos ampliamente. Como los videos muestran que Cruz participaba en la marcha pacíficamente.
El joven se convirtió en un símbolo de las marchas históricas y multitudinarias que se han llevado a cabo en todo Colombia desde el jueves, pero sobre todo se convirtió en un símbolo de los abusos de las autoridades y la represión de la protesta de parte del Gobierno. Miles de bogotanos marcharon por varios kilómetros hasta el Hospital San Ignacio cantando “¡Dilan, amigo, el pueblo está contigo!”
Desde el sábado Cruz había estado en “condición crítica pero estable”, en un coma inducido. El lunes a la noche, el Hospital San Ignacio publicó un comunicado en el que dijo que la condición de Cruz había empeorado y su estado era ahora "irreversible".
El presidente Iván Duque dijo el domingo que estaba ordenando una investigación urgente para determinar quién era responsable por las heridas de Cruz. Noticias Caracol reportó que la Policía de Bogotá informó que el agente que disparó contra Cruz “ya fue separado de su cargo”.
Paro nacional histórico en Colombia
Los colombianos han salido a protestar desde este jueves 21 de noviembre, cuando los principales grupos sindicales y activistas estudiantiles del país convocaron a un paro nacional para protestar por las políticas del gobierno de Duque y por una larga lista de quejas.
Estas incluyen un recorte al salario mínimo de los jóvenes que Duque niega que apoye, recortes a las pensiones, la falta de acción del Gobierno para detener los asesinatos de cientos de activistas de derechos humanos, líderes sociales e indígenas y un bombardeo fallido que dejó 18 niños muertos y que el Gobierno trató de ocultar.
Han sido las mayores marchas del país desde la década de los 70. Además, colombianos de todas las edades han protestado por medio de 'cacerolazos'. Desde temprano en la mañana, hasta entradas horas de la noche, los ciudadanos golpean ollas o cacerolas para hacer llegar sus quejas hasta oídos del presidente Duque, cuya desaprobación alcanza un récord 74%. Hasta se unieron al 'cacerolazo' miembros de la oposición del Congreso nacional en el pleno de la Cámara de Reprsentantes este lunes.
A raíz de la presión, Duque convocó a los alcaldes electos de las capitales de los departamentos del país para encontrar soluciones al descontento generalizado. La reunión, planificada para el miércoles, fue adelantada y se llevó a cabo el domingo en la noche. La alcadesa electa de Bogotá Claudia López le dijo a la prensa al salir de la reunión que le había sugerido al presidente no reunirse con los alcaldes, sino con las vocerías de los diferentes grupos que convocaron a la marcha, y que debía hacerlo pronto.
Este lunes en la noche, el Gobierno anunció que Duque se reunirá con los líderes de la marcha este martes, según reportaron medios locales.
Abusos de autoridad
El disparo a Cruz fue combustible extra para la marcha y miles de colombianos demostraron su indignación frente al uso excesivo de la fuerza en las calles y en las redes. Porque no fue el único caso. También se volvieron virales videos de agentes del Esmad pateando, arrastrando y golpeando con bolillos a dos estudiantes de la Universidad Pedagógica Nacional que tomaban fotos y videos de las protestas.
Cristian Angarita le dijo a Noticias Telemundo el domingo que seguía con dolores de cabeza y de espalda por los golpes. Diana Pinzón, su compañera, “sí sigue bastante golpeada", dijo. "Claramente las lesiones fueron duras, tiene dolores por todo el cuerpo”.
“Fue bastante duro todo lo que tuvimos que pasar, porque no nos merecíamos nada de eso… estamos bien, pero con lesiones más allá de las físicas, también psicológicas, porque fue bastante pesado todo”, dijo Angarita y añadió que ambos interpusieron una denuncia con la fiscalía que está en curso.
Frente al disparo contra Cruz, el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, dijo en una rueda de prensa el domingo: “Lamento mucho el que haya resultado gravemente herido este joven en las marchas de ayer. Él es uno de los jóvenes que estudia en uno de los colegios públicos de la ciudad y me duele que haya resultado herido… he dado instrucciones a las Secretarías de Educación y de Salud para que le brinden todo el apoyo a su familia”.
Justamente el lunes se celebró la ceremonia en la que se hubiera graduado Cruz del Colegio Ricaurte. En esta, su hermana ofreció un emotivo discurso, compartido ampliamente en redes, en el que llama a la no violencia.
“Queremos que esto que pasó con Dilan, nuevamente no sea para más disturbios, para armar violencia… queremos que esto sea un detonante para acabar con la violencia”, dijo Denis Cruz.
En el lugar donde Cruz fue baleado, se formó un altar donde la gente se manifiesta acostándose en la calle en protesta, deja velas, flores y reza por él.
¿Por qué estas marchas han sido diferentes?
Han sido históricas no solo por su tamaño, sino también porque las zonas donde más apoyo tiene el partido conservador del presidente, el Centro Democrático, seguidores también del polarizante expresidente Álvaro Uribe Vélez, también alzaron su voz en desaprobación.
Tres personas ya habían muerto en el departamento del Valle del Cauca al suroeste del país, en Buenaventura y en Candelaria el primer día de protestas, pero en esos casos no se dieron a conocer detalles y no hubo fotos ni video que las documentaran.
A pesar de estas tragedias, las marchas han sido en su mayoría pacíficas: gente de todas las clases sociales y edades, desde la punta norte en la Guajira hasta la punta sur en el Amazonas en Leticia, y hasta en ciudades alrededor del mundo como Miami, Madrid, Nueva York y París, salieron con pancartas, cantos, instrumentos y coreos a denunciar el mal manejo del país.
Hubo focos de violencia durante el jueves debido a minorías en Bogotá, Cali y Manizales. Tanto civiles como policías y miembros del ejercito resultaron heridos: por lo menos 122 civiles con heridas leves y 151 uniformados lesionados, según el balance oficial a nivel nacional. También hubo 98 capturados y 59 venezolanos que fueron deportados a su país.
Según informó el alcalde Peñalosa en una rueda de prensa, al menos 26 civiles y 74 policías resultaron heridos en Bogotá, dos de ellos graves.
La ciudad de Cali en el suroeste del país, la segunda más importante, decláro toque de queda el jueves en la noche luego de fuertes disturbios, saqueos y heridos. Había un pánico general en la población que llevó a muchos a empuñar sus propias armas contra delincuentes que aprovechaban el caos para saquear negocios y propiedades.
La misma escena se repitió el viernes en Bogotá, lo que llevó al alcalde Peñalosa a decir que había sido un esfuerzo “orquestado” por grupos que buscaban esparcir el miedo en la ciudad. “Dividirnos es lo que no podemos hacer”, dijo en un video en Twitter dirigido a la población.
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