WASHINGTON.— El comisionado interino de la Oficina de Aduanas y Control de Fronteras (CBP, en inglés), Mark Morgan, celebró este jueves un descenso del 14% en la cantidad de detenciones de personas que cruzaron ilegalmente la frontera sur el mes pasado, y repitió su queja de que el Congreso podría hacer más para mejorar la seguridad fronteriza.
Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, Morgan señaló que, pese a la inacción del Congreso, septiembre registró el número más bajo de detenciones en todo el año fiscal 2019, con poco más de 52,000, y esa tendencia continuó el mes pasado.
“Me alegra informar de que el mes de octubre continuó esa tendencia, logrando un descenso del 14% comparado con septiembre, con poco más de 42,000 detenciones”, dijo Morgan.
La cifra de octubre, además, representa una caída de casi un 70% respecto a mayo pasado, cuando los agentes de la CBP registraron más de 140,000 arrestos en un solo mes, precisó.
El promedio de detenciones en un solo día ha bajado de 5,000, en mayo, a poco más de 1,300. Mientras tanto, el número de niños bajo custodia de la CBP pasó de 2,700 a un promedio alrededor de un centenar, durante ese período.
Según Morgan, las iniciativas de la Administración, incluyendo el programa “Quédate en México”, han tenido un impacto innegable en los cruces ilegales, y ha mitigado el hacinamiento en los centros de detención de la CBP.
Ese programa, implementado en enero pasado, obliga a los solicitantes de asilo a esperar la resolución de sus casos en suelo mexicano.
Según datos oficiales, más de 50,000 migrantes han sido devueltos a México bajo “Quédate en México”, que ha sido denunciado por grupos humanitarios porque los expone a actos de violencia, secuestro y extorsión.
Al respecto, Morgan dijo que el programa “absolutamente ha sido un éxito” y que una delegación estadounidense encabezada por el Departamento de Estado viajó hace semana y media a México, donde visitó varios albergues y se reunió con autoridades locales, de la Organización Internacional para la Migración, y organismos cívicos y religiosos.
En dos de los albergues visitados, uno administrado por el gobierno mexicano y otro por un organismo religioso, las autoridades constataron una vigilancia policial “persistente”, atención médica y suministros de alimentos “adecuados” y “buena seguridad”, precisó Morgan.
El comisionado alegó que, en todo caso, si cualquier migrante dentro del programa “Quédate en México” teme por su seguridad o su vida, “todo lo que tienen que hacer es presentarse a un puerto de entrada en Estados Unidos y decirlo, para que se les permita atravesar el proceso”.
“Desafortunadamente, algunas de estas personas… se están saliendo del ambiente en los albergues y contactando a los carteles, porque están cansados de esperar”, señaló.
Morgan calculó que un 9% de las personas procesadas bajo “Quédate en México” está reconectando con los contrabandistas para intentar ingresar ilegalmente en Estados Unidos.
Consultado sobre la reciente masacre de nueve miembros de la familia estadounidense LeBarón en México, Morgan dijo que el incidente ha atizado las discusiones dentro de la Administración sobre cómo fortalecer el combate y desmantelamiento de los carteles de la droga, incluso declarándolos organizaciones terroristas.
“Nos queda mucho por andar. Pienso que lo que pasó hace unas semanas… demostró que los carteles están vivitos y coleando, que tienen la habilidad para adaptarse” para proteger su lucrativo negocio, indicó.
Morgan repitió los mismos argumentos que presentó ayer durante una audiencia en el Senado junto a otros funcionarios de alto rango del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés), sobre el “activismo judicial” y la inacción del Congreso para frenar la inmigración ilegal.
Pese a las advertencias del DHS, “desafortunadamente, no han presentado ni una sola legislación significativa, y como resultado, el país vio cómo empeoró la crisis” en la frontera sur, se quejó el comisionado.