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Estudiantes y activistas jesuitas presionan al Senado para que legalice a los 'dreamers'

Presionan a favor de una reforma migratoria que afectaría a más de un millón de migrantes, y que lleva varios meses paralizada en el Senado.

WASHINGTON.— Centenares de estudiantes y activistas de la orden católica de los jesuitas provenientes de todo el país han llenado este lunes los pasillos del Congreso para exigir la aprobación de una medida que legalice a los dreamers, que desde junio aguarda congelada en el Senado (de mayoría republicana) tras ser aprobada por la Cámara de Representantes (demócrata).

Las visitas en ambas cámaras del Congreso son parte de una jornada de cabildeo organizada por grupos católicos bajo el paraguas del Network Lobby for Catholic Social Justice, que el pasado fin de semana realizó su conferencia anual en Washington DC.

Antes de ir al Capitolio, los activistas realizaron un mitin frente al emblemático edificio de Union Station, en el que insistieron en que la inmigración es parte de la lucha por los derechos civiles en este país.

El evento contó con la participación del artista chicano Francisco Herrera, quien viajó desde San Francisco (California) para acompañar a los jóvenes “en esta importante lucha”.

Los activistas pidieron protección para los 11 millones de inmigrantes indocumentados, comenzando por los alrededor de 700,000 amparados al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia  (DACA, en inglés), implementado en agosto de 2012 por el expresidente demócrata Barack Obama.

Consultados por Noticias Telemundo, varios estudiantes y activistas coincidieron en que la política migratoria del presidente, Donald Trump, ha perjudicado la dignidad y bienestar de la comunidad inmigrante, y es hora, añadieron, de que el Congreso la rectifique.

“Estamos aquí porque estamos peleando por la dignidad de los inmigrantes. Mis padres son inmigrantes, también mis hermanos. Estamos aquí luchando por sus sueño”, dijo Iván Robles, un estudiante de secundaria de Phoenix (Arizona), que proviene de una familia con estatus migratorio mixto y cuyos padres han afrontado el peligro de la deportación.

 Por su parte, la religiosa Quincy Howard explicó que los jóvenes han estudiado sobre las políticas de inmigración y la amenaza de la “destrucción del mundo” debido al cambio climático, y quieren pedirle a sus representantes que cambien esas políticas.

José Arnulfo Cabrera, director de programas de abogacía de la Red de Solidaridad Ignaciana, dijo que los activistas quieren que el líder de la mayoría republicana en el Senado, el republicano Mitch McConnell, permita el voto de una iniciativa para legalizar a los dreamers.

Cabrera se refería a la propuesta de ley American Dream and Promise Act, que aprobó por mayoría la Cámara de Representantes el 4 de junio y que pretende servir de “puente” hacia una eventual reforma migratoria integral.

La medida legaliza a los dreamers, a los protegidos bajo el programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés), y a unos 4.000 inmigrantes de Liberia con deportaciones suspendidas, en un proceso conocido en inglés como Deferred Enforced Departure (DED).

McConnell no ha sometido a voto el proyecto de ley, ni ha explicado el por qué de la demora.

Maritza Rodríguez, maestra del Colegio Ibero en Tijuana, al lado mexicano de la frontera con California, señaló que trajo a sus estudiantes a Washington porque parte de su plan de estudios es “formar a los muchachos con conciencia social”.

“Venimos hasta acá para que los muchachos puedan sembrar este sentimiento de justicia social y puedan replicar cosas, y puedan llevar la positividad que se genera en este tipo de eventos”, dijo.

Trump se ha quejado de que los demócratas son “buenos para nada”, y ha pedido que la Corte Suprema apoye el desmantelamiento de DACA para empezar de cero en las negociaciones para legalizar a los dreamers.

Si la corte falla en contra de los dreamers en su dictamen del próximo año, recaería sobre el Congreso lograr una solución permanente antes de que puedan ser deportado; según Cabrera, los activistas mantienen su optimismo “porque la fe mueve montañas”.

Trump ordenó la cancelación de DACA en septiembre de 2017, pero los tribunales le exigieron mantenerlo en pie para la renovación de permisos mientras se resuelven los litigios al respecto.

El año pasado, Trump condicionó su apoyo a la legalización de los dreamers a que el Congreso le aprobara fondos para la construcción del muro fronterizo, lo que ocasionó el desplome de las negociaciones bipartidistas y el cierre del Gobierno más extenso en la historia reciente.